Tomar frutos secos en el embarazo mejora la función cognitiva del bebé
08/05/2019
Las embarazadas que incluyen en sus dietas frutos secos podrían estar ayudando a que el desarrollo neuropsicológico de sus bebés a largo plazo sea mejor que el de los descendientes de mujeres que no toman estas semillas durante la gestación. Este ha sido el resultado obtenido por miembros del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) tras llevar a cabo un estudio.
Al parecer, tomar tres porciones de 30 gramos de frutos secos a la semana podría proveer al feto de ácido fólico y de ácidos grasos, como el omega 3 y omega 6, que se acumulan en el tejido neural y que influyen en las zonas frontales del cerebro, como las funciones ejecutivas y de memoria.
Los frutos secos aportan ácido fólico y ácidos grasos omega 3 y 6 al feto, que ayudan en el desarrollo de las áreas frontales del cerebro
La investigación, que se ha publicado en el European Journal of Epidemiology, contó con la participación de 2.208 mujeres embarazadas pertenecientes al Proyecto INMA, que residían en Valencia, Cataluña, Guipúzcoa y Asturias. Todas ellas rellenaron cuestionarios sobre su alimentación diaria y se llevaron a cabo pruebas para medir la capacidad de atención, de capacidad cognitiva y la memoria de trabajo.
Los resultados dejaron ver que el grupo de madres que había tomado más cantidad de frutos secos –como, por ejemplo, nueces, piñones, almendras, cacahuetes o avellanas– tenían hijos con mejores resultados en las pruebas que se les realizaron a los 18 meses, a los cinco y a los ocho años de edad.
Los frutos secos podrían mejorar las funciones ejecutivas y la memoria
La Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) recomienda el consumo de entre tres y siete porciones de frutos secos por semana, algo superior a la cantidad máxima que tomaron las mujeres del estudio, por lo que las cantidades del estudio no parecen excesivas ni difíciles de adquirir.
Aunque los hallazgos indican que la nutrición materna es clave para el desarrollo del cerebro del feto, parece ser que los mayores efectos se producen en el primer trimestre de la gestación, pues los análisis realizados en el tercer trimestre no mostraron apenas asociaciones con la neurología del hijo. Jordi Júlvez, uno de los autores del estudio, ha indicado que esto ocurre porque el ritmo del desarrollo fetal varía a lo largo del embarazo, por lo que en algunas etapas el bebé es más sensible a la alimentación de la madre que en otras.
Actualizado: 4 de mayo de 2023