Vivir cerca de espacios verdes urbanos ralentiza el envejecimiento
30/06/2023
La contaminación atmosférica y sonora, los atascos de tráfico, las prisas, e incluso las elevadas temperaturas, hacen de muchas ciudades un entorno hostil que perjudica la salud física y mental. Para mitigar su impacto negativo es importante hacer escapadas a espacios naturales siempre que sea posible, pero ahora un nuevo estudio ha descubierto que exponerse a espacios verdes urbanos también tiene grandes ventajas porque las personas que viven cerca de ellos durante un tiempo prolongado disfrutan de mejor salud y su envejecimiento biológico es más lento.
La investigación se ha publicado en la revista científica Science Advances y revela que la edad biológica de las personas que viven cerca de zonas con vegetación es 2,5 años menor, en promedio, que la de las que no tienen zonas verdes cerca de casa. “Nuestro estudio muestra que la proximidad a los espacios verdes provocó cambios biológicos o moleculares que se pueden detectar en nuestra sangre”, ha afirmado Lifang Hou, profesor de medicina preventiva en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern e investigador principal del estudio.
La edad biológica de una persona puede acelerarse o ralentizarse en función de su estilo de vida, y cuando es mayor que su edad cronológica aumenta el riesgo de que desarrolle problemas de salud relacionados con la edad, como cáncer, enfermedades cardiovasculares o alzhéimer, señala el experto, que añade que la edad biológica “realmente depende de lo que hacemos a diario”, incluido lo que comemos y nuestra actividad física.
“El entorno en el que vivimos, específicamente nuestra comunidad y el acceso a espacios verdes, es importante para mantenernos saludables a medida que envejecemos”
El estudio, sin embargo, resalta que esto no depende únicamente de lo que cada individuo hace por su propia salud, sino que las características de su lugar de residencia y sus alrededores también son importantes. “Cuando pensamos en mantenernos saludables a medida que envejecemos, generalmente nos enfocamos en cosas como comer bien, hacer ejercicio y dormir lo suficiente”, señala Kyeezu Kim, primer autor del estudio y becario postdoctoral en medicina preventiva en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern. “Sin embargo, nuestra investigación muestra que el entorno en el que vivimos, específicamente nuestra comunidad y el acceso a espacios verdes, también es importante para mantenernos saludables a medida que envejecemos”.
Cómo afecta el entorno natural a nuestro organismo
Los investigadores examinaron la exposición a largo plazo a los espacios verdes circundantes y cómo influían en el envejecimiento biológico en 924 personas residentes en cuatro ciudades de Estados Unidos. Compararon los cambios biológicos relacionados con la edad en los participantes del estudio durante un período de 20 años (entre 1985 y 2006) con datos sobre espacios verdes que se encontraban cerca de sus hogares.
Hou ha explicado que emplearon el ADN de la sangre para medir la edad biológica a nivel molecular mediante el análisis de pequeños cambios en el funcionamiento de los genes relacionados con el proceso de envejecimiento. Para evaluar los espacios verdes usaron imágenes por satélite y aplicaron una medida de cuantificación de la vegetación ampliamente aceptada, ha declarado Kim, que agrega que también habían identificado parques importantes cerca de las casas de los participantes.
Esta información contribuyó a identificar la ubicación y la cantidad de vegetación, aunque no aportó detalles sobre el tipo de vida vegetal, por ejemplo, si se trataba de un campo de golf o un sendero forestal, o sobre la calidad de los espacios verdes. Otra duda no despejada fue por qué la tasa de envejecimiento biológico no parece ser la misma en todas las razas, géneros y niveles socioeconómicos, ya que los investigadores observaron que los individuos de raza negra que tenían más acceso a los espacios verdes tenían solo un año menos en edad biológica en comparación con el promedio del estudio de 2,5 años.
Por ello, los expertos han señalado que es necesario continuar investigando para determinar cómo se podrían beneficiar las personas de la vegetación y qué otros factores sociales podrían estar implicados. Sin embargo, en opinión de Hou, sus hallazgos deberían animar a las personas a pensar más en su entorno al tomar decisiones de vida saludables, y tenerlo en cuenta junto a la dieta, el sueño y el ejercicio.
Usama Bilal, epidemiólogo urbano, profesor asistente de Epidemiología en el departamento de Epidemiología y Bioestadística y en el Urban Health Collaborative de la Escuela de Salud Pública en Drexel University en Filadelfia (EE.UU.) ha destacado la relevancia del estudio en declaraciones a SMC España: “El trabajo es muy consistente con la evidencia existente que remarca la importancia de la existencia de espacios verdes para nuestra salud”.
Y señala: “No veo por qué no se podrían extrapolar los resultados a España. Lo importante es que estos estudios sobre verdor suelen ser bastante sensibles al clima de cada zona (porque el verdor basal varía mucho basado en el clima de cada zona, claro: Asturias es diferente a Almería). En este caso utilizan cuatro ciudades muy diferentes entre sí: Oakland en California como zona más templada con clima similar al mediterráneo, Chicago y Minneapolis como zonas con inviernos fríos, y Birmingham, Alabama como una zona subtropical mucho más calurosa y húmeda”.
“Este estudio se ha desarrollado en EE.UU., con una sociedad que utiliza los parques menos que la sociedad española. En este sentido, y ahora que viene el calor, la utilización de los parques como recursos que promueven y protegen la salud de los ciudadanos es fundamental”, concluye Manuel Franco, epidemiólogo, profesor e investigador en las Universidades de Alcalá y Johns Hopkins. Portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria SESPAS, también en declaraciones a SMC España.
Actualizado: 30 de junio de 2023