La dieta keto puede ayudar a mejorar enfermedades mentales graves

La dieta keto o cetogénica se caracteriza por un elevado contenido en grasas, moderado en proteínas y muy bajo en carbohidratos, y su principal objetivo es inducir al organismo a entrar en un estado de cetosis, un proceso metabólico en el que el cuerpo quema grasa para obtener energía en lugar de glucosa, que se deriva principalmente de los carbohidratos. Al favorecer la quema de grasa corporal facilita la pérdida de peso y por ello se ha popularizado entre la población general, mientras que los científicos analizan sus ventajas e inconvenientes.

Un estudio piloto realizado por investigadores de Standford Medicine ha encontrado ahora que los efectos metabólicos de la dieta keto proporcionan importantes beneficios psiquiátricos. En promedio, los participantes mostraron una mejora del 31% según una escala de valoración psiquiátrica de enfermedades mentales conocida como escala de impresiones clínicas globales, con tres cuartas partes de los participantes experimentando una mejora clínicamente significativa. En general, los participantes también informaron de un mejor sueño y una mayor satisfacción con la vida.

Para las personas que viven con enfermedades mentales graves como la esquizofrenia o el trastorno bipolar, el tratamiento estándar con medicamentos antipsicóticos puede ser beneficioso, pero también problemático. Aunque estos fármacos ayudan a regular la química cerebral, a menudo provocan efectos secundarios metabólicos como resistencia a la insulina y obesidad, lo suficientemente preocupantes como para que muchos pacientes dejen de tomarlos.

El nuevo estudio ha descubierto que una dieta cetogénica no solo restaura la salud metabólica en estos pacientes mientras continúan tomando sus medicamentos, sino que también mejora sus condiciones psiquiátricas, lo que sugiere que una intervención dietética puede ser una ayuda significativa en el tratamiento de enfermedades mentales. Los resultados se han publicado en Psychiatry Research donde los autores explican sus principales hallazgos, que han sido:

• La terapia con dieta cetogénica resultó en la reversión del síndrome metabólico en esta cohorte de enfermedades mentales graves.
• Los participantes con esquizofrenia mostraron una mejora promedio del 32% según la escala de calificación psiquiátrica breve.
• El porcentaje de participantes con trastorno bipolar que mostraron una mejora >1 punto en la impresión clínica global fue del 69%.
• Se observaron mayores beneficios de biomarcadores con la adherencia a la dieta cetogénica.

Mejorar la salud metabólica para mejorar la salud del cerebro

La Dra. Shebani Sethi, profesora asociada de psiquiatría y ciencias del comportamiento y primera autora del estudio recuerda cuando observó la conexión por primera vez. Como estudiante de medicina trabajando en una clínica de obesidad vio a un paciente con esquizofrenia resistente al tratamiento cuyas alucinaciones auditivas se calmaron con una dieta cetogénica. Esto la llevó a investigar en la literatura médica y, aunque solo encontró unos pocos informes antiguos sobre el uso de la dieta cetogénica para tratar la esquizofrenia, descubrió un largo historial de éxito en el uso de dietas cetogénicas para tratar las convulsiones epilépticas.

“La dieta cetogénica ha demostrado ser efectiva para las convulsiones epilépticas resistentes al tratamiento al reducir la excitabilidad de las neuronas en el cerebro”, dijo Sethi. “Pensamos que valdría la pena explorar este tratamiento en condiciones psiquiátricas”. Unos años después, Sethi acuñó el término psiquiatría metabólica, un nuevo campo que aborda la salud mental desde una perspectiva de conversión de energía.

Durante el ensayo piloto de cuatro meses el equipo de Sethi siguió a 21 participantes adultos diagnosticados con esquizofrenia o trastorno bipolar, que tomaban medicamentos antipsicóticos y tenían una anomalía metabólica, como aumento de peso, resistencia a la insulina, hipertrigliceridemia, dislipidemia, o intolerancia a la glucosa. Se instruyó a los participantes a seguir una dieta cetogénica, con aproximadamente el 10% de las calorías de carbohidratos, el 30% de proteínas y el 60% de grasas. No se les indicó contar calorías y también se les proporcionaron libros de cocina keto y acceso a un entrenador de salud.

“Cualquier cosa que mejore la salud metabólica general probablemente va a mejorar la salud cerebral, pero la dieta cetogénica puede proporcionar cetonas como un combustible alternativo a la glucosa para un cerebro con disfunción energética”

El equipo de investigación monitoreó la adherencia a la dieta de los participantes a través de medidas semanales de niveles de cetonas en sangre. Al final del ensayo, 14 pacientes fueron completamente adherentes, seis fueron semiadherentes y solo uno no fue adherente. Los participantes se sometieron a una variedad de evaluaciones psiquiátricas y metabólicas a lo largo del ensayo.

Antes del ensayo, el 29% de los participantes cumplía con los criterios para el síndrome metabólico, definido como tener al menos tres de cinco condiciones: obesidad abdominal, triglicéridos elevados, colesterol HDL bajo, presión arterial elevada y niveles elevados de glucosa en ayunas. Después de cuatro meses con una dieta cetogénica ninguno de los participantes tenía síndrome metabólico.

En promedio, los participantes perdieron el 10% de su peso corporal; redujeron su circunferencia de cintura en un 11%; y tuvieron una presión arterial más baja, índice de masa corporal, triglicéridos, niveles de azúcar en sangre y resistencia a la insulina.

“Estamos viendo cambios enormes”, dijo Sethi. “Incluso si estás tomando medicamentos antipsicóticos, aún podemos revertir la obesidad, el síndrome metabólico y la resistencia a la insulina. Creo que eso es muy alentador para los pacientes”. “Los participantes notaron mejoras en su energía, sueño, estado de ánimo y calidad de vida”, ha destacado Sethi, que añade: “Se sienten más saludables y esperanzados”.

Los investigadores quedaron impresionados por el alto nivel de adherencia a la dieta por parte de la mayoría de los participantes. “Observamos mayores beneficios en el grupo que se adhirió completamente a la dieta en comparación con el grupo semi-adherente, lo que indica una posible relación dosis-respuesta”, explicó Sethi.

Hay evidencia creciente de que enfermedades psiquiátricas como la esquizofrenia y el trastorno bipolar se originan en déficits metabólicos del cerebro, que afectan la excitabilidad de las neuronas, ha afirmado Sethi. Por ello, los investigadores plantean la hipótesis de que, así como una dieta cetogénica mejora el metabolismo del resto del cuerpo, también mejora el metabolismo cerebral.

“Cualquier cosa que mejore la salud metabólica en general probablemente va a mejorar la salud cerebral de todos modos”, afirmó Sethi. “Pero la dieta cetogénica puede proporcionar cetonas como un combustible alternativo a la glucosa para un cerebro con disfunción energética”. Probablemente hay múltiples mecanismos en juego, ha añadido, y el principal propósito de este pequeño ensayo piloto es ayudar a los investigadores a detectar señales que guiarán el diseño de estudios más grandes y robustos.