En España, el ictus afecta a una persona cada seis minutos, de acuerdo con datos de la Federación Nacional de pacientes con esta enfermedad. El ictus ocurre cuando las células cerebrales dejan de recibir oxígeno debido a una reducción o bloqueo del flujo sanguíneo, lo que puede provocar desde secuelas leves, como pérdida de fuerza, hasta consecuencias graves como problemas visuales, alteraciones del lenguaje, trastornos cognitivos, o incluso la muerte.
La recuperación de un ictus depende del daño inicial y de la rehabilitación adecuada para restaurar, en la medida de lo posible, las funciones neurológicas afectadas. En el estudio titulado ‘Hydroxytyrosol, a Promising Supplement in the Management of Human Stroke: An Exploratory Study’, publicado en la revista International
Journal of Molecular Sciences, los científicos detallan los resultados de una investigación en la que administraron hidroxitirosol (HT), un
compuesto antioxidante y antiinflamatorio extraído del olivo, a pacientes que habían sufrido un ictus.
Antes de este estudio en humanos, los investigadores ya habían probado el hidroxitirosol en ratones, observando que mejoraba la conectividad cerebral, aumentaba la fuerza muscular y mejoraba la memoria y la capacidad de aprendizaje. “Ahora necesitamos confirmar que estos avances también se producen en humanos”, explicó Ángela Naranjo, investigadora de la Universidad de Jaén y autora principal del estudio, en declaraciones a la Fundación Descubre.
Un prometedor suplemento para la recuperación tras un ictus
Los ensayos se centraron en el seguimiento de ocho pacientes que habían sufrido un
ictus isquémico. A la mitad de ellos se les administró un
suplemento nutricional con 15 miligramos de hidroxitirosol cada 24 horas durante 45 días. Durante este periodo, los investigadores evaluaron parámetros bioquímicos y otros indicadores relacionados con el daño cerebral.
También analizaron la presión arterial y el proteoma sérico, que es el conjunto de proteínas en el suero sanguíneo vinculadas a la respuesta del cuerpo al ictus. Además, los servicios de Neurología y de Medicina Física y Rehabilitación evaluaron la evolución neurológica y funcional de los pacientes a los 45 y 90 días tras el ictus, comparándolos con un grupo de control.
Los resultados mostraron que aquellos que tomaron hidroxitirosol presentaban una reducción en ciertos marcadores de inflamación. Los investigadores identificaron 339 proteínas y observaron que el hidroxitirosol influía en la expresión de algunas de ellas, lo que está relacionado con una mejor recuperación a largo plazo.
Los pacientes que recibieron hidroxitirosol mostraron un menor grado de discapacidad o dependencia en actividades diarias y mayor fuerza muscular
A nivel neurológico, los pacientes que recibieron hidroxitirosol mostraron mejores resultados en diversas pruebas de deterioro, como la escala de Rankin, que mide el grado de discapacidad o dependencia en actividades diarias. Además, también se evaluó el riesgo de caídas, la capacidad para caminar, la función cognitiva y la fuerza muscular, siendo esta última mayor en los pacientes tratados con el compuesto.
El equipo de investigación ya está trabajando en la ampliación de este estudio para validar estos resultados iniciales en un mayor número de pacientes y así poder considerar el hidroxitirosol como un complemento en el
tratamiento del ictus. “Este ha sido un primer paso hacia lo que esperamos sea una investigación más ambiciosa en el futuro cercano. Los resultados hasta ahora sugieren mejoras en los pacientes, tanto a nivel bioquímico como funcional”, concluyen Eva Siles y Esther Martínez, líderes del proyecto.
Fuente: Fundación Descubre, organismo dependiente de la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación