Virus y bacterias recorren largas distancias viajando por la atmósfera
16/02/2018
Investigadores de la Universidad de Granada (UGR), con la colaboración de científicos de la University of British Columbia (Canadá) y la San Diego State University (Estados Unidos), han llevado a cabo un estudio que demuestra que todos los días circulan por la atmósfera terrestre alrededor de un billón de virus y más de 20 millones de bacterias, y que tras recorrer largas distancias se depositan en zonas de alta montaña (2.500-3.000 metros de altitud).
Además de cuantificar la cantidad de microorganismos circulantes, la investigación, que se ha publicado en la revista International Society for Microbial Ecology, también pretendía conocer los mecanismos que utilizaban para diseminarse a nivel global, porque se habían observado virus genéticamente idénticos en lugares muy distantes del planeta y en ambientes completamente dispares, y “los científicos no entendían bien cómo podían haber llegado allí –declara Isabel Reche, profesora del departamento de Ecología de la UGR y autora principal del trabajo–, porque se asumía que en la alta atmósfera (por encima de la capa límite) la intensa radiación esterilizaba cualquier microorganismo que fuera aerotransportado".
Según Reche, parece que la procedencia de la mayoría de los virus es marina, "hay un proceso denominado aerosolización y el spray marino que hace que por acción del viento se levanten partículas desde el suelo o el océano hacia la atmósfera –explica–. En ambos casos, las bacterias y los virus se adhieren a partículas de naturaleza orgánica (origen marino) o mineral (origen terrestre), y estas partículas los protegen en su tránsito por la atmósfera alta, por lo que cuando se depositan pueden ser viables".
Fenómenos meteorológicos y expansión de microorganismos
La investigadora ha explicado a Webconsultas que esto no significa que supongan un peligro adicional para la salud ya que, aclara, “la mayor parte de los microorganismos que hay en la Tierra no son patógenos, sino todo lo contrario, ya que resultan imprescindibles para poder realizar el reciclado de los elementos como el carbono, nitrógeno y fósforo”.
Las masas de aire y las condiciones meteorológicas influyen sobre el transporte de microorganismos en general, incluyendo a los patógenos
Sin embargo, Reche confirma que las masas de aire y las condiciones meteorológicas influyen sobre el transporte de microorganismos en general, incluyendo a los patógenos y que, de hecho, “se han asociado brotes de asma y otros problemas respiratorios a eventos de intrusiones de polvo sahariano en la cuenca mediterránea, o en otros desiertos como en Arabia Saudí”.
“Lo que nosotros hemos observado –añade– es que el lavado atmosférico por la lluvia es más eficiente retirando bacterias de la atmósfera que virus. Esto es debido a que las primeras se asocian a partículas principalmente del suelo y de mayor tamaño que son más fácilmente retiradas desde la atmósfera por la lluvia. Por el contrario, la lluvia no es tan eficiente con las partículas de origen marino cuya proporción de virus es mayor. Este hecho permite que los virus persistan durante más tiempo por la atmósfera y recorran distancias mayore”.
No se ha identificado a los virus o bacterias patógenos
Aunque en el nuevo estudio los investigadores no han identificado cuáles de los virus o bacterias eran patógenos, Reche afirma que "en otro trabajo anterior sí observamos que entre las bacterias transportadas por aerosol sahariano había algunas patógenas y viables", y añade que aún "no se han caracterizado los virus o bacterias patógenas aerotransportados largas distancias", pero la posibilidad de que el virus del Zika o del Ébola, entre otros, lleguen a afectar a poblaciones alejadas de su zona de origen por esta razón "existe si se rigen por las mismas normas que los microorganismos que hay en la naturaleza".
Con información de: Isabel Reche, Gaetano D’Orta, Natalie Mladenov, Danielle M. Winget & Curtis A. ‘Suttle Deposition rates of viruses and bacteria above the atmospheric boundary layer’. The ISME Journal (2018) doi:10.1038/s41396-017-0042-4
Actualizado: 4 de mayo de 2023