Beber alcohol en forma de atracón en el embarazo perjudica al feto
18/07/2017
La ciencia no ha logrado determinar aún si existe un límite de consumo de alcohol que pueda ser seguro para el feto en el caso de las mujeres embarazadas, así que desde entidades como la Asociación Española de Pediatría (AEP) recomiendan un consumo cero durante los meses de gestación. No en vano, son muchos los estudios que vinculan el consumo de alcohol con problemas en el desarrollo neurológico de los niños, así como incluso con el desarrollo craneofacial del bebé.
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El último estudio en sumarse a estas hipótesis acaba de ser publicado en la revista científica Neuropharmacology por investigadores de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona, encabezados por Olga Valverde, líder del GReNeC Neurobiology of Behaviour Research Group. Según sus conclusiones, los atracones de alcohol esporádicos durante la gestación, como los que tienen lugar en un botellón, conllevarían alteraciones neuronales en el recién nacido invisibles en el momento del parto, pero que a largo plazo podrían derivar en importantes problemas de conducta.
Un atracón de alcohol semanal sería suficiente para que la descendencia presente graves alteraciones neuronales, que se manifestarían hasta la edad adulta en forma de problemas de aprendizaje, memoria y conducta
La novedad de esta investigación reside en que los científicos no han centrado su atención en mujeres que realizan un consumo de alcohol diario, sino que han analizado un patrón de consumo más típico entre la población joven como es el de la ingesta de alcohol esporádica a través de atracones, como los que suelen tener lugar en las noches del fin de semana.
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Graves anomalías en la descendencia
Según el estudio, realizado en ratones, un atracón de alcohol a la semana sería suficiente para que la descendencia presente graves alteraciones neuronales, que se manifestarían hasta la edad adulta en forma de problemas de aprendizaje, memoria y conducta.
Estas anomalías a nivel neuronal se producen, según la directora de la investigación, porque durante la gestación, en el momento del desarrollo del sistema nervioso central, la irrupción del alcohol provocaría un déficit de la función cognitiva y conductual que se haría visible a largo plazo. Además, el consumo esporádico a modo de atracones, según se ha visto en los roedores, también activaría el sistema inmune para la protección de las neuronas, lo que puede generar daño cerebral y degeneración neuronal cuando los bebés llegan a la adolescencia y la edad adulta.
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Actualizado: 4 de mayo de 2023