Vinculan las dietas inflamatorias con un 84% más riesgo de demencia
20/12/2024
El tipo de alimentación es clave para disfrutar de una buena salud. En la infancia los nutrientes que ingerimos contribuyen al desarrollo físico e intelectual, pero el correcto funcionamiento del organismo sigue asociado a la calidad de la dieta durante el resto de la vida y tiene un impacto decisivo sobre la aparición de diversas enfermedades, algunas tan discapacitantes como las que afectan a las capacidades cognitivas.
Un nuevo análisis del Framingham Heart Study Offspring ha encontrado ahora un vínculo entre el consumo de alimentos con un elevado índice inflamatorio y una mayor incidencia de demencia en personas mayores. Durante un seguimiento de 13 años, puntuaciones más elevadas en el Índice Inflamatorio Dietético (DII, por sus siglas en inglés) estuvieron linealmente relacionadas con un incremento en los casos de demencia de cualquier causa.
El estudio ha sido realizado por la investigadora Debora Melo van Lent de la UT Health San Antonio y sus colaboradores, que también han observado que existe una relación lineal entre puntuaciones más altas del Índice Inflamatorio Dietético y la demencia tipo alzhéimer. Los resultados se han publicado en la revista Alzheimer’s & Dementia y fueron ajustados teniendo en cuenta factores demográficos, estilo de vida y variables clínicas.
Dieta occidental versus dieta mediterránea
En su artículo, los investigadores destacan que numerosos estudios han demostrado que el contenido proinflamatorio en la dieta está relacionado con la inflamación sistémica crónica. Los componentes más proinflamatorios del Índice Inflamatorio Dietético –es decir, grasas saturadas, grasas trans e ingesta total de energía– están presentes en el contenido proinflamatorio de la denominada ‘dieta occidental’.
Explican que este tipo de alimentación describe los patrones dietéticos en las sociedades occidentales y ha mostrado una asociación con mayores concentraciones de biomarcadores de inflamación sistémica y factores de riesgo de todas las causas y demencia por enfermedad de Alzheimer y también con enfermedades neurodegenerativas relacionadas, mientras que la dieta mediterránea ha demostrado tener potencial para reducir la inflamación sistémica, ser beneficiosa para la salud cardiometabólica y prometedora para reducir el riesgo de demencia por todas las causas.
Estudios previos del mismo grupo de cohorte habían demostrado que las dietas con altas puntuaciones inflamatorias se asocian con un menor volumen total del cerebro y de la materia gris, además de un mayor tamaño del ventrículo lateral. En la nueva investigación se analizaron datos de 1.487 individuos mayores de 60 años (con una edad promedio de 69 años, y el 53% de los cuales eran mujeres), que no padecían demencia al inicio del análisis. Aproximadamente el 22% de estas personas portaban el alelo APOE4, un factor de riesgo genético asociado a la enfermedad de Alzheimer.
Los componentes más proinflamatorios, como grasas saturadas y trans, son características de la dieta occidental, que se ha asociado con un mayor riesgo de enfermedades neurodegenerativas
Entre los alimentos y nutrientes antiinflamatorios se encontraban el alcohol, betacarotenos, fibra, vitaminas (B6, A, C, D y E), y minerales como el magnesio y el zinc. Los proinflamatorios incluían carbohidratos, colesterol, grasas saturadas y la ingesta total de energía. El periodo de seguimiento tuvo una duración media de 12,8 años, a lo largo de los cuales 246 participantes desarrollaron demencia, de los que 187 correspondieron a enfermedad de Alzheimer. No se encontraron interacciones significativas entre las puntuaciones del DII y factores como el APOE4, hipertensión, diabetes tipo 2 o enfermedades cardiovasculares.
Los autores del trabajo han afirmado que encontraron asociaciones entre puntuaciones más altas de DII proinflamatorio y una mayor incidencia de demencia por todas las causas y demencia por alzhéimer y que, en comparación con el primer cuartil (es decir, el más antiinflamatorio), el cuarto cuartil de puntuación DII (es decir, el más proinflamatorio) se asoció con un aumento del 84% en la incidencia de demencia por todas las causas.
Los investigadores destacaron que los componentes más proinflamatorios del Índice Inflamatorio Dietético, como las grasas saturadas y trans, son características de la dieta occidental, la cual se ha asociado con biomarcadores de inflamación sistémica y un mayor riesgo de enfermedades neurodegenerativas. Por todo ello, concluyen que sus hallazgos sugieren que adoptar patrones de alimentación con menor potencial inflamatorio podría ser una estrategia prometedora para reducir el riesgo de demencia en la vejez.
Actualizado: 20 de diciembre de 2024