Aspartamo declarado posible cancerígeno: por qué no debes preocuparte
14/07/2023
Hace unos días distintos medios avanzábamos que el aspartamo, uno de los edulcorantes más utilizados en el mundo como alternativa al azúcar, iba a ser declarado como 'posiblemente carcinógeno' por parte de la OMS. Finalmente, se ha confirmado lo que se esperaba, y el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) y el Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) han publicado hoy sus evaluaciones de los efectos del aspartamo en la salud. El CIIC ha clasificado el aspartamo como posiblemente carcinógeno para los seres humanos (Grupo 2B del CIIC), tras establecer que hay «evidencia limitada» sobre su carcinogenicidad en los seres humanos, mientras que el JECFA ha reafirmado que la ingesta diaria admisible de este producto es de 40 mg/kg de peso corporal, por lo que, en otras palabras, podría considerarse seguro –salvo que se hiciera un consumo en cantidades ingentes–.
¿Qué es el aspartamo y para qué se usa?
El aspartamo es un edulcorante artificial de origen químico ampliamente utilizado en diferentes alimentos y bebidas desde la década de 1980. Es un polvo blanco e inodoro, es bajo en calorías y es unas 200 veces más dulce que el azúcar. Por todo ello se usa por ejemplo en bebidas dietéticas, como la como la Coca-Cola Light, goma de mascar, gelatina, helados, productos lácteos como el yogur, cereales de desayuno, dentífrico y medicamentos como pastillas para la tos y vitaminas masticables, así como en alimentos destinados a ayudar a perder peso.
Los expertos de la ONU evaluaron la seguridad del aspartamo en 1981 y establecieron el límite diario seguro ligeramente más bajo, en 40 miligramos de aspartamo por kilogramo.
Aunque ahora esté en el foco y despierte dudas, el aspartamo está autorizado como aditivo alimentario en Europa –la EFSA lo considera seguro– y EE.UU., donde fue aprobado en 1974 por la FDA (Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos) bajo las marcas comerciales Equal®, Nutrasweet® y Sugar Twin®, y que sigue considerando seguro su consumo para los humanos fijando una ingesta diaria aceptable de 50 miligramos por kilogramo de peso corporal. Según la FDA, una persona que pese 132 libras (60 kilogramos) necesitaría consumir alrededor de 75 paquetes de aspartamo para alcanzar ese nivel.
¿Qué relación tiene entonces el aspartamo con el cáncer?
Los dos organismos, tanto CIIC como JEFCA efectuaron exámenes independientes pero complementarios para evaluar la posible peligrosidad carcinógena y otros riesgos para la salud asociados al consumo de aspartamo. Esta es la primera vez que el CIIC evalúa el aspartamo, mientras que para el JECFA es la tercera vez. Tras el examen de la bibliografía científica disponible, en ambas evaluaciones se señalaron limitaciones en la evidencia disponible sobre el cáncer (y otros efectos sobre la salud).
Sin embargo, en un comunicado de respuesta reciente a la declaración de la OMS, la FDA afirma tajante que "no está de acuerdo con la conclusión de la IARC de que estos estudios respaldan la clasificación del aspartamo como un posible carcinógeno para los humanos".
El CIIC clasificó el aspartamo como posiblemente carcinógeno para los seres humanos (Grupo 2B) a partir de evidencia limitada para el cáncer en los seres humanos (en concreto, para el carcinoma hepatocelular, un tipo de cáncer de hígado). También se observó evidencia limitada para el cáncer en animales de experimentación y evidencia limitada relacionada con los posibles mecanismos que provocan cáncer. Según aclara al Science Media Centre España Oliver Jones, catedrático de Química de la Universidad RMIT (Australia), que hayan clasificado el aspartamo en la categoría 2B, el segundo nivel más bajo "significa que no hay pruebas suficientes de una relación con el cáncer. Otras sustancias de esta categoría son el uso del teléfono móvil y los gases de escape de los motores de gasolina. Esta es la primera vez que la IARC examina el aspartamo y parece haber sido motivada por un artículo publicado en 2022 que mencionaba el cáncer de hígado".
El Dr. Francesco Branca, Director del Departamento de Nutrición e Inocuidad de los Alimentos de la OMS ha justificado esta decisión que han tomado en que "el cáncer es una de las principales causas de muerte en todo el mundo. Cada año, una de cada seis personas muere de cáncer. La ciencia se amplía continuamente para evaluar los posibles factores iniciadores o facilitadores del cáncer, con la esperanza de reducir esas cifras y el costo humano". Y prosigue, "las evaluaciones del aspartamo han revelado que, si bien la inocuidad no preocupa de forma destacada en las dosis de consumo habitual de este producto, se han descrito posibles efectos que deben investigarse en más estudios y de mejor calidad".
