5.000 millones de personas enfrentan déficits de 4 nutrientes esenciales

Miles de millones de personas en todo el mundo consumen niveles inadecuados de varios micronutrientes esenciales para la salud humana. Una crisis silenciosa que afecta a más de dos tercios de la población, impactando especialmente en las mujeres y el desarrollo infantil.
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En un mundo donde el acceso a los alimentos ha mejorado considerablemente en las últimas décadas, las deficiencias de micronutrientes siguen siendo un problema de salud pública global de gran magnitud. Un reciente análisis global publicado en The Lancet Global Health ha revelado una alarmante realidad: más de 5.000 millones de individuos en todo el mundo no consumen las cantidades necesarias de micronutrientes esenciales como el yodo, la vitamina E y el calcio, lo que conlleva graves consecuencias para la salud.

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Estas carencias, que afectan al 68% de la población mundial, se suman a la insuficiencia de otros micronutrientes como el hierro, la riboflavina (vitamina B2), el ácido fólico y la vitamina C, que afectan a más de 4.000 millones de personas, poniendo en riesgo su salud.

Este estudio realizado por investigadores de la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard, la Universidad de California en Santa Bárbara (UCSB) y la Alianza Global para la Mejora de la Nutrición (GAIN) es pionero en estimar la prevalencia mundial de la ingesta inadecuada de 15 micronutrientes esenciales (calcio, yodo, hierro, riboflavina, folato, zinc, magnesio, selenio, tiamina, niacina y vitaminas A, B6, B12, C y E), utilizando datos de consumo alimentario de 31 países y aplicando un enfoque de modelado novedoso que incluye distribuciones específicas por edad y sexo, ya que ha analizado 34 grupos de edad y sexo en 185 países, cubriendo el 99,3% de la población mundial. Se trata de una metodología reproducible y accesible que pone de relieve la escala de esta crisis nutricional. Los resultados son contundentes: la mayoría de la población mundial tiene una ingesta insuficiente de micronutrientes, con consecuencias especialmente severas para las mujeres.

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En concreto, las deficiencias fueron especialmente significativas en el caso del calcio (72% de la población mundial), el yodo (68%), la vitamina E (67%) y el hierro (65%). Más de la mitad de la población del estudio consumía niveles inadecuados de riboflavina, folato y vitaminas C y B6. La ingesta de niacina fue la más cercana a la suficiente, con un 22% de la población mundial consumiendo niveles inadecuados, seguida de la tiamina (30%) y el selenio (37%).

“Estos resultados son alarmantes”, afirmó Ty Beal, especialista técnico sénior de GAIN. “La mayoría de las personas —incluso más de lo que se creía anteriormente, en todas las regiones y países de todos los niveles de ingresos— no consumen una cantidad suficiente de múltiples micronutrientes esenciales. Estas brechas comprometen los resultados de salud y limitan el potencial humano a escala global”.

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Desigualdad en la ingesta de nutrientes

El estudio no solo revela la gravedad de las deficiencias nutricionales, sino que también destaca importantes desigualdades entre sexos. Las mujeres, en particular, presentan una mayor prevalencia de ingesta inadecuada de yodo, vitamina B12, hierro, selenio, calcio, riboflavina y folato, en comparación con los hombres. Estas diferencias pueden estar relacionadas con factores como los requerimientos nutricionales y patrones alimentarios específicos.

Por otro lado, los hombres muestran una mayor prevalencia de insuficiencia en micronutrientes como magnesio, vitamina B6, zinc, vitamina C, vitamina A, tiamina y niacina.

Las mujeres presentan una mayor prevalencia de ingesta inadecuada de yodo, vitamina B12, hierro, selenio, calcio, riboflavina y folato, en comparación con los hombres

Estas disparidades no solo se observan entre sexos, sino también entre diferentes regiones geográficas. Por ejemplo, los países del sur de Asia, África subsahariana y Asia oriental presentan las tasas más elevadas de ingesta inadecuada de calcio, mientras que en América del Norte, Asia central y Europa las carencias de este nutriente son considerablemente menores. En el caso del yodo, su carencia es menos común en Europa y Canadá, mientras que las islas del Pacífico son una de las pocas regiones con una baja prevalencia de deficiencia de vitamina E.

