Así cooperan hormonas y cerebro para que te adaptes a la maternidad
20/09/2023
Ser madre transforma fisiológica y psicológicamente a las mujeres y conlleva una serie de adaptaciones de su comportamiento destinadas a asegurar el bienestar de sus hijos. Científicos españoles de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), del Instituto de Investigación Sanitaria Gregorio Marañón y del Hospital de Mar Research Institute han realizado un estudio en el que han revisado la literatura científica disponible sobre la adaptación neurobiológica a la maternidad, analizando la relación entre hormonas, cerebro y conducta durante el embarazo y el posparto, y han llegado a conclusiones que servirán de base para nuevas investigaciones.
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Los resultados se han publicado en Nature Reviews Neuroscience y apoyan la hipótesis de que las fluctuaciones hormonales, sobre todo de los estrógenos, están relacionadas con los cambios en la estructura cerebral humana, aunque aún es necesario determinar cómo influyen en la neuroplasticidad y el comportamiento maternal.
Los investigadores de la UAB y del Hospital de Mar Research Institute fueron los primeros en demostrar, en 2017, que el embarazo implicaba cambios en la morfología del cerebro de las madres primerizas, que consistían en una reducción del volumen de la materia gris en áreas involucradas en las relaciones sociales, y que estos cambios se mantenían al menos hasta dos años después del parto. En estos años se ha observado que el volumen de la materia gris del cerebro varía en las diferentes etapas de la maternidad y el posparto, y que esto va acompañado de fluctuaciones hormonales extremas.
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Cambios morfológicos en el cerebro asociados a la maternidad
Los investigadores describen por primera vez tres factores clave para comprender las adaptaciones a la maternidad en humanos. El primero, los estrógenos (estradiol) como las hormonas principales candidatas a inducir los cambios cerebrales. El segundo, el circuito cerebral relacionado con la cognición social (con la corteza frontal medial y el precúneo, entre otras áreas) como la región donde se producen especialmente estos cambios. Y el tercero, los cambios psicológicos, es decir, los procesos cognitivos y emocionales necesarios para desarrollar un vínculo maternofilial adaptativo en las diversas fases del embarazo y el posparto. Este tercer factor es el que más se diferencia del resto de animales y apenas se conoce.
Todas las evidencias sugieren que las fluctuaciones hormonales son las que desencadenan los procesos de plasticidad del cerebro durante el embarazo y el posparto
Los investigadores han revisado 174 artículos en los que han analizado las conexiones en tres ámbitos fundamentales como son los cambios cerebrales, la evolución hormonal y la conducta maternal, con el objetivo de establecer nuevas líneas de estudio para avanzar en la investigación en mujeres. Todas las evidencias, según detallan en su artículo los investigadores, sugieren que las fluctuaciones hormonales, principalmente relacionadas con los estrógenos, son las que desencadenan los procesos de plasticidad del cerebro durante el embarazo humano y el posparto.
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Sin embargo, es necesario llevar a cabo más estudios para determinar qué tipos de procesos de plasticidad –que implican cambios en la función celular, la estructura y la conectividad cerebrales– intervienen en la transición a la maternidad en humanos y cómo afectan a la conducta maternal.
A partir de las evidencias publicadas, los investigadores han apuntado qué procesos de neuroplasticidad es más probable que contribuyan a los cambios identificados, y cómo pueden estar relacionados con las hormonas del embarazo y la conducta maternal. También han trazado una hoja de ruta con varias líneas de investigación para avanzar en el estudio de la adaptación a la maternidad humana.
Una primera línea de investigación estaría destinada a identificar los sustratos celulares cerebrales. La dinámica a gran escala de los cambios en la materia gris es improbable que esté producida exclusivamente por la plasticidad a nivel morfológico y molecular, señalan los expertos. En ratas, se ha visto que la fluctuación de las hormonas, sobre todo en la última etapa del embarazo, afecta a la plasticidad en las neuronas y la microglía, con una mayor proliferación de este segundo tipo celular.
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Otra rama de la investigación incluiría la descripción de los mecanismos que explican cómo las hormonas sexuales, en especial los estrógenos, inducen los cambios en la reorganización estructural y conductual detectadas. Dado el entorno hormonal que se da durante el embarazo y el posparto y la naturaleza interactiva de estas moléculas, lo más probable es que los cambios estén originados por un complejo intercambio entre múltiples esteroides y péptidos hormonales. Para comprender mejor su papel, habría que estudiar un mayor número de hormonas y metabolitos, con especial atención a la oxitocina y la prolactina.
Por último, sería necesario identificar la evolución psicológica durante el embarazo y el posparto y caracterizar los cambios funcionales cerebrales responsables del desarrollo de la conducta humana. En estudios con ratas se han observado cambios moleculares y morfológicos que acompañan la emergencia de la conducta maternal. En humanos, la asociación entre cambios neuroanatómicos y diferentes aspectos de la conducta maternal son, además, pocos y difíciles de replicar. Mejorar la metodología en los estudios con resonancia magnética en humanos y en los cuestionarios permitiría inferir mejor el vínculo entre los cambios cerebrales observados y diferentes componentes de la conducta maternal. También se deberían tener en cuenta los factores extrínsecos del posparto, que podrían inducir cambios en los circuitos relacionados con el cuidado maternal.
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Fuente: Universitat Autònoma de Barcelona (UAB)
Actualizado: 20 de septiembre de 2023