Una dieta rica en antioxidantes ayuda a reducir riesgo de alzhéimer
16/08/2023
Está más que demostrado que nuestra alimentación influye directamente sobre el riesgo de desarrollar enfemedades como obesidad o diabetes, pero cada vez hay más evidencias de que la salud del cerebro también se puede ver afectada por las malas elecciones dietéticas o por la falta de ciertos nutrientes esenciales. Una nueva investigación ha revelado ahora que en las personas con la enfermedad de Alzheimer los niveles cerebrales de luteína dietética, zeaxantina, licopeno y vitamina E son la mitad que en los cerebros sanos. Los niveles dietéticos más altos de luteína y zeaxantina se han vinculado con mejores funciones cognitivas y un menor riesgo de demencia o enfermedad de Alzheimer.
La investigación ha sido realizada por científicos de la Facultad de Virginia Tech Carilion School of Medicine. "Este estudio, por primera vez, demuestra déficits en importantes antioxidantes dietéticos en cerebros con alzhéimer. Estos resultados son consistentes con estudios de gran población que encontraron que el riesgo de enfermedad de Alzheimer era significativamente menor en aquellos que consumían dietas ricas en carotenoides, o tenían altos niveles de luteína y zeaxantina en la sangre, o se acumulaban en la retina como pigmento macular", ha declarado C. Kathleen Dorey, profesora del Departamento de Educación en Ciencias Básicas de la facultad de medicina. "No solo eso, sino que creemos que comer dietas ricas en carotenoides ayudará a mantener el cerebro en óptimas condiciones a todas las edades".
Debido a que las funciones cerebrales normales y la respuesta a las proteínas mal plegadas generan constantemente moléculas oxidantes reactivas, el cerebro es vulnerable al daño oxidativo acumulativo, que puede prevenirse con los antioxidantes que aporta una dieta saludable. Los carotenoides son poderosos antioxidantes que por lo general se encuentran en plantas coloridas. La luteína es especialmente abundante en la col rizada y las espinacas, y la zeaxantina es más abundante en el maíz y los pimientos naranjas.
"El riesgo de enfermedad de Alzheimer era significativamente menor en aquellos que consumían dietas ricas en carotenoides, o tenían altos niveles de luteína y zeaxantina en la sangre"
Dorey y Neal E. Craft, de Craft Technologies en Wilson, Carolina del Norte, informaron por primera vez en 2004 que el cerebro acumulaba carotenoides de forma selectiva, como luteína, zeaxantina y beta-criptoxantina. Desde entonces, investigadores de todo el mundo han demostrado que los individuos con niveles más altos de luteína y zeaxantina en su pigmento macular disfrutan de una mejor cognición y que aquellos con niveles más altos de luteína y zeaxantina en su dieta o acumulados en su pigmento macular tienen menos riesgo de demencia.
El Proyecto de Memoria y Envejecimiento de la Universidad Rush siguió la dieta y el rendimiento cognitivo de más de 1.000 participantes que vivían en Chicago durante más de una década evaluando su consumo de carotenoides, y descubrió que quienes seguían la dieta MIND –que combina características de la dieta mediterránea y la dieta DASH para combatir la hipertensión– y consumían mayor cantidad de frutas, nueces, verduras y pescado ricos en antioxidantes, y niveles más bajos de carne y dulces, redujeron el riesgo de ser diagnosticados de alzhéimer, y presentaron un mayor rendimiento cognitivo antes de la muerte y menos patología cerebral relacionada con la enfermedad de Alzheimer. Además, aquellos con la mayor ingesta de carotenoides totales o luteína/zeaxantina durante una década tenían un 50% menos riesgo de desarrollar alzhéimer.
Déficit de antioxidantes dietéticos en cerebros con alzhéimer
En un estudio de carotenoides en cerebros con y sin patología cerebral de enfermedad de Alzheimer, el equipo de Dorey-Craft demostró que los cerebros con neuropatología de Alzheimer tienen niveles significativamente más bajos de luteína, zeaxantina y licopeno y tocoferoles. Las concentraciones de licopeno, zeaxantina y retinol fueron la mitad de las encontradas en cerebros de la misma edad sin patología de la enfermedad de Alzheimer.
Esta nueva evidencia de deficiencias selectivas de carotenoides y tocoferoles en el cerebro de sujetos con enfermedad de Alzheimer respalda aún más la creciente evidencia de que una mayor ingesta de carotenoides en la dieta puede retrasar el deterioro cognitivo antes y posiblemente después de una diagnóstico con la enfermedad de Alzheimer.
La investigación también ha demostrado que la retina acumula selectivamente luteína y zeaxantina de la dieta, formando un pigmento macular amarillo visible que mejora la visión y protege los fotorreceptores. Mediante la medición no invasiva de la densidad óptica del pigmento macular de los pacientes, los investigadores pueden estimar la concentración de luteína y zeaxantina en el cerebro. Los resultados se han publicado en Journal of Alzheimer's Disease.
"Los avances recientes en nuevas terapias para la enfermedad de Alzheimer son prometedores como una forma efectiva de retrasar la progresión de la enfermedad", dijo Dorey. "Me encantaría que nuestros datos motivaran a las personas a mantener sus cerebros en condiciones óptimas con una dieta colorida con abundantes carotenoides y ejercicio regular. Los estudios disponibles sugieren que esto también puede reducir el riesgo de demencia".
Actualizado: 16 de agosto de 2023