Un estudio de la
Universidad de Bath revela que las
dietas cetogénicas que se caracterizan por ser bajas en carbohidratos pueden
aumentar los niveles de colesterol y reducir las bacterias intestinales beneficiosas, específicamente
Bifidobacterium. En la investigación también han participado científicos de la Universidad de Bristol, los Oxford University Hospital Trusts, la Universidad de Maastricht y el Centro de Investigación Alimentaria Teagas.
Los investigadores analizaron los datos de 53 adultos sanos durante un período de hasta 12 semanas. Los participantes siguieron una dieta moderada en azúcar (control), una dieta baja en azúcar (menos del 5% de calorías provenientes del azúcar) o una dieta cetogénica o keto baja en carbohidratos (menos del 8% de calorías provenientes de carbohidratos).
- Aumento del colesterol: la dieta cetogénica elevó los niveles de colesterol, especialmente en partículas LDL pequeñas y medianas. Además, incrementó la apolipoproteína B (apoB), que contribuye a la acumulación de placa en las arterias. En contraste, la dieta baja en azúcar redujo significativamente el colesterol en las partículas LDL.
- Reducción de bacterias intestinales beneficiosas: la dieta cetogénica alteró la composición del microbioma intestinal, disminuyendo notablemente las Bifidobacterias, bacterias beneficiosas comúnmente encontradas en los probióticos. Estas bacterias tienen amplios beneficios, como la producción de vitaminas del grupo B, la inhibición de patógenos y bacterias nocivas, y la reducción del colesterol. La restricción de azúcar no tuvo un impacto significativo en la composición del microbioma intestinal.
- Tolerancia a la glucosa: la dieta cetogénica redujo la tolerancia a la glucosa, lo que significa que los cuerpos de los adultos se volvieron menos eficientes en manejar los carbohidratos.
- Pérdida de grasa: ambas dietas resultaron en pérdida de grasa. La dieta keto condujo a una pérdida promedio de masa grasa de 2,9 kg por persona, mientras que la dieta restringida en azúcar resultó en una pérdida promedio de 2,1 kg de masa grasa por persona en 12 semanas.
- Metabolismo: los investigadores también notaron que la dieta cetogénica causó cambios significativos en el metabolismo lipídico y en el uso de energía muscular, cambiando la preferencia del combustible del cuerpo de la glucosa a las grasas.
- Niveles de actividad física: ambas dietas lograron pérdida de grasa sin cambiar los niveles de actividad física. Estudios anteriores del Centro para la Nutrición, Ejercicio y Metabolismo han demostrado que saltarse el desayuno o el ayuno intermitente provocan reducciones en la actividad física.
Más riesgo de enfermedades cardiovasculares y digestivas
"A pesar de reducir la masa grasa, la dieta cetogénica aumentó los niveles de grasas desfavorables en la sangre de nuestros participantes, algo que, si se mantiene durante años, podría tener implicaciones de salud a largo plazo, como un mayor riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares", ha destacado el investigador principal, Dr. Aaron Hengist.
El Dr. Russell Davies, que lideró la investigación sobre el microbioma, ha explicado el impacto de estos patrones de alimentación en la salud intestinal: "La fibra dietética es esencial para la supervivencia de las bacterias intestinales beneficiosas como las Bifidobacterias. La dieta cetogénica redujo la ingesta de fibra a alrededor de 15 gramos por día, la mitad de la ingesta recomendada por el NHS. Esta reducción en Bifidobacterias podría contribuir a consecuencias de salud significativas a largo plazo, como un mayor riesgo de trastornos digestivos como la enfermedad inflamatoria intestinal, mayor riesgo de infecciones intestinales y una función inmunológica debilitada".
"La dieta cetogénica es efectiva para la pérdida de grasa, pero conlleva efectos metabólicos y microbiológicos variados que pueden no ser adecuados para todos"
El profesor Javier González, que supervisó la investigación, comentó los hallazgos relacionados con la glucosa: "La dieta cetogénica redujo los niveles de glucosa en ayunas, pero también redujo la capacidad del cuerpo para manejar los carbohidratos de una comida. Al medir las proteínas en muestras musculares tomadas de las piernas de los participantes, creemos que esto probablemente es una respuesta adaptativa a comer menos carbohidratos diariamente y refleja una resistencia a la insulina para almacenar carbohidratos en el músculo. Esta
resistencia a la insulina no es necesariamente algo malo si las personas siguen una dieta cetogénica, pero si estos cambios persisten cuando las personas vuelven a una dieta más alta en carbohidratos, podría aumentar el riesgo de desarrollar
diabetes tipo 2 a largo plazo".
A la luz de esta nueva investigación, los académicos concluyen que si estás considerando hacer dieta, una dieta baja en azúcar será mejor para la mayoría de las personas. Se necesita más trabajo para comprender cómo los individuos pueden beneficiarse de cada tipo de dieta. El gobierno recomienda que los
azúcares libres (aquellos añadidos a los alimentos o bebidas o que se encuentran naturalmente en la miel, jarabes, jugos de frutas y batidos) se restrinjan a menos del 5% de la ingesta total de energía.
"La dieta cetogénica es efectiva para la pérdida de grasa, pero conlleva efectos metabólicos y microbiológicos variados que pueden no ser adecuados para todos. En contraste, la restricción de azúcar respalda las pautas gubernamentales para reducir la ingesta de azúcares libres, promoviendo la pérdida de grasa sin impactos negativos aparentes en la salud", concluye el profesor Dylan Thompson, que también supervisó el trabajo.