Abusar de ultraprocesados cárnicos o de desayuno resta años de vida

La tasa de mortalidad es “ligeramente más elevada” en personas que toman más alimentos ultraprocesados y esta asociación es más fuerte en ciertos productos, como los elaborados a base de carne, las bebidas azucaradas, o los ultraprocesados para el desayuno.
Trabajador en una línea de producción de carne ultraprocesada

09/05/2024

A medida que avanza la investigación sobre los alimentos ultraprocesados, también aumenta el debate al respecto. Estos productos suelen ser contener gran cantidad de calorías y ser ricos en azúcares añadidos, grasas saturadas y sal, por lo que no son saludables. Ahora, un nuevo estudio ha encontrado que la tasa de mortalidad de las personas que incluyen en su dieta habitual más cantidad de alimentos ultraprocesados es ligeramente superior a la de las personas que no los consumen.

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Los resultados del trabajo se han publicado en The BMJ y muestran que una mayor ingesta de alimentos ultraprocesados ​​se asociaba con una mortalidad por todas las causas ligeramente mayor, impulsada por causas distintas al cáncer y las enfermedades cardiovasculares. Las asociaciones variaron entre los subgrupos de alimentos ultraprocesados, y los productos listos para comer a base de carne, aves y mariscos mostraron asociaciones particularmente fuertes con la mortalidad.

Los investigadores evaluaron la relación entre el consumo de alimentos ultraprocesados y la mortalidad en dos grandes estudios de cohortes en Estados Unidos: el Nurses' Health Study en que se analizó la salud a largo plazo de 74.563 enfermeras registradas de 11 estados y el Health Professionals Follow-up Study que incluyó a 39.501 sanitarios masculinos de todo el país, que carecían de antecedentes de cáncer, enfermedades cardiovasculares o diabetes cuando se inscribieron en el estudio.

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Encontraron un aumento modesto en el riesgo de mortalidad total con un mayor consumo de alimentos ultraprocesados (7 porciones por día en promedio), en comparación con un consumo más bajo (3 porciones por día en promedio). Sin embargo, esta asociación desapareció cuando se consideró la calidad general de la dieta. Además, la asociación era más fuerte cuando se incluía el alcohol destilado –que se considera un factor de riesgo para la mortalidad prematura– y más débil con productos integrales envasados.

Los mecanismos potenciales que podrían explicar las asociaciones observadas entre alimentos ultraprocesados y resultados de salud también son variados, e incluyen la sobrealimentación debido a la densidad energética, el contenido de grasas, azúcar y sal, los potenciales efectos nocivos de ciertos aditivos y contaminantes presentes en los envases.

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No todos los alimentos no ultraprocesados son saludables

En un editorial vinculado al estudio y también publicado en The BMJ investigadores de Nueva Zelanda explican que la mayoría de las guías dietéticas ya destacan la importancia de consumir alimentos menos procesados, y en los países donde los productos integrales envasados como los panes son un alimento básico recomendado y una fuente importante de fibra, añadir una declaración general en las guías dietéticas sobre evitar los alimentos ultraprocesados no es útil.

Y añaden que las recomendaciones de evitar los alimentos ultraprocesados también pueden dar la falsa impresión de que los alimentos que no son ultraprocesados son saludables y se pueden consumir libremente, lo cual es problemático, ya que además de los efectos sobre la salud pueden tener un impacto sobre el medioambiente. Por ejemplo, la cría extensiva de ganado produce metano, un gas de efecto invernadero que influye en el cambio climático.

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Por ello, insisten en que el enfoque debería ser abogar por una adopción global más amplia de políticas alimentarias que mejoran la salud, como restricciones a la comercialización de alimentos no saludables para los niños, incluir etiquetas de advertencia en productos alimenticios nutricionalmente pobres, impuestos sobre bebidas azucaradas y prohibiciones de aceites parcialmente hidrogenados que son una fuente de grasas trans industriales.

“Una vez más se observa que el consumo de alimentos ultraprocesados aumenta el riesgo de mortalidad por todas las causas, por lo que tenemos más evidencia científica que apoya la necesidad de tomar medidas urgentes para desincentivar su consumo y promover el consumo de alimentos frescos y mínimamente procesados”, afirma  Maira Bes-Rastrollo, catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Navarra e investigadora en el Instituto de Investigación Sanitaria de Navarra (IdiSNA) y en el CIBERobn, en declaraciones a Science Media Centre España.

“En los mensajes de salud pública hay que recordar la importancia de consumir alimentos frescos y mínimamente procesados para ganar salud y muchos años de vida sin discapacidad”

“A diferencia de resultados previos, los autores no encontraron una asociación de riesgo con la mortalidad cardiovascular o el cáncer, por lo que la relación de riesgo observada puede ser explicada por un aumento de la mortalidad neurodegenerativa y por otras causas. Según los autores, estas diferencias se deben a que el resto de los trabajos incluyen las bebidas destiladas en el cómputo de los alimentos ultraprocesados y no tienen en cuenta de forma adecuada el hábito tabáquico a lo largo de la vida. Esta afirmación no es correcta, ya que al menos uno de los estudios publicados sí que ajustó los análisis por paquetes-año de consumo y, cuando se evaluó el efecto de los ultraprocesados en personas nunca fumadoras –restricción: no había confusión por tabaco–, se observó incluso un mayor riesgo”. 

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“Por otro lado, los autores, basándose en sus resultados, concluyen que la calidad nutricional de los ultraprocesados tiene una influencia más predominante en la mortalidad que el consumo per se de estos alimentos. No obstante, hay mucha literatura previa que afirma que la relación de riesgo de los alimentos ultraprocesados con la salud se debe no solo a su calidad nutricional, sino también a su procesamiento. De hecho, resultados previos de la cohorte SUN mostraron que incluso a igualdad de ingesta de ácidos grasos saturados, ácidos grasos trans, azúcares añadidos, sodio, o teniendo en cuenta la adhesión a la dieta mediterránea, los alimentos ultraprocesados seguían siendo un factor de riesgo para la mortalidad”.

“Además de la calidad nutricional, se han postulado diferentes razones que pueden explicar este efecto peligroso: el sobreconsumo de estos alimentos por ser fácilmente consumidos y gozar de una gran palatabilidad; el desplazamiento de otros alimentos más nutritivos; la falta de ingesta de sustancias fitoquímicas protectoras para la salud presentes en frutas, verduras y legumbres; la presencia de contaminantes tóxicos creados durante el procesamiento o desprendidos de los materiales del embalaje; y el consumo de un ‘cóctel’ de aditivos potencialmente dañinos para la salud si se consumen conjuntamente y a largo plazo”. 

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La experta también ha señalado que “el sistema NOVA para clasificar los alimentos según su grado de procesamiento no ha estado exento de críticas por ser una clasificación que incluye una gran diversidad de grupos de alimentos, tal y como sugieren los autores del artículo. Efectivamente, no es perfecta, pero se trata de una clasificación clara, útil y fácil de aplicar, que puede incorporarse en los mensajes de salud pública recordando la importancia de consumir alimentos frescos y mínimamente procesados para ganar salud y muchos años de vida sin discapacidad”.

Actualizado: 9 de mayo de 2024

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