La salud cardiovascular se puede resentir en caso de deshidratación
20/07/2017
Durante el verano, y con las altas temperaturas que suelen darse, es vital no descuidar la hidratación. Es muy importante hacer hincapié en vigilar más de cerca a los grupos de riesgo como ancianos o niños, y en especial a los pacientes con patologías cardiovasculares, ya que estos últimos pueden ver empeorados sus síntomas como consecuencia del calor y una insuficiente ingesta de líquido.
Las altas temperaturas pueden provocar casos de hipotensión, especialmente en las personas que ya tienen la tensión baja durante el resto del año, y en las que toman medicamentos para controlarla, que en muchas ocasiones añaden el problema de ser fotosensibles. Así pues, hay que tener en cuenta que, aunque el calor no sea un factor de riesgo como tal para el corazón, sí que puede contribuir a empeorar la situación de personas con arritmias, insuficiencias cardíacas o cardiopatías isquémicas, según explica la Dra. Ana Alegría, cardióloga del Hospital Vithas Nuestra Señora de América.
Para evitar que la deshidratación afecte a la salud cardiovascular es recomendable seguir la dieta mediterránea, pues incluye alimentos tan hidratantes como las frutas y las verduras frescas
Para evitar que la deshidratación afecte a nuestra salud cardiovascular es clave estar atentos a los primeros síntomas que nos indican que nuestro nivel de líquidos está bajo. Entre ellos se encuentran los mareos, la sensación de boca y piel seca, dolor de cabeza, aletargamiento y bastante debilidad muscular, y la Dra. Alegría también aconseja seguir una alimentación cardiosaludable.
La dieta mediterránea es un buen ejemplo, pues se la considera una estupenda aliada para combatir el calor al incluir gran cantidad de frutas y verduras frescas. También hay que ingerir a lo largo del día abundante líquido, ya sea en bebidas o en comidas, como por ejemplo el gazpacho o la sandía. No se recomienda el consumo de alcohol, ya que el organismo consume gran cantidad de agua para metabolizarlo, aumentando el riesgo de deshidratación.
Por último, no se recomienda realizar ejercicio en las horas de más temperatura, aunque este consejo sea para todos, independientemente de si tienen problemas cardiovasculares o no, pues se puede llegar a sufrir un golpe de calor provocado por el sobreesfuerzo y la pérdida excesiva de líquidos. No hay que subestimar el riesgo que esto supone, pues ante la incapacidad del organismo de regularse, las consecuencias pueden ser muy graves.
Actualizado: 1 de agosto de 2017