Asocian contaminación en el embarazo y riesgo de hipertensión infantil

Exponerse a la contaminación atmosférica en el tercer trimestre de embarazo aumenta el riesgo de que el bebé sufra hipertensión infantil, porque las partículas finas PM2.5 atraviesan la placenta y afectan al feto.
Mujer embarazada respirando aire contaminado

Las partículas finas PM2.5 son capaces de transpasar la placenta y dañar la salud y el desarrollo del feto.

18/05/2018

Los niños cuyas madres respiraron aire contaminado durante el último trimestre de la gestación tienen un 61% más riesgo de presentar hipertensión arterial (HTA) durante la infancia, según ha revelado una investigación publicada en Hypertension –la revista de la American Heart Association–, en la que han participado 1.293 mujeres y sus respectivos hijos, que formaban parte del Boston Birth Cohort study.

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Los resultados del estudio han asociado los elevados niveles de contaminación atmosférica con la HTA de los niños, aunque no han podido probar una relación directa de causa y efecto. La presión arterial de los menores se midió durante las revisiones médicas pediátricas que se les realizaron desde los tres hasta los nueve años de edad, y los datos se ajustaron teniendo en cuenta otros factores que podrían influir, como su peso al nacer o el tabaquismo materno.

La exposición intrauterina al aire contaminado aumentó un 61% el riesgo de sufrir hipertensión en la infancia

Uno de los hallazgos del trabajo fue que la exposición de las mujeres a partículas finas PM2.5 antes de quedarse embarazadas no afectó a la presión arterial de su descendencia, lo que según afirman los investigadores demuestra el impacto de la exposición intrauterina a dichas partículas que, como explica Noel T. Mueller, profesor adjunto de Epidemiología en la Facultad Bloomberg de Salud Pública de la Universidad Johns Hopkins de Baltimore, y coordinador del estudio, son capaces de cruzar la barrera placentaria y afectar al desarrollo y la salud del feto.

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Reducir las emisiones de partículas contaminantes

Las concentraciones más elevadas de PM2.5 en el estudio fueron 11,8 microgramos por metro cúbico, ligeramente inferiores a las recomendaciones de la Environmental Protection Agency (EPA), que son 12 microgramos por metro cúbico. Por ello, Mueller ha declarado que sus hallazgos avalan la importancia de no rebajar los estándares de calidad del aire.

En opinión de este experto es necesario reducir las emisiones de estas partículas que aumentan el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, y que se establezcan medidas para mantener el aire limpio, no solo para preservar la salud del planeta, sino también la de los niños.

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Actualizado: 4 de mayo de 2023

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