El azúcar, ocho veces más adictivo que la cocaína
03/06/2016
El azúcar es ocho veces más adictivo que la cocaína, y el 80% de los alimentos contienen azúcares añadidos, en forma de sacarosa, fructosa, glucosa, lactosa, dextrosa, azúcar moreno…, según revela una investigación de la Universidad de Stanford. Además, diversos estudios señalan que por primera vez en la historia la obesidad provocará más muertes que el hambre y, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2030 Europa se encontrará inmersa en una crisis sanitaria y económica de grandes dimensiones a consecuencia del aumento de la obesidad y la diabetes.
De hecho, la OMS vaticina que dos de cada tres europeos presentarán sobrepeso en esa fecha. Con respecto a la diabetes, mientras en los años ochenta 108 millones de adultos padecían esta enfermedad metabólica, en 2014 ya había 422 millones de personas en esta situación, lo que significa que en tres década se ha producido un incremento del 75% de los casos de diabetes en todo el mundo.
Las campañas de marketing de la industria alimentaria tratan de minimizar el impacto negativo de los azúcares añadidos sobre la salud, a pesar de que existe evidencia científica de que su consumo continuado puede causar obesidad y diabetes
Como ha explicado Pilar García Lorda, directora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC (Universitat Oberta de Catalunya), los costes sanitarios que supondrá esta pandemia y sus complicaciones asociadas difícilmente podrán ser asumidos por los sistemas sanitarios. Esta experta añade que las campañas de marketing de la industria alimentaria son similares a las empleadas por los comercializadores de tabaco cuando afirmaban que fumar no provocaba cáncer, porque tratan de minimizar el impacto negativo de los azúcares añadidos sobre la salud, a pesar de que existe evidencia científica de que su consumo continuado puede causar obesidad y diabetes.
De esta forma, y según García Lorda, la industria alimentaria pretende dirigir la atención hacia otros causantes del sobrepeso como el sedentarismo, lo cual es cierto, pero no elimina la responsabilidad que tienen sus productos, especialmente porque una gran parte de los azúcares se ocultan en alimentos procesados y son difíciles de detectar por los consumidores.
Un ejemplo de ello son los productos light o bajos en grasas que, según afirma Alicia Aguilar, nutricionista de la UOC, a veces contienen más azúcares añadidos que los normales. Otros alimentos procesados con un exceso de azúcar son los refrescos o la salsa de tomate, y los expertos advierten de que abusar de este tipo de productos desencadena una respuesta hormonal que hace que el organismo produzca más insulina, generando ansiedad y sensación de hambre, por lo que hay que evitar o limitar el consumo de alimentos energéticamente densos y nutricionalmente pobres, y recuperar estilos de alimentación saludables como la dieta mediterránea.
Actualizado: 7 de septiembre de 2022