Cenar pasadas las 9 de la noche aumenta un 28% el riesgo cardiovascular
15/12/2023
Una dieta equilibrada que nos aporte los nutrientes necesarios es clave para una buena salud, pero parece ser que las horas que elegimos para hacer las comidas también influyen en las probabilidades de desarrollar enfermedades. Nuestro estilo de vida ha contribuido a que los hábitos alimentarios no sean los más aconsejables y muchas personas se saltan el desayuno o cenan muy tarde. Ahora, un nuevo estudio que se ha publicado en Nature Communications revela que esto puede tener consecuencias muy negativas.
Los investigadores emplearon datos de 103.389 personas que participaron en el estudio NutriNet-Santé para estudiar las asociaciones entre los patrones de ingesta de alimentos y las probabilidades de sufrir una enfermedad cardiovascular. El 79% de los participantes eran mujeres y tenían una edad promedio de 42 años. Los investigadores tuvieron en cuenta numerosos factores que podrían influir en los resultados, especialmente factores sociodemográficos (edad, sexo, situación familiar…), calidad nutricional de la dieta, estilo de vida y ciclo del sueño.
Mejores horarios para comer y prevenir enfermedades
Lo que han descubierto estos científicos es que hacer la primera comida del día más tarde, como ocurre, por ejemplo, cuando se salta el desayuno, se asocia con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, con un aumento del riesgo del 6% por cada hora de retraso. Por ejemplo, una persona que ingiere alimentos por primera vez a las 9 de la mañana tiene un 6% más probabilidades de desarrollar una enfermedad cardiovascular que otra que hace su primera comida a las 8 de la mañana.
Retrasar la cena es aún más peligroso, ya que tomar la última comida del día después de la nueve de la noche se asoció con un aumento del 28% en el riesgo de enfermedad cerebrovascular, como un derrame cerebral, en comparación con cenar antes de las ocho de la tarde, especialmente en el caso de las mujeres. Por el contrario, prolongar el ayuno nocturno (el tiempo entre la última comida del día y la primera comida del día siguiente) se asocia con un riesgo reducido de enfermedad cerebrovascular, lo que apoya los beneficios de desayunar y cenar temprano.
Además de la luz, el ciclo diario de ingesta de alimentos alternado con periodos de ayuno sincroniza los relojes biológicos e influyen en funciones cardiometabólicas como la regulación de la presión arterial
Estos hallazgos ponen de manifiesto la potencial importancia que tiene el horario de las comidas para reducir el riesgo cardiovascular y, aunque es necesario realizar nuevos estudios científicos que permitan confirmarlos, sugieren que adoptar la costumbre de realizar la primera y la última comida del día más temprano y manteniendo un periodo de ayuno nocturno más prolongado podría ayudar a prevenir enfermedades cardiovasculares, que actualmente son la principal causa de muerte en el mundo según el estudio Global Burden of Disease, con 18,6 millones de muertes anuales en 2019, de los que alrededor de 7,9 son atribuibles a la dieta. Esto significa que la dieta desempeña un importante papel en el desarrollo y progresión de estas patologías.
El estilo de vida de las sociedades occidentales ha dado lugar a hábitos alimentarios específicos, como cenar tarde o saltarse el desayuno. Además de la luz, el ciclo diario de ingesta de alimentos (comidas, snacks, etcétera) alternado con periodos de ayuno sincroniza los relojes biológicos o ritmos circadianos de los distintos órganos del cuerpo, e influyen en funciones cardiometabólicas como la regulación de la presión arterial. Por ello, la crononutrición se está convirtiendo en un nuevo y relevante ámbito para comprender la relación entre el momento de la ingesta de alimentos, los ritmos circadianos y la salud.
Actualizado: 15 de diciembre de 2023