Ayunar entrena a las células asesinas inmunes para combatir mejor el cáncer

Descubren que el ayuno podría mejorar la respuesta inmune contra el cáncer al reprogramar a las células asesinas naturales del cuerpo para mejorar su supervivencia en el entorno tumoral y potenciar su capacidad para combatir el cáncer.
Mujer rechazando alimentos por que está realizando ayuno

18/06/2024

El ayuno y otros patrones alimenticios se están explorando cada vez más como métodos capaces de privar a las células cancerosas de los nutrientes que necesitan para crecer, así como para mejorar la efectividad de los tratamientos contra el cáncer, y un nuevo estudio realizado por investigadores del Centro de Cáncer Memorial Sloan Kettering (MSK) ha demostrado por primera vez que el ayuno puede reprogramar el metabolismo de las células asesinas naturales del sistema inmunológico, ayudándolas a sobrevivir en el duro entorno de los tumores y mejorando su capacidad para combatir el cáncer.

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Los hallazgos se han publicado en la revista Immunity y podrían ayudar a explicar uno de los mecanismos por los cuales el ayuno puede ayudar al cuerpo a defenderse contra el cáncer, además de reducir la grasa y mejorar el metabolismo. Aunque las pruebas se han llevado a cabo en ratones y se necesita más investigación, los resultados también sugieren que el ayuno podría ser una estrategia para mejorar las respuestas inmunitarias y hacer que la inmunoterapia sea más efectiva, han señalado los autores del estudio.

“Los tumores son muy voraces”, ha declarado el inmunólogo Joseph Sun, autor principal del estudio. “Absorben nutrientes esenciales creando un ambiente hostil, a menudo rico en lípidos que son perjudiciales para la mayoría de las células inmunes. Lo que mostramos aquí es que el ayuno reprograma estas células asesinas naturales para que sobrevivan mejor en este entorno supresor”.

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Cómo actúan las células asesinas naturales del sistema inmunitario

Las células asesinas naturales, o células NK (del inglés natural killer), son un tipo de glóbulo blanco que puede eliminar células anormales o dañadas, como las células cancerosas o las células infectadas por un virus. Se les llama ‘naturales’ porque pueden destruir una amenaza sin haberla encontrado antes, a diferencia de las células T, que requieren una exposición previa a un enemigo específico para montar una respuesta dirigida.

En general, cuanto mayor es la cantidad de células natural killer presentes en un tumor, mejor es el pronóstico para el paciente. Para el estudio, los ratones con cáncer fueron privados de comida durante 24 horas dos veces por semana, y luego se les permitió comer libremente entre los ayunos. Este enfoque evitó que los ratones perdieran peso en general, según los autores, pero estos períodos de ayuno tuvieron un efecto profundo en las células NK.

“Durante cada uno de los ciclos de ayuno las células asesinas naturales aprendieron a usar los ácidos grasos como fuente de combustible alternativa a la glucosa, lo que optimiza su respuesta contra el cáncer”

Al igual que ocurre en los humanos, los ratones experimentaron una disminución en sus niveles de glucosa y un aumento en los ácidos grasos libres, que son lípidos liberados por las células grasas que pueden servir como fuente de energía alternativa cuando otros nutrientes no están presentes, ha explicado la Dra. Rebecca Delconte, que ha liderado el estudio.

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“Durante cada uno de estos ciclos de ayuno, las células asesinas naturales aprendieron a usar estos ácidos grasos como fuente de combustible alternativa a la glucosa”, ha explicado. “Esto realmente optimiza su respuesta contra el cáncer porque el microambiente tumoral contiene una alta concentración de lípidos, y ahora pueden entrar en el tumor y sobrevivir mejor gracias a este entrenamiento metabólico”.

Un enfoque que podría mejorar los tratamientos contra el cáncer

El ayuno también llevó a una redistribución de las células asesinas naturales dentro del organismo, han indicado los investigadores. Muchas de las células NK se desplazaron a la médula ósea, donde, gracias al ayuno, estuvieron expuestas a altos niveles de una proteína clave llamada Interleucina-12. Esto preparó a las células natural killer para producir más Interferón-gamma, una citoquina que desempeña un papel importante en las respuestas antitumorales. Mientras tanto, las células NK en el bazo se sometieron a una reprogramación separada, haciéndolas mejores en el uso de lípidos como fuente de combustible.

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“Con estos dos mecanismos juntos, encontramos que las células asesinas naturales están preparadas previamente para producir más citoquinas dentro del tumor”, ha dicho la Dra. Delconte. “Y con la reprogramación metabólica, son más capaces de sobrevivir en el entorno del tumor y se especializan para tener propiedades anticancerígenas mejoradas”.

Aún no está claro si hay dos poblaciones separadas de células natural killer que se entrenan de manera diferente en diferentes partes del cuerpo, o si las células terminan pasando por ambos sitios durante su ciclo de vida de varias semanas. “Esa es la pregunta del millón”, dice el Dr. Sun. “Y una que apenas hemos comenzado a responder utilizando las técnicas de etiquetado celular que empleamos en este estudio”.

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Aunque no se estudiaron muestras de médula ósea humana como parte del proyecto, los investigadores señalan que las muestras de sangre de pacientes con cáncer muestran que el ayuno causa una reducción de las células asesinas naturales circulantes libremente en las personas, tal como observaron en los ratones.

Existen varias oportunidades potenciales para hacer avanzar la investigación del modelo de ratón hacia la clínica, dicen los investigadores. En primer lugar, ya se están iniciando ensayos clínicos para evaluar la seguridad y efectividad del ayuno en combinación con los tratamientos estándar disponibles. Otra vía sería identificar medicamentos que pudieran dirigirse a los mecanismos subyacentes sin requerir que los pacientes ayunen. En tercer lugar, las células asesinas naturales se podrían poner en un estado de ayuno fuera del cuerpo y luego administrarse para mejorar los efectos del tratamiento.

Actualizado: 18 de junio de 2024

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