La determinación de la peligrosidad por el CIIC es el primer paso fundamental para comprender la carcinogenicidad de un agente al establecerse sus propiedades específicas y su potencial para causar daño, esto es, cáncer. Las clasificaciones del CIIC reflejan la firmeza de la evidencia científica sobre la posibilidad de que un agente determinado cause cáncer en los seres humanos, pero no reflejan el riesgo de padecer cáncer a un nivel de exposición determinado. En la evaluación de la peligrosidad por la IARC se tienen en cuenta todos los tipos de exposición (por ejemplo, en la alimentación o en el trabajo). La clasificación del Grupo 2B en función de la firmeza de la evidencia corresponde al tercer nivel más alto de los 4 niveles, y generalmente se usa cuando existe evidencia limitada, y no convincente, de cáncer en los seres humanos o evidencia convincente de cáncer en animales de experimentación, pero no ambas.
Como aclara a la perfección Oliver Jones, hay dos términos que debemos entender. El primero es "peligro", que solo significa un posible daño (aunque sea muy improbable que se produzca), y [el segundo] "riesgo", que es la probabilidad de que se produzca el daño. Es como conducir un coche. Los coches chocan, la gente se lesiona e incluso muere, pero el riesgo de que eso ocurra cuando se va de compras o se lleva a los niños al colegio es bastante bajo; la mayoría de nosotros no pensamos en ello, aunque el riesgo no sea cero.
Ahora bien, "la IARC solo examina el peligro, lo que en este caso significa que se limitan a comprobar si existen pruebas de que el aspartamo pueda estar relacionado con el cáncer. No evalúa la probabilidad de que se produzca el peligro", concluye Jones.
¿Cuánto aspartamo se tendría que consumir para que fuera peligroso para la salud?
El JECFA concluyó que los datos evaluados indicaban que no había ninguna razón suficiente para cambiar la ingesta diaria admisible (IDA) previamente establecida de 0 a 40 mg/kg de peso corporal para el aspartamo. Por tanto, el Comité reafirmó que el consumo de una cantidad diaria que esté dentro de este límite es inocuo. Por ejemplo, especifica la JEFCA "con una lata de refresco dietético que contenga 200 o 300 mg de aspartamo, un adulto que pesa 70 kg necesitaría consumir más de 9-14 latas al día para exceder la ingesta diaria admisible, si no se consumen otros alimentos".
Aquí hay ciertas dudas entre los expertos respecto en qué se cantidad de alimentos se traduce esta cifra 'segura'. Para Rafael Urrialde de Andrés, Profesor en la facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Complutense de Madrid y en la facultad de Farmacia de la Universidad San Pablo-CEU, y vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Nutrición, "esto significa un consumo de 2.800 mg de aspartamo. Sorprenden los cálculos que dieron desde la OMS en la rueda de prensa porque con tablas de composición de alimentos, no supondría como dijeron 10 latas de refresco, sino, aproximadamente 15, partiendo de la premisa de una cantidad en torno a 50 mg de aspartamo por 100 ml de producto alimenticio. Es más, con esta IDA, podría suponer para un adulto de 70 kg consumir todos los siguientes productos en un solo día: 2 raciones de bebidas alcohólicas tipo combinados, 8 cucharaditas de cacao en polvo, 2 cervezas bajas en calorías, 5 chicles o gomas de mascar, 5 cucharaditas de edulcorantes de mesa, 2 raciones de frutas o vegetales en conserva, 2 porciones de gelatina sin azúcar, 3 yogures o leches fermentadas, 2 raciones de mermelada, 2 vasos de néctares, 2 bebidas refrescantes a base de zumo, 3 porciones de chocolate, 3 refrescos bajos en o sin azúcares o azúcares añadidos, toques de salsas, 2 bebidas de té y 2 yogures bebibles", ha explicado el profesor al SMC.
