El ejercicio aeróbico puede reducir algunos efectos del alcohol
05/01/2017
Si después de tanto brindis todavía te da vueltas la cabeza, toma nota: realizar ejercicio aeróbico puede paliar algunos de los efectos negativos que produce en el cerebro el abuso del alcohol, según muestran los resultados de dos estudios realizados con ratones, que se han presentado en la reunión anual de la Sociedad de Neurociencias de Estados Unidos.
El primero de estos trabajos –realizado por fisiólogos de la Universidad de Louisville– consistió en administrar inyecciones de alcohol, o de agua salada, a un grupo de ratones machos adultos a diario durante 12 semanas, y posteriormente poner a la mitad de los animales de cada grupo a correr a gran velocidad en una caminadora, hasta recorrer alrededor de 300 metros al día.
El objetivo del segundo estudio era investigar los efectos del ejercicio sobre una borrachera. Para ello, científicos de la Universidad de Houston insertaron tubos en el estómago de un grupo de ratas hembra, y les suministraron a través de ellos dosis constantes de alcohol, u otra bebida líquida, todos los lunes por la noche a lo largo de 11 semanas. También a estos animales se les dividió en dos grupos, y mientras la mitad de cada uno de ellos se quedaba el resto de la semana en su jaula sin hacer nada, la otra mitad corría en ruedas durante hasta dos horas, tres días por semana.
Correr aumenta la creación de nuevas células en el cerebro, y además la práctica de ejercicio mejora la salud de las mitocondrias cerebrales
En ambas investigaciones se observó que, tras la ingesta de alcohol, los cerebros de los ratones sedentarios tenían las mitocondrias debilitadas en muchas neuronas, mientras que los que se habían ejercitado presentaban mitocondrias fuertes. Con respecto a las ratas, aquellas a las que se suministró alcohol y permanecieron inactivas tenían casi un 20% menos neuronas en el hipocampo que las ratas de referencia, mientras que las que habían realizado ejercicio tenían tantas neuronas como el modelo de referencia, a pesar de haber consumido alcohol.
Como ha explicado J.L. Leasure, profesora adjunta de psicología de la Universidad de Houston, y una de las autoras del trabajo, correr aumenta la neurogénesis o creación de nuevas células en el cerebro, y además la práctica de ejercicio mejora la salud de las mitocondrias cerebrales, por lo que es probable que al correr las ratas ebrias hayan conseguido estabilizar la cantidad total de células cerebrales, a pesar de que algunas de sus neuronas hayan muerto a consecuencia del daño colateral provocado por el consumo de alcohol.
La experta ha añadido que esto no quiere decir que hacer ejercicio pueda contrarrestar los efectos negativos que tiene el consumo de alcohol sobre el organismo en general, y sobre el cerebro en particular, y ha advertido de que, además, estos estudios realizados en ratones no son extrapolables a los seres humanos. Sin embargo, los hallazgos sugieren que podría ser beneficioso realizar ejercicio aeróbico, como correr, después de una época de excesos, por ejemplo, las fiestas navideñas.
Actualizado: 11 de octubre de 2017