Alimentos integrales y frutas vinculados con menos riesgo de diabetes

Dos nuevos estudios científicos vinculan el consumo de frutas, verduras y cereales integrales con un menor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. En el primero de estos trabajos, publicado en The BMJ, investigadores europeos analizaron la relación entre los niveles en sangre de vitamina C y carotenoides (pigmentos presentes en frutas y verduras de colores) con el riesgo de padecer esta enfermedad endocrina, ya que los niveles de estos micronutrientes son indicadores más fiables de la ingesta de frutas y verduras que realizar cuestionarios dietéticos a los participantes.

En el estudio se examinaron datos de 9.754 adultos que desarrollaron diabetes tipo 2 y un grupo de 13.662 adultos que no presentaron la enfermedad durante el seguimiento de entre los 340.234 individuos que participaron en la Investigación prospectiva europea sobre el cáncer y la nutrición (EPIC)-Estudio InterAct en ocho países de Europa.

Por cada aumento de 66 gramos al día en el consumo total de frutas y verduras el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 se reducía un 25%

Tras ajustar los factores de riesgo sociales y dietéticos y aspectos del estilo de vida que influyen en la aparición de diabetes, los niveles más elevados en sangre de vitamina C y carotenoides por separado y su suma cuando se combinan en una “puntuación de biomarcadores compuestos” se asociaron con un menor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.

En comparación con las personas que tenían la puntuación más baja de los biomarcadores compuestos, el riesgo de diabetes era un 50% menor en aquellas cuya puntuación de los biomarcadores estaba en el 20% superior de la población, mientras que el riesgo en los individuos con puntuaciones de los biomarcadores entre estos dos extremos era intermedio. De hecho, los investigadores estiman que por cada aumento de 66 gramos al día en el consumo total de frutas y verduras el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 se reducía un 25%.

Los alimentos integrales también reducen el riesgo de diabetes

En el segundo estudio, que también se ha publicado en The BMJ, científicos estadounidenses estudiaron las relaciones entra la ingesta total e individual de alimentos integrales y la diabetes tipo 2. En este caso analizaron datos de 158.259 mujeres y 36.525 varones sin diabetes ni enfermedades cardíacas ni cáncer, que participaron en el Estudio de salud de las enfermeras, el Estudio de salud de las enfermeras II y el Estudio de seguimiento de profesionales de la salud.

También en este caso se ajustaron los hábitos de vida y los factores de riesgo dietético para la diabetes y aquellos participantes en la categoría más alta para el consumo total de granos integrales tuvieron una tasa un 29% menor de diabetes tipo 2 en comparación con los de la categoría más baja.

Respecto al consumo individual de cereales de grano entero, los científicos comprobaron que tomar una o más porciones al día de cereales integrales para el desayuno o pan moreno se asociaba con un menor riesgo de diabetes tipo 2 (19% y 21%, respectivamente) en comparación con consumir menos de una ración al mes.

Los participantes con un mayor consumo total de granos integrales tuvieron una tasa un 29% menor de diabetes tipo 2 en comparación con los de la categoría más baja

Para otros granos integrales individuales con niveles de ingesta promedio más bajos, el consumo de dos o más porciones a la semana en comparación con menos de una porción al mes se asoció con un riesgo un 21% menor en el caso de la avena, un riesgo 15% menor si se trataba de salvado añadido y un 12% menor riesgo con el arroz integral y el germen de trigo.

Estas reducciones en el riesgo parecieron estabilizarse en alrededor de dos porciones diarias para la ingesta total de granos enteros, y alrededor de la mitad de una ración al día para cereales integrales para el desayuno y pan moreno.

Aunque estos estudios son de tipo observacional y no pueden determinar las causas de esta asociación, y cabe la posibilidad de que algunos de los resultados se deban a factores que no se hayan evaluado, en ambos trabajos se tuvieron en cuenta factores de riesgo del estilo de vida conocidos y marcadores de la calidad de la dieta, y sus resultados confirman los de otras investigaciones que relacionan una alimentación saludable con una mejor salud.