No obstante, prosigue Urrialde, "hay que señalar que en la rueda de prensa también se indicó, sorprendentemente que, para un niño de 20 kg de peso, la ingesta de aspartamo sería de 800 mg. En este caso, como en el de mujeres embarazadas, personas mayores o las que tienen un problema fisiológico o enfermedad, aparte de la fenilcetonuria y que no deberían consumir aspartamo por el contenido en fenilalanina, se debería ser más cauteloso por parte de la OMS, ya que si lo están clasificando a través de la IARC como 2B (posiblemente cancerígeno) deberían haber indicado que los niños, al igual que personas mencionadas, deberían de abstenerse de consumir aspartamo, pues el grado de protección, como también el JEFCA lo tiene en cuenta para la determinación de las IDAS, sería mucho mayor. En este sentido también indicar que los datos facilitados ayer por la OMS no fueron ajustados a la realidad, pues 800 mg de aspartamo no equivalen a 2-4 latas de refresco, sino a 5-6 latas de refresco, o lo que equivaldría a consumir durante un solo al día todos los siguientes productos: 2 yogures o leches fermentadas, 2 porciones de chocolate, 5 cucharaditas de cacao en polvo, 2 raciones de mermelada, 2 vasos de néctares y 2 vasos de bebidas a base de frutas".
Necesidad de nuevas investigaciones sobre el aspartamo
«Las conclusiones de evidencia limitada de carcinogenicidad en los seres humanos y los animales, y de evidencia causal limitada sobre cómo puede producirse la carcinogenicidad, subrayan la necesidad de seguir investigando para poder comprender mejor si el consumo de aspartamo constituye un peligro carcinógeno», declaró la Dra. Mary Schubauer-Berigan, del programa Monografías del CIIC.
En las evaluaciones de riesgos realizadas por el JECFA se determina la probabilidad de que ocurra un tipo específico de daño, es decir, cáncer, en determinadas condiciones y niveles de exposición. No es inusual que el JECFA tenga en cuenta las clasificaciones del CIIC en sus deliberaciones.
«El JECFA también examinó la evidencia sobre el riesgo de cáncer en estudios realizados en animales y seres humanos, y concluyó que la evidencia de vínculo entre el consumo de aspartamo y el cáncer en los seres humanos no es convincente», señaló el Dr. Moez Sanaa, Jefe de la Unidad de Normas y Asesoramiento Científico sobre Alimentación y Nutrición de la OMS. «Necesitamos mejores estudios con un seguimiento más prolongado y repetición de cuestionarios sobre alimentación en cohortes existentes. Necesitamos ensayos controlados aleatorizados, en particular estudios de vías causales pertinentes para la regulación de la insulina, el síndrome metabólico y la diabetes, particularmente en relación con la carcinogenicidad.»
Las evaluaciones del CIIC y el JECFA sobre los efectos del aspartamo partieron de datos científicos recopilados de diversas fuentes, como artículos sometidos a arbitraje por pares, informes gubernamentales y estudios realizados con fines regulatorios. Los estudios han sido revisados por expertos independientes, y ambos comités han tomado medidas para garantizar la independencia y fiabilidad de sus evaluaciones. El CIIC y la OMS continuarán dando seguimiento a la nueva evidencia y alentarán a grupos de investigación independientes a que inicien más estudios sobre el posible vínculo entre la exposición al aspartamo y los efectos en la salud de los consumidores.
En definitiva, como expresa al SMC Andrea Teng, investigadora del departamento de Salud Pública de la Universidad de Otago (Nueva Zelanda), "eso significa que su seguridad en las dosis actuales no es motivo de gran preocupación y que necesitamos investigar más y mejor para comprender sus efectos. Para poner esto en contexto, las pruebas son más sólidas en el caso de los vínculos entre alcohol y cáncer, o carne roja y cáncer".
De la misma idea es Urrialde, que apunta a que "es imprescindible poner en marcha estudios in vivo en humanos y determinar claramente el grado de exposición a los edulcorantes en general y aspartamo, sucralosa y sacarina en particular, por el riesgo del cáncer o por su posible impacto en la microbiota intestinal".
El catedrático de Química Oliver Jones es más contundente en su conclusión: "debemos recordar que todos estamos expuestos a agentes cancerígenos todos los días. Suena aterrador, pero se trata de un riesgo. Incluso las cosas que la IARC clasifica como carcinógenos de clase uno, como la luz ultravioleta y el alcohol, no causan cáncer instantáneamente solo por exponerse a ellos una vez. Por ejemplo, si tomas demasiado el sol en la playa en verano puede que te quemes, pero te recuperarás. Si tomas el sol continuamente sin protección solar, tu riesgo de cáncer de piel aumenta. En resumen, yo seguiré disfrutando de mi Pepsi Max y creo que tú también puedes hacerlo".
Actualizado: 14 de julio de 2023