Una dieta rica en grasas y azúcares daña la función cognitiva y la memoria

24/04/2025
Una alimentación rica en grasas saturadas y azúcares como la dieta occidental no solo es una de las causas del aumento de la obesidad y otros trastornos metabólicos, sino que también se ha relacionado con un mayor riesgo de desarrollar cáncer, como reveló un estudio realizado por investigadores del Instituto Salk y la Universidad de California en San Diego1 en el que se comprobó que este tipo de grasas alteraban la microbiota intestinal y aumentaban las probabilidades de cáncer colorrectal.
Los alimentos que ingerimos también pueden tener un importante impacto sobre el cerebro, como muestra una nueva investigación de la Universidad de Sídney2 que ha encontrado que las dietas con alto contenido en grasas y azúcares pueden perjudicar el rendimiento cerebral, especialmente en lo que respecta a la orientación espacial. Estos hallazgos apoyan una creciente cantidad de estudios que han demostrado los efectos negativos de este tipo de alimentación no solo a nivel físico, sino también cognitivo.
El estudio se ha publicado en la revista International Journal of Obesity3 y es el primero en analizar en humanos cómo una dieta rica en azúcares refinados y grasas saturadas influye en la capacidad de navegación espacial desde una perspectiva en primera persona. Esta habilidad nos permite recordar rutas y desplazarnos de un lugar a otro y está estrechamente relacionada con la salud del hipocampo, una zona del cerebro que resulta clave para la memoria.
La ingesta de azúcar y grasas fue un predictor del rendimiento cognitivo
La investigación estuvo liderada por el Dr. Dominic Tran, de la Escuela de Psicología de la Facultad de Ciencias de esta universidad, que señala que los resultados sugieren que los efectos negativos de estas dietas afectan particularmente al hipocampo, más que al cerebro en su conjunto, según ha explicado en una nota publicada por el centro.
“La buena noticia es que creemos que esta situación es fácilmente reversible”, ha afirmado el Dr. Tran. “Los cambios en la dieta pueden mejorar la salud del hipocampo y, por lo tanto, nuestra capacidad para desenvolvernos en nuestro entorno, como cuando exploramos una nueva ciudad o aprendemos una nueva ruta de regreso a casa”.
Los investigadores reclutaron a 55 estudiantes universitarios de entre 18 y 38 años para realizar el estudio. Cada uno respondió a cuestionarios indicando sus hábitos de consumo de alimentos grasos y azucarados, además de someterse a pruebas de memoria operativa y mediciones de su índice de masa corporal (IMC). El experimento consistió en recorrer un laberinto de realidad virtual con el objetivo de encontrar un cofre del tesoro. Los participantes debían orientarse usando referencias visuales distribuidas en el entorno virtual.
“Lo novedoso de este estudio es que muestra que la dieta también puede tener un impacto importante en la salud cerebral durante la juventud, una etapa en la que el funcionamiento cognitivo suele estar en su mejor momento”
Cada uno de ellos realizó la tarea en seis ocasiones, manteniéndose constante tanto el punto de partida como la ubicación del cofre. Si lograban encontrar el cofre en menos de cuatro minutos, pasaban al siguiente intento. Si no lo conseguían en ese tiempo, eran teletransportados hasta el lugar y disponían de 10 segundos para memorizar su posición.
En una séptima prueba, se eliminó el cofre del laberinto y se les pidió a los participantes que señalaran el lugar donde recordaban que se encontraba. Aquellos que consumían menos grasas y azúcares con regularidad fueron más precisos en esta tarea que los que incluían estos alimentos frecuentemente en su dieta.
El Dr. Tran ha destacado que “después de controlar la memoria de trabajo y el IMC, medidos por separado durante el experimento, la ingesta de azúcar y grasas de los participantes fue un predictor confiable del rendimiento en esa séptima prueba final”. Y añade que hace tiempo que se sabe que abusar del azúcar refinado y las grasas saturadas incrementa el riesgo de obesidad, enfermedades cardiovasculares, metabólicas y algunos tipos de cáncer, y que también se ha comprobado que estos hábitos alimentarios aceleran el deterioro cognitivo en la edad madura.
“Lo novedoso de este estudio es que muestra que la dieta también puede tener un impacto importante en la salud cerebral durante la juventud, una etapa en la que el funcionamiento cognitivo suele estar en su mejor momento”. Aunque la muestra no representa a toda la población, el Dr. Tran considera que los resultados tienen una aplicación más amplia. “Es probable que nuestros participantes fueran algo más saludables que la población general, por lo que en una muestra más representativa los efectos negativos de la dieta podrían ser incluso mayores”, concluye.
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- 1
Fu, Ting, et al. “Paired Microbiome and Metabolome Analyses Associate Bile Acid Changes with Colorectal Cancer Progression.” Cell Reports, vol. 42, no. 8, Aug. 2023, https://doi.org/10.1016/j.celrep.2023.112997.
- 2
“High-Fat, High-Sugar Diets Impact Cognitive Function.” The University of Sydney, 21 Apr. 2025, https://www.sydney.edu.au/news-opinion/news/2025/04/21/high-fat-high-sugar-diets-impact-cognitive-function.html.
- 3Dominic M. D. Tran, Kit S. Double, Ian N. Johnston, Frederick Westbrook, y Irina M. Harris. «Consumption of a Diet High in Fat and Sugar Is Associated With Worse Spatial Navigation Ability in a Virtual Environment». International Journal of Obesity, Springer Science and Business Media LLC, 2025, doi:10.1038/s41366-025-01776-8.
Actualizado: 24 de abril de 2025