Nueva técnica para escoger el sexo del bebé con una eficacia del 80%

Además de por sus preferencias, algunas personas desearían poder elegir el sexo de su bebé porque son portadoras de enfermedades hereditarias que, como la hemofilia, solo afectan a los varones. Una nueva técnica desarrollada por científicos del Centro Ronald O. Perelman y Claudia Cohen de Medicina Reproductiva de la Universidad de Medicina Weill Cornell de Nueva York (EE.UU.) podría facilitarlo, ya que permite seleccionar espermatozoides e incrementar las posibilidades de que el embrión sea del sexo preferido, y ha demostrado una eficacia de alrededor del 80%.

En la investigación han participado 1.317 parejas que se encontraban en tratamiento de fertilidad y ha sido liderada por Gianpiero D. Palermo, un experto en reproducción asistida al que se atribuye el descubrimiento de la microinyección o inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI). Sus resultados se han publicado en PLoS ONE y muestran que es posible seleccionar el sexo del embrión con un 80% de probabilidades de éxito y de forma segura, sin afectar a la carga genética.

Palermo ha explicado en declaraciones al diario ABC que la técnica consiste en colocar la muestra de esperma “sobre gradientes de densidad multicapa de concentraciones variables en un tubo, y luego dejar que los espermatozoides naden a través de las capas para autoseleccionarse”. Y añade que esta solución “se utiliza de forma rutinaria en las clínicas de fertilidad de todo el mundo y, a diferencia de algunas técnicas de selección del sexo de los espermatozoides probadas anteriormente, en este método no se utilizan factores extraños”.

“El empleo de esta técnica cuando existen enfermedades ligadas al sexo no sería adecuado, ya que un 80% de probabilidades deja a la pareja un 20% de posibilidades de que el bebé no sea del sexo escogido, dando lugar a una persona con la enfermedad”

Para comprobar la seguridad de esta técnica los investigadores realizaron un seguimiento a los niños que habían nacido tras su uso hasta que tenían tres años y seis meses de edad y observaron que “su desarrollo psicológico y motor se encontraba dentro del rango normal”, afirma Palermo.

La novedad de este método, según ha declarado a SMC España Rocío Núñez Calonge, embrióloga, directora científica del Grupo Internacional UR y profesora en el Máster de Reproducción de la Universidad Complutense y Sociedad Española de Fertilidad, es que se han evaluado “dos grupos utilizando diagnóstico genético preimplantacional (PGT-A) para estudiar anomalías cromosómicas de los embriones resultantes, y en uno de los dos grupos emplear la técnica de selección de espermatozoides que ellos proponen. De esta forma, comparan entre los dos grupos si la técnica de selección de espermatozoides para un sexo determinado es útil y segura y no se encuentran más anomalías cromosómicas tras su uso”.

Problemas éticos en la selección de embriones

Una limitación de esta técnica que han reconocido los investigadores es que “en raras ocasiones todos los embriones analizados eran del sexo opuesto al seleccionado. Esto puede atribuirse a sutiles diferencias morfológicas y funcionales entre los espermatozoides portadores de X e Y después de la selección”. Además, incluso aunque la mayoría de los embriones sean del sexo deseado, todavía se podría escoger el incorrecto, ya que no se conoce el sexo del embrión que se va a transferir.

Sin embargo, afirman: “A pesar de que nuestro método de selección del sexo de los espermatozoides no garantiza necesariamente una descendencia de un sexo específico, las parejas participantes en el estudio pudieron, no obstante, obtener una mayor proporción de espermatozoides deseados”. Y añaden: “Estos resultados alentadores indican que nuestro método no sólo es eficaz, sino también seguro, lo que lo convierte en un procedimiento factible y éticamente aceptable”.

Estos científicos proponen que la nueva técnica se pueda emplear tanto por razones médicas cuando exista una enfermedad vinculada al sexo del bebé –en cuyo caso consideran que sería más ético utilizar la selección de espermatozoides que la selección de embriones con el test genético preimplantacional (PGT)–, como por parejas que quieren elegir el sexo de su hijo por motivos personales.

En opinión de Núñez Calonge, sin embargo, “Desde un punto de vista meramente médico, el empleo de esta técnica cuando existen enfermedades ligadas al sexo (como, por ejemplo, la hemofilia), no sería adecuado, ya que un 80% de probabilidades deja a la pareja un 20% de posibilidades de que el bebé no sea del sexo escogido, dando lugar a una persona con la enfermedad. Sin embargo, si la selección es únicamente por motivos personales, este margen de error sería asumible”.

“Además –añade–, ellos mismos hablan de una limitación importante, y es que no se sabe cuál es el sexo del embrión que se escoge para transferir. Puede ocurrir que, entre varios embriones obtenidos, aunque la mayoría sean del sexo que se ha querido obtener, se escoja el incorrecto. Desde el punto de vista ético, ¿qué ocurre con el resto de los embriones que no se eligen? ¿Cuál sería el destino de estos? Por ello, no parece que resuelva los posibles problemas éticos que ya de por sí plantea el uso del PGT en este sentido”.

“En España no está permitida la selección de sexo excepto por razones médicas. Cuando se hizo la ley en el año 1988 se planteó esta cuestión basándose en la posible selección que determinados colectivos podrían hacer en detrimento del otro sexo y que conllevaría un desequilibrio en la población. Actualmente no tiene mucho sentido esta prohibición, ya que la selección de sexo la realizaría un pequeño grupo de pacientes por motivos personales, y no supondría un desequilibrio poblacional”, concluye Calonge.