La ingesta de microplásticos altera la microbiota intestinal
10/02/2022
Según las últimas estimaciones, cada persona podría consumir de media entre 0,1 y 5 gramos de microplásticos a la semana a traves de alimentos y bebidas contaminadas. Ahora, un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha encontrado que esta ingesta accidental de microplásticos PET (tereftalato de polietileno) podría reducir la microbiota intestinal del colon y alterar el equilibrio de los microorganismos presentes.
Cuando se consumen sin querer alimentos o bebidas que contienen microplásticos PET, que se han asociado a la cadena alimentaria, la cantidad de bacterias beneficiosas en el colon se reducen, mientras que otros grupos microbianos asociados a actividad patógena aumentan, según explican los autores en la revista Scientific Reports.
Este estudio es el primero que analiza los efectos de la ingesta de microplásticos en el tracto digestivo y en la microbiota intestinal humana. Además, es la primera vez que se tiene evidencia de que estos microplásticos pueden sufrir biotransformaciones mientras viajan por el tracto gastrointestinal, por lo que llegan al colon con una forma estructuralmente diferente a la original.
Saber si los microplásticos permanecen en tejidos u órganos
Las pruebas que han permitido llegar a estos hallazgos se han realizado con modelos in vitro de digestión gastrointestinal, un método que ha sido patentado por el CSIC y que se llama simgi®. De esta manera, se pudo albergar la microbiota humana mientras se intervenía en ella con microplásticos y gracias a la combinación de la microscopía electrónica y espectroscopia se pudieron monitorizar los cambios en la estructura y morfología de los microplásticos a lo largo del tracto digestivo.
Es la primera vez que se observa que los microplásticos cambian su estructura (biotransformación) a medida que viajan por el tracto gastrointestinal
“Dada la posible exposición crónica a estas partículas a través de nuestra dieta, los resultados obtenidos plantean que su ingesta continuada podría alterar el equilibrio intestinal y, por tanto, la salud”, explica Victoria Moreno, investigadora del Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación (CIAL) del CSIC y una de las autoras del estudio.
Todos esos factores y mecanismos se están empezando a estudiar, pero los autores subrayan que es muy importante conocer el destino de estos microplásticos en el organismo, saber si permanecen o se acumulan en tejidos u órganos, y cuales son las consecuencias de su presencia a corto, medio y largo plazo.
Actualizado: 5 de mayo de 2023