La vibración de todo el cuerpo reduce la inflamación en la diabetes
06/08/2019
El empleo regular de dispositivos destinados a la vibración de todo el cuerpo o whole body vibration (WBV) podría convertirse en una buena estrategia para el manejo de la diabetes, según revela un nuevo estudio realizado por científicos del Medical College of Georgia (MCG) y el Dental College of Georgia (DCG) de la Universidad de Augusta (Estados Unidos), que se ha publicado en International Journal of Molecular Sciences.
La investigación describe por primera vez cómo este tipo de entrenamiento contribuye a mejorar el empleo de la glucosa como fuente de energía por parte del organismo, además de ajustar el microbioma –el genoma del conjunto de microorganismos del cuerpo que nos ayudan a protegernos de los patógenos o, en el caso del intestino, a digerir los alimentos–, favoreciendo la producción de un mayor porcentaje de aquellos macrófagos –un tipo de glóbulos blancos que pueden o promover o prevenir la inflamación– que la suprimen en vez de promoverla.
Importante aumento de una bacteria intestinal beneficiosa
Los investigadores observaron estos cambios en modelos de ratón, y el más importante fue el espectacular incremento –17 veces mayor– de los niveles de la bacteria intestinal Alistipes, que produce ácidos grasos de cadena corta que pueden ayudar a que el cuerpo use mejor la glucosa, una sustancia que en exceso resulta perjudicial porque promueve la resistencia a la insulina y la inflamación, y puede llegar a provocar el desarrollo de diabetes.
Tras el tratamiento los niveles de macrófagos beneficiosos (M2), así como los de otras moléculas antiinflamatorias, eran mayores tanto en los ratones sanos, como en los diabéticos
Estos ácidos grasos de cadena corta son muy eficaces a la hora de reducir la inflamación en el intestino, ha explicado el Dr. Jack Yu, jefe de cirugía plástica pediátrica en el MCG. La bacteria Alistipes, en concreto, ayuda a fermentar los alimentos sin producir alcohol, y por lo general mejora el estado metabólico del intestino y vuelve a nuestro organismo más competente en el uso de la glucosa que consume para obtener energía.
Yu y su equipo pensaron que administrar una dosis de esta bacteria como si se tratase de un medicamento, junto a una pequeña sesión de vibración de todo el cuerpo –en este caso 10 minutos cinco veces por semana– podría ser eficaz, y así fue, ya que tras el tratamiento los niveles de macrófagos beneficiosos (M2) en los ratones eran mayores, así como los de otras moléculas antiinflamatorias como la citoquina IL-10, tanto en los roedores sanos, como en los diabéticos.
Los autores del trabajo atribuyen estos resultados a que las bacterias de la flora intestinal se colocan en capas y la vibración podría redistribuirlas de otra forma, de manera que aquellas que se encuentran más lejos de sus fuentes de alimento dispongan del que necesitan y esto les permita proliferar.
Esta intervención terapéutica no solo aumenta las bacterias beneficiosas en el intestino, sino que contribuye a combatir la inflamación, un problema en auge debido a la epidemia de obesidad y diabetes tipo 2, dos enfermedades cuya prevalencia se está incrementando incluso entre la población infantil, por lo que es urgente encontrar nuevos tratamientos que ayuden a prevenir este problema, ha afirmado el Dr. Yu.
Actualizado: 4 de mayo de 2023