Los hijos de diabéticas tienen más riesgo de enfermedad cardiaca
24/07/2018
La diabetes gestacional puede provocar que el bebé al crecer desarrolle una enfermedad cardíaca, según un estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad de Indiana (EE.UU.), publicado online en la revista American Journal of Physiology – Cell Physiology. Según sus resultados, la diabetes en la embarazada puede alterar una proteína del músculo liso llamada transgelina, que se encarga de la formación de los vasos sanguíneos del niño, e impedir así que estos se desarrollen correctamente.
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Anteriores investigaciones ya habían encontrado que los niveles de esta proteína eran más altos en los bebés nacidos de madres con diabetes gestacional. La transgelina se encuentra en las células formadoras de colonias endoteliales, encargadas de la creación de nuevos vasos sanguíneos y de su reparación en caso de heridas. La sangre del cordón umbilical es rica en estas células, y los investigadores estudiaron precisamente los efectos que tenía que los niveles de transgelina en ellas estuviesen altos.
La diabetes gestacional se diagnostica con un análisis de sangre que se realiza en el segundo trimestre de embarazo
Encontraron que la alteración que se produce cuando la madre es diabética puede causar en el feto que sus vasos sanguíneos no se formen de forma adecuada y puedan desarrollar en el futuro enfermedades cardíacas. Por desgracia, son afecciones que en los niños pasan inadvertidas y solo se diagnostican cuando la enfermedad ya ha aparecido. Por eso es importante, por un lado, controlar la diabetes gestacional y, por otro, encontrar formas de detectar las alteraciones de esas proteínas en el recién nacido.
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La diabetes gestacional afecta al 7% de las embarazadas
La diabetes gestacional, es decir, tener elevados los niveles de glucosa en sangre, es una de las patologías más frecuentes del embarazo. De hecho, se calcula que afecta a un 7% de las embarazadas. Suele aparecer en el segundo trimestre de la gestación, y está causada por las propias hormonas del embarazo, aunque si está bien controlada no suele dar ningún problema.
Para detectarla, en los análisis sanguíneos del segundo trimestre se mide el nivel de glucosa y, si es muy elevado, se realiza el test de O’Sullivan, más conocida como curva larga de la glucosa, que consiste en que la madre tome una determinada cantidad de glucosa y estudiar cómo la ha asimilado su organismo, con extracciones de sangre a los 60, 120 y 180 minutos.
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Cuando la diabetes no se diagnostica o no se controla (con una dieta alimenticia adecuada, o medicación), puede provocar en la madre alteraciones como la hipertensión arterial, aunque a menudo no da síntomas. Los bebés suelen nacer muy grandes (macrosomía fetal) y tener otras complicaciones.
Actualizado: 4 de mayo de 2023