La exposición a pesticidas en el embarazo altera el cerebro del feto
29/08/2019
Muchos estudios han demostrado que los pesticidas que entran en contacto con las mujeres embarazadas pueden causar problemas de salud al futuro bebé, como aumentar su riesgo de autismo, y un nuevo estudio ha encontrado que la exposición prenatal a organofosforados –uno de los químicos plaguicidas más usado en Estados Unidos– podría alterar el funcionamiento cerebral de los fetos.
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Este cambio se produciría en la zona cerebral encargada de la lingüística, la memoria y la cognición de los fetos, haciéndose notable durante la adolescencia, según expone la investigación, que ha sido publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences. Los resultados se obtuvieron gracias a los datos extraídos de pruebas de control ejecutivo, cognición social, atención y comprensión del lenguaje, hechas a 95 adolescentes de entre 15 y 17 años, nacidos y criados en el Valle de Salinas de California (EE.UU.), donde se suele utilizar este tipo de pesticida.
Menos flujo sanguíneo en la corteza central de los adolescentes
Los hallazgos demostraron que los hijos de las embarazadas que estuvieron expuestas a niveles más elevados de organofosforados tuvieron una actividad cerebral más alterada en cuanto al control ejecutivo, y tenían menos flujo sanguíneo en la corteza central al llevar a cabo pruebas que necesitaban flexibilidad cognitiva y memoria visual. Asimismo, observaron que había un flujo de sangre mayor hacia el lóbulo temporal y parietal en las pruebas de memoria lingüística.
El flujo sanguíneo de la corteza central cerebral de los jóvenes cuyas madres habían estado expuestas a más pesticidas era más reducido en las actividades de flexibilidad cognitiva y memoria visual
Los investigadores, pertenecientes a la Universidad de California Berkeley, obtuvieron imágenes funcionales de infrarrojo cercano (fNIRS) para observar los cambios que se habían producido en los cerebros de los jóvenes con madres expuestas a organofosforados durante la gestación. Esta técnica controla el flujo sanguíneo de las regiones de la corteza cerebral a través de la luz infrarroja y aporta información similar a la de la resonancia magnética funcional (fMRI), pero a escala más pequeña, lo que la hace más asequible y portátil.
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Además, se tuvieron en cuenta los datos del programa de Informes de Uso de Pesticidas de California, para conocer cuándo y dónde fueron rociados los pesticidas. Los investigadores planean continuar con el seguimiento de los adolescentes para ver si esta asociación se mantiene con el paso del tiempo.
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Actualizado: 4 de mayo de 2023