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Algunos países también muestran patrones específicos en sus deficiencias. India, por ejemplo, tiene niveles alarmantemente altos de ingesta inadecuada de riboflavina, folato, vitamina B6 y B12. En Madagascar y la República Democrática del Congo, la falta de niacina es particularmente común, mientras que Rusia, Mongolia y Kazajistán destacan por sus elevados déficits de selenio.

Un desafío global de salud pública

La insuficiencia de micronutrientes es un problema de salud pública que tiene efectos profundos en el desarrollo físico y mental, así como en la vulnerabilidad a enfermedades crónicas y en la fortaleza del sistema inmunológico, así como en el desarrollo deficiente en niños. Las mujeres en edad fértil son uno de los grupos más vulnerables debido a las mayores necesidades de ciertos micronutrientes como el hierro y el folato, esenciales durante el embarazo y la lactancia.

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A pesar de los esfuerzos en algunos países por implementar programas de fortificación de alimentos y suplementación, los resultados indican que muchas de estas intervenciones no son suficientes o no están suficientemente extendidas. Por ejemplo, aunque el 89% de la población mundial consume sal yodada, lo que mitiga parcialmente la deficiencia de yodo, la suplementación con otros micronutrientes esenciales, como el hierro y la vitamina A, sigue siendo limitada en muchos países en desarrollo.

La investigación subraya pues la necesidad urgente de intervenciones a nivel local y global para corregir estas deficiencias. Si bien los alimentos fortificados y los suplementos son una herramienta eficaz en algunos contextos, la clave radica en mejorar la calidad de la dieta global. Para muchos países en desarrollo, donde el acceso a alimentos ricos en micronutrientes es limitado, esto requerirá esfuerzos coordinados entre gobiernos, organizaciones internacionales y la industria alimentaria para garantizar que todos tengan acceso a una nutrición adecuada.

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Limitaciones del estudio y áreas de mejora

Aunque este estudio proporciona una imagen clara de la escala del problema, también tiene limitaciones. La disponibilidad de datos alimentarios individuales, especialmente en países de bajos ingresos, sigue siendo escasa, lo que afecta la precisión de las estimaciones. Además, el análisis no tiene en cuenta los efectos de la fortificación y la suplementación en la ingesta de nutrientes, lo que podría sobreestimar el riesgo en ciertos casos, como con el yodo.

Asimismo, la biodisponibilidad y absorción de los nutrientes no se incluyeron en este análisis, lo que podría influir en las estimaciones de ingesta insuficiente. Factores como la inflamación o la presencia de enfermedades también juegan un papel clave en la absorción de nutrientes, pero la ciencia aún no ha avanzado lo suficiente para integrar estas variables en los cálculos de manera precisa.

Este estudio no solo representa un avance significativo en la comprensión de la insuficiencia global de micronutrientes, sino que también abre la puerta a futuras investigaciones y acciones concretas. La disponibilidad pública del código y los datos subyacentes permitirá que otros investigadores utilicen y amplíen estos resultados, fomentando una mejor comprensión de la crisis nutricional global.

Los autores apuntan que el desafío ahora es traducir estos hallazgos en políticas efectivas de salud pública. Sugieren que intervenciones como la biofortificación de cultivos, la fortificación de alimentos procesados y la suplementación deben ser parte de las soluciones a largo plazo, particularmente en las regiones más afectadas. Además, señalan, es fundamental mejorar la recopilación de datos alimentarios a nivel mundial para afinar las estimaciones y dirigir los recursos de manera más eficaz hacia las poblaciones que más lo necesitan.

En definitiva, este análisis subraya la importancia de abordar las deficiencias de micronutrientes de manera urgente y coordinada. En un mundo cada vez más globalizado, garantizar que todas las personas tengan acceso a una dieta equilibrada y rica en nutrientes no solo es una cuestión de salud, sino también de justicia social.

Fuente: The Lancet

Actualizado: 6 de septiembre de 2024

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