Estos 6 ejercicios ayudan a controlar el riesgo genético de obesidad
05/08/2019
Las personas que cuentan con una herencia genética asociada a la obesidad tienen un riesgo más elevado de padecer esta enfermedad endocrina, pues hay evidencias científicas de que la predisposición genética es el factor más importante para desarrollarla, incluso por delante de la dieta y la actividad física.
Sin embargo, practicar ejercicio físico con regularidad podría contrarrestar esta carga hereditaria y contribuir a prevenir el sobrepeso. De hecho, un nuevo estudio realizado por miembros de la Universidad Nacional de Taiwán (China) ha identificado cuáles son las actividades más efectivas para evitar la obesidad de origen genético.
En la investigación, publicada en la revista PLOS Genetics, se midieron hasta cinco variables de la obesidad, como el índice de masa corporal (IMC), el porcentaje de la grasa corporal, la circunferencia de la cadera, la circunferencia de la cintura, y la relación cintura-cadera, de 18424 adultos chinos de entre 30 y 70 años de edad, además de su predisposición genética a la obesidad, y se relacionó todo con el tipo de actividad que realizaban.
Trote regular, escalada y yoga muy eficaces contra la obesidad
El ejercicio que más efecto preventivo tuvo fue el trote regular o jogging, pues disminuyó los efectos genéticos sobre el IMC, la grasa corporal y la circunferencia de la cadera. Otras actividades que resultaron beneficiosas fueron caminar, el power walking (o marcha enérgica), la escalada de montaña, ciertos tipos de baile y el yoga.
El jogging, caminar, el power walking, la escalada de montaña, ciertos tipos de baile y el yoga son la actividades que más reducen el riesgo de obesidad de origen genético
En el caso contrario, el ciclismo, la natación, el chi kung y los ejercicios de estiramiento, no ayudaron a contrarrestar los efectos genéticos sobre la obesidad. Según Wan-Yu Lin, autor principal del estudio, con los estiramientos se consigue consumir menos energía que con otro tipo de actividades; además, indica que la natación, aunque es beneficiosa, también estimula la sensación de apetito, aumentando la ingesta de alimentos y, por tanto, el riesgo de sobrepeso u obesidad.
Para que estas actividades fueran beneficiosas para la salud se deberían realizar de manera habitual; en concreto, y según los investigadores, unas tres veces a la semana durante al menos media hora cada día. Esta práctica podría ayudar a reducir las altas tasas de obesidad, que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) provocan, junto al sobrepeso, unas 2,8 millones de muertes al año en el mundo.
Actualizado: 4 de mayo de 2023