Enumeran qué diferentes alimentos protegen frente a cada tipo de ictus
26/02/2020
El tipo de dieta puede ser determinante en la probabilidad de que una persona sufra un accidente cerebrovascular. En estudios anteriores se creía que alimentos como verduras, fruta, fibra… interferían de la misma manera en los ictus isquémicos y hemorrágicos, y de ahí que las recomendaciones dietéticas que se hacían en este sentido para proteger del riesgo de ictus eran genéricas, pero una nueva investigación ha demostrado que estos alimentos no inciden para bien o para mal de la misma manera en todos los tipos de accidentes cerebrovasculares.
El 85% de los accidentes cerebrovasculares que se producen en el mundo son isquémicos –cuando un coágulo de sangre bloquea una arteria que suministra sangre al cerebro o se forma en otro lugar del cuerpo y viaja al cerebro donde bloquea el flujo sanguíneo– y el 15% restante son hemorrágicos –se produce un sangrado cerebral que daña las células cercanas– y ambos tipos de ictus se han posicionado como la segunda causa de fallecimiento en el mundo.
Tomar 200 g al día de frutas y verduras reduce hasta un 13% el riesgo de accidente cardiovascular isquémico
La investigación, la más grande de este tipo hasta la fecha, que se ha publicado en el European Heart Journal, ha contado con la participación de 418.329 participantes de nueve países europeos diferentes –Alemania, Dinamarca, Italia, Grecia, Noruega, Países Bajos, Reino Unido, Suecia y España– que rellenaron cuestionarios sobre su alimentación, estilo de vida factores sociodemográficos e historial médico durante casi 13 años, en el que se registraron 4.281 casos de ictus isquémicos y 1.230 hemorrágicos.
Tomar muchos huevos aumenta el riesgo de ictus hemorrágico
Los resultados demostraron que aquellos que tenían un elevado nivel de consumo de verduras, frutas, queso, leche o yogur tenían menos riesgo de ictus isquémico, aunque no se encontró una asociación significativa de estos alimentos en la reducción del riesgo del accidente cerebrovascular hemorrágico.
Del mismo modo, hallaron que consumir una gran cantidad de huevos podría aumentar la probabilidad de sufrir un accidente cerebrovascular hemorrágico, por cada 20 g extra de este alimento aumentaba un 25%. Pero esta asociación no se daba entre el consumo de huevos y el accidente cerebrovascular isquémico. Lo que corrobora la principal hipótesis de los autores de que los alimentos no tienen los mismos efectos en los dos tipos de ictus.
La fibra, clave para reducir la probabilidad de ictus isquémico
Tammy Tong, principal autor del estudio, ha expuesto que uno de sus hallazgos fue que tomar mucha cantidad de fibra dietética, frutas y verduras se asociaba a menos riesgo de ictus isquémico. Tan solo las frutas y verduras se relacionaron con hasta un 13% menos de riesgo por cada 200 g al día, equivalente a un caso menos de accidente cerebrovascular por coágulo de sangre por cada 1.000 en 10 años.
En cuanto a la fibra –incluyendo la que se obtiene de cereales, frutos secos, semillas, verduras y frutas– fue el elemento de la dieta que más redujo de manera potencial el riesgo de accidente cerebrovascular isquémico. Concretamente se encontró que cada 10 g más de ingesta al día de fibra había un 23% menos de probabilidades de este tipo de ictus, los que supone unos dos casos menos por cada 1.000 personas durante 10 años.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) recomiendan el consumo mínimo de 400 g de frutas y verduras cada día, y el ESC aclara que la fibra diaria debe ser entre 30 y 45 g. Para hacerse una idea de la cantidad de fibra que eso supone, las estimaciones planteadas en el estudio indican que unos ocho arbolitos de brócoli tiene unos 3 g de fibra, dos rebanadas de pan integral 6,6 g y una manzana de tamaño mediano sin pelar son 1,2 g.
Sin embargo, los investigadores aseguran que todavía hay que seguir investigando esta asociación, pues el estudio es de carácter observacional y no pueden obtener las causas exactas de esta relación, aunque creen que podría deberse a los efectos que estos alimentos tienen sobre la presión arterial, el colesterol y la obesidad, que acaban influyendo en la aparición de accidentes cerebrovasculares.
Actualizado: 4 de mayo de 2023