Un compuesto de las fresas puede ayudar a prevenir el Alzheimer

Apunta en la lista de la compra las fresas, una fruta que además de rica y nutritiva podría ayudarte a prevenir el alzhéimer. Así lo ha descubierto un estudio de la Rush University que ha encontrado evidencia de que uno de los compuestos de las fresas podría evitar la inflamación cerebral que promueve la aparición de esta enfermedad neurodegenerativa.

Concretamente se trata de la pelargonidina, un compuesto bioactivo que podría tener propiedades antiinflamatorias, que reducirían la formación de los ovillos neurofibrilares de TAU en el cerebro. Los enredos de TAU son característicos del alzhéimer y se produce como consecuencia de los cambios anormales en las proteínas tau que se van acumulando en el cerebro.

La investigación, que se ha publicado en el Journal of Alzheimer’s Disease, se ha basado en los datos de 575 personas fallecidas a los 91,3 años de promedio de las que se tenía una información dietética completa durante casi 20 años de seguimiento. 452 de ellas no eran portadoras del gen APOE 4 y 120 si, este gen es el que indica un factor de riesgo genético fuerte para desarrollar alzhéimer.

Las bayas podrían ayudar a la salud cerebral

“Sospechamos que las propiedades antiinflamatorias de la pelargonidina pueden disminuir la neuroinflamación general, lo que puede reducir la producción de citoquinas”, ha explicado la Dra. Julie Schneider, principal autora del estudio. Las citoquinas son proteínas que generan las células y que son capaces de regular diversas respuestas inflamatorias, y puesto que la inflamación cerebral está relacionada con la enfermedad de Alzheimer, las fresas podrían proteger al cerebro de la enfermedad.

Las fresas contienen pelagonidina, un compuesto antiinflamatorio que evita la formación de ovillos y enredos en el cerebro, lo que previene el alzhéimer

También se ajustaron los resultados a otros factores que se sabe que podrían afectar a las habilidades de pensamiento y a la memoria, como puede ser la educación, la vitamina E, la vitamina C y el estado de APOE 4 y los resultados fueron los mismos. Además, mostraron que las asociaciones fueron más consistentes entre aquellos que no tenían demencia o deterioro cognitivo leve al inicio del estudio.

“El estudio fue un estudio observacional y no prueba una relación causal directa. Se necesita más investigación para comprender el papel de la nutrición en la enfermedad de Alzheimer, pero este estudio nos da esperanza sobre cómo los componentes dietéticos específicos, como las bayas, pueden ayudar a la salud del cerebro”, concluye Puja Agarwal, otra investigadora del estudio.