Consumir tomate podría ayudar a reducir los efectos del alcohol
19/09/2017
El consumo habitual de alcohol conduce, entre otros, al posible desarrollo de hepatopatía alcohólica y aumenta considerablemente el riesgo de cáncer de hígado. Esto ocurre porque cuando consumimos alcohol, las enzimas hepáticas descomponen el alcohol, pero este proceso causa daños en las células del hígado y aumenta la inflamación que se propaga por todo el cuerpo. Según los expertos, no hay una dosis de alcohol que sea completamente segura e inocua, por lo que la mejor forma de prevenir los efectos nocivos que produce esta sustancia es, sin lugar a dudas, la abstinencia.
Un estudio reciente llevado a cabo en la Universidad de Tufts (Boston, Estados Unidos) plantea que si una persona consume hasta dos bebidas alcohólicas al día, podría proteger su cuerpo de las toxinas dañinas del alcohol comiendo entre dos y cuatro tomates a diario. El equipo investigador ha llegado a esta conclusión a través de ratones de laboratorio a los que se administró 100 mililitros de alcohol al día, el equivalente de alrededor de siete bebidas alcohólicas estándar, por un período de cuatro semanas, para imitar el abuso del alcohol entre los sujetos humanos.
El análisis de los datos recopilados mostró que el tomate en polvo redujo el daño relacionado con el alcohol al 90% de los ratones de laboratorio
Durante ese tiempo, se probaron tres productos diferentes relacionados con el tomate: tomate en polvo (nutricionalmente equivalente al tomate entero), extracto de tomate (tomate parcial, que solo contiene componentes solubles en grasa) y licopeno purificado (pigmento rojo antioxidante) contra el desarrollo de hepatopatía alcohólica en los animales. El análisis de los datos mostró que el tomate en polvo redujo el daño hepático relacionado con el alcohol al 90% de los ratones de laboratorio, no así los otros dos productos. Estos datos proporcionan una fuerte evidencia de que el tomate entero podría ser una estrategia eficaz de prevención de enfermedades hepáticas, y confirman estudios anteriores según los cuales el licopeno por sí solo no puede tratar el daño hepático.
El alcohol no afecta sólo al hígado
El hígado no es el único órgano afectado por el consumo de alcohol ya que, incluso en cantidades limitadas, el alcohol causa daño a las células cerebrales (anomalías en las funciones cerebrales, trastornos del sueño, problemas de tipo emocional y alteraciones mentales graves), en el sistema circulatorio y respiratorio, en el aparato digestivo al completo, el sistema inmune y el aparato reproductor.
Además, el consumo de alcohol por parte de mujeres embarazadas puede provocar en el feto graves efectos como retraso de crecimiento, alteración en los rasgos cráneo-faciales, patologías cardíacas, hepáticas o renales. Incluso, en casos graves del síndrome alcohólico fetal, se pueden producir un retraso en el desarrollo mental de la descendencia.
Actualizado: 9 de abril de 2023