Desarrollan una píldora que imita los efectos beneficiosos del ejercicio

Los médicos llevan mucho tiempo recomendando hacer ejercicio como una de las formas más indicadas para proteger la salud o mejorarla. Ahora, un nuevo estudio ha mostrado que en el futuro podríamos disponer de una píldora que aportase beneficios similares a los del ejercicio físico. Los autores del trabajo han informado sobre novedosos compuestos que parecen capaces de imitar el impulso físico que proporciona el ejercicio, según han observado en células de roedores.

Este hallazgo podría además abrir un nuevo camino para tratar la atrofia muscular y otras condiciones médicas en las personas, incluyendo la insuficiencia cardíaca y enfermedades neurodegenerativas. Los resultados de esta investigación serán presentados en la reunión de primavera de la Sociedad Química Americana (ACS, por sus siglas en inglés) que se celebrará del 17 al 21 de marzo.

“No podemos reemplazar el ejercicio; el ejercicio es importante en todos los niveles. Si puedo hacer ejercicio, debería hacerlo. Pero hay muchos casos en los que se necesita un sustituto”, ha declarado Bahaa Elgendy, investigador principal del proyecto y profesor de anestesiología en la Universidad de Washington en St. Louis, quien presentará el trabajo en la reunión.

El ejercicio beneficia tanto la mente –el bienestar emocional y psicológico– como el cuerpo. En este caso, Elgendy y su equipo buscan replicar sus poderosos efectos físicos y, específicamente, la capacidad del ejercicio para mejorar el metabolismo y el crecimiento de las células musculares, así como el rendimiento muscular.

Un medicamento que pueda imitar estos efectos podría compensar la atrofia muscular y la debilidad que se producen con el envejecimiento o a consecuencia del cáncer, ciertas condiciones genéticas, u otras razones por las cuales las personas no pueden realizar actividad física regularmente. También podría contrarrestar los efectos adversos de algunos medicamentos, como los nuevos tratamientos para perder peso que causan pérdida de grasa y músculo, según Elgendy.

Una potencial terapia contra la obesidad o la insuficiencia cardíaca

Los cambios metabólicos asociados con el ejercicio comienzan con la activación de proteínas especializadas, conocidas como receptores relacionados con el estrógeno (ERRs), que existen en tres formas: ERRα, ERRβ y ERRγ. Después de aproximadamente una década de trabajo, Elgendy y su equipo desarrollaron un compuesto llamado SLU-PP-332, que activa las tres formas, incluyendo el objetivo más desafiante, ERRα. Este tipo de ERR regula la adaptación al estrés inducido por el ejercicio y otros procesos fisiológicos importantes en el músculo. En experimentos con ratones, el equipo descubrió que este compuesto aumentaba un tipo de fibra muscular resistente a la fatiga, mejorando también la resistencia de los animales cuando corrían en una cinta de roedores.

Para identificar SLU-PP-332, los investigadores examinaron la estructura de los ERRs y cómo se unen a las moléculas que los activan. Luego, para mejorar su descubrimiento y desarrollar variantes que pudieran ser patentadas, Elgendy y su equipo diseñaron nuevas moléculas para fortalecer la interacción con los receptores y así provocar una respuesta más fuerte que la que puede proporcionar SLU-PP-332.

El equipo comparó la potencia de SLU-PP-332 con la de los nuevos compuestos observando el ARN, una medida de la expresión génica, de aproximadamente 15.000 genes en células del músculo cardíaco de ratas. Los nuevos compuestos provocaron un mayor aumento en la presencia del ARN, sugiriendo que simulan los efectos del ejercicio de manera más potente.

Estudios en animales con este compuesto preliminar indican que podría ser beneficioso contra la obesidad, la insuficiencia cardíaca o el deterioro de la función renal que se produce con la edad

La investigación con SLU-PP-332 sugiere que el objetivo de los ERRs podría ser útil contra enfermedades específicas. Estudios en animales con este compuesto preliminar indican que podría ser beneficioso contra la obesidad, la insuficiencia cardíaca o el deterioro de la función renal que se produce con la edad. Los resultados de la investigación actualizada sugieren que los nuevos compuestos podrían tener efectos similares.

La actividad de los ERR también parece contrarrestar procesos dañinos que ocurren en el cerebro de pacientes diagnosticados con enfermedad de Alzheimer y aquellos que tienen otras condiciones neurodegenerativas. Aunque SLU-PP-332 no puede pasar al cerebro, algunos de los nuevos compuestos han sido desarrollados para hacerlo.

“En todas estas condiciones, los ERR juegan un papel importante”, dice Elgendy. “Si tienes un compuesto que puede activarlos de manera efectiva, podrías generar muchos efectos beneficiosos”. Elgendy y su equipo esperan probar los nuevos compuestos en modelos animales a través de Pelagos Pharmaceuticals, una nueva empresa que han cofundado. También están explorando la posibilidad de desarrollar los compuestos como tratamientos potenciales para trastornos neurodegenerativos.