Niños obesos reducen grasa y mejoran su salud con 5 meses de ejercicio
19/01/2024
La obesidad infantil es un grave problema de salud a nivel mundial. En España, alrededor del 40% de los niños de 6 a 9 años tienen sobrepeso u obesidad, según datos del estudio Aladino 2019. El exceso de peso aumenta las probabilidades de desarrollar diversas enfermedades, por lo que las intervenciones para combatirlo desde la más temprana infancia son clave para prevenir complicaciones a largo plazo.
Un estudio liderado por investigadores del departamento de Educación Física y Deportiva de la Universidad de Granada (UGR) ha analizado los efectos de un programa de ejercicio físico aeróbico y de fuerza en escolares con obesidad o sobrepeso y ha comprobado que al realizarlo durante cinco meses se producía una disminución en factores de riesgo cardiovascular como el colesterol LDL y la grasa visceral, y que también se reducía el índice de masa corporal (IMC) y la cantidad de grasa total en los participantes.
En la investigación también han colaborado pediatras de la Unidad de Endocrinología Infantil del Hospital Clínico Universitario de Granada y colaboradores externos nacionales e internacionales. Los resultados se han publicado en JAMA Network Open y demuestran que la práctica regular de ejercicio mejora la condición física y la salud de los escolares, además de mejorar su capacidad aeróbica.
Mejorar la condición física y prevenir enfermedades metabólicas
“Uno de los hallazgos más notables es que el casi el 80% de los niños y niñas que realizaron el programa de ejercicio físico lograron una reducción significativa en la cantidad de grasa total”, ha declarado Francisco B. Ortega, catedrático del Departamento de Educación Física y Deportiva de la Universidad de Granada e investigador responsable del proyecto.
“Además, observamos que un mayor número de escolares con altas probabilidades de sufrir síndrome metabólico conseguían salir de ese grupo de riesgo como consecuencia del seguimiento de este programa de ejercicio físico. Se observó una tendencia similar en niños y niñas, que pasaron de tener una condición física deficiente a una condición física óptima, en función de la capacidad aeróbica”, afirma Jairo H. Migueles, miembro del Departamento de Educación Física y Deportiva de la UGR, y uno de los investigadores principales del estudio.
En el estudio han participado 92 niños (36 niñas y 56 niños) con una edad media de 10 años. Los resultados cardiometabólicos especificados en el protocolo del ensayo incluyeron la composición corporal (masa grasa, masa libre de grasa y tejido adiposo visceral), aptitud física (cardiorrespiratoria, velocidad-agilidad y muscular) y factores de riesgo tradicionales (circunferencia de la cintura, niveles de lípidos en sangre, niveles de glucosa, niveles de insulina y presión arterial).
“Un mayor número de escolares con altas probabilidades de sufrir síndrome metabólico conseguían salir de ese grupo de riesgo como consecuencia del seguimiento de este programa de ejercicio físico”
El programa de ejercicio físico que siguieron los participantes se basa en juegos grupales sin equipamiento avanzado, que incluyen actividades sencillas como correr en una pista exterior y realizar ejercicios de fuerza con una intensidad entre moderada y alta. Es decir, en unas condiciones similares a las que se dan en el entorno escolar o en las actividades extraescolares, por lo que este programa se puede establecer en un contexto habitual.
La prevalencia del sobrepeso y la obesidad infantil ha aumentado en las últimas décadas y el exceso de peso ya afecta a uno de cada tres niños en todo el mundo. España es uno de los países europeos con un mayor índice de menores con este problema. Los niños que padecen obesidad tienen más riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares o diabetes tipo 2 en el futuro y pueden experimentar limitaciones funcionales que deterioren su calidad de vida. “Este estudio demuestra la importancia de incluir el ejercicio físico para tratar la obesidad infantil y prevenir el desarrollo de problemas metabólicos”, concluye Cristina Cadenas Sánchez, otra de las investigadoras que han coordinado el trabajo.
Fuente: Universidad de Granada (UGR)
Actualizado: 19 de enero de 2024