Vinculan una dieta rica en prolina a mayor tendencia a la depresión
12/05/2022
La estrecha relación entre la dieta y la salud se resume en la popular frase “somos lo que comemos”, y es que una alimentación inadecuada provoca obesidad –que era la principal pandemia del siglo XXI antes de que apareciera el COVID-19– y afecta negativamente a nuestra microbiota intestinal, lo que contribuye a la aparición de numerosas enfermedades físicas y mentales.
De hecho, una investigación acaba de vincular el seguimiento de una dieta rica en prolina, un aminoácido que contienen muchos alimentos, con más probabilidades de sufrir depresión. El estudio se ha publicado en Cell Metabolism y ha sido realizado por científicos del Instituto de Investigación Biomédica de Girona (IDIBGI) y de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona, que han identificado el papel que desempeña este aminoácido en el estado depresivo de humanos, ratones y moscas.
Los investigadores analizaron el tipo y la cantidad de aminoácidos en la dieta de los participantes en el estudio, que también respondieron a un cuestionario que mide el ánimo depresivo. “Nos sorprendió que lo que más se asociaba a la depresión, evaluada mediante este cuestionario, era el consumo de la prolina”, afirma el Dr. José Manuel Fernández-Real, del IDIBGI, y también Jefe de Sección de Endocrinología del Hospital Dr. Josep Trueta y director del departamento de Ciencias Médicas de la Universidad de Girona. Cuando evaluaron la metabolómica del plasma, la concentración de prolina emergía como uno de los metabolitos más asociados a indicadores de depresión, lo que confirmó el hallazgo.
Relación entre bacterias intestinales y depresión
No todos los participantes con un elevado consumo de prolina refirieron que su ánimo era más depresivo. Y cuando los científicos estudiaron la microbiota intestinal de estos individuos también encontraron una relación entre la depresión y las bacterias, y entre la depresión y los genes bacterianos asociados al metabolismo de la prolina. Observaron así que los niveles de prolina circulante dependían de la microbiota.
Al trasplantar la microbiota de los participantes a ratones comprobaron que los que más se deprimían eran los que recibían la microbiota de personas con una cantidad alta de prolina
“La microbiota de pacientes con un alto consumo de prolina, pero bajos niveles plasmáticos de prolina, era similar a la microbiota asociada a bajos niveles de depresión y estaba enriquecida en genes bacterianos involucrados en el transporte y metabolismo de la prolina”, ha explicado el Dr. Jordi Mayneris-Perxachs, investigador Miguel Servet del IDIBGI.
Para determinar si la presencia de prolina era causa o consecuencia del ánimo depresivo, trasplantaron la microbiota de los participantes a ratones, y comprobaron que los animales que más se deprimían eran los que recibían la microbiota de participantes con una cantidad alta de prolina, o de personas con un ánimo más depresivo. En el cerebro de estos roedores también se encontraron distintos genes asociados al transporte de prolina.
“La posibilidad de transferir el fenotipo depresivo de humanos a ratones mediante el trasplante de microbiota y la demostración de que este trasplante genera alteraciones en el transporte de la prolina revela que posiblemente esta prolina se asocia de forma causal al estado de ánimo depresivo”, afirma el Dr. Maldonado, de la UPF.
Realizaron otro experimento con moscas de la fruta (Drosophila melanogaster), en las que se puede inducir un estado de ánimo más depresivo. Para ello, aislaron dos tipos de bacterias de la microbiota asociadas al consumo de prolina y las agregaron a la alimentación esterilizada de las moscas. Las moscas que tomaban una dieta con Lactobacillus, que en los ratones se asociaba a menor depresión, mostraron más ganas de superar dificultades a las que se enfrentaban después, mientras que las que consumían Enterobacter, que en humanos se asocia a la depresión, se deprimían mucho más.
Por último, llevaron a cabo el mismo experimento en moscas que habían sido modificadas genéticamente para eliminar en ellas los canales que transportan la prolina al cerebro. De esa forma, la prolina no podía llegar al cerebro, y las moscas demostraron ser muy resilientes en la depresión.
“Estos resultados demuestran la importancia de la prolina y su influencia en el estado de ánimo depresivo de las personas, un elemento que hasta ahora no se tenía en cuenta”, ha destacado el Dr. Fernández-Real. Los hallazgos abren nuevas vías para el desarrollo de nuevos estudios que busquen potenciales tratamientos de la depresión basados en la dieta.
Actualizado: 5 de mayo de 2023