Ser madre, más difícil a partir de los 32 años
03/05/2012
A partir de los 32 años el 10% de las mujeres sufre una reducción de su reserva ovárica, y esto disminuye también sus posibilidades de conseguir un embarazo. Las mujeres nacen con una cantidad de óvulos que va disminuyendo de forma progresiva e inevitable a medida que pasa el tiempo, al contrario de lo que les sucede a los varones, cuyos espermatozoides se regeneran constantemente.
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En la última década se ha producido un significativo aumento en la edad a la que las mujeres deciden tener su primer hijo, y según datos del Instituto Nacional de Estadística del primer trimestre de 2011, en nuestro país la edad media para ser madre se sitúa en 31,06 años, una edad a la que la reserva de ovocitos –que ronda el número de 400.000 en la época en la que se produce la primera menstruación– se ha reducido a alrededor de 200.000.
Es importante que las mujeres que deseen postergar la maternidad puedan conocer la cantidad y calidad de sus ovocitos, para actuar a tiempo si la reserva ovárica es reducida
Si la fertilidad de la mujer está directamente asociada a su edad es importante que aquellas que deseen postergar la maternidad, puedan conocer en un momento determinado la cantidad y calidad de sus ovocitos, para actuar a tiempo si la reserva ovárica es reducida. Por suerte, en la actualidad, ya se dispone de técnicas para averiguar la capacidad funcional de los ovarios y la calidad ovocitaria. Se trata de el recuento de folículos antrales (RFA) y el análisis de la hormona antimülleriana (AMH), dos pruebas que sirven para evaluar la capacidad reproductiva de la mujer.
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Así, como explica la Dra. Victoria Verdú, coordinadora de Ginecología en la Clínica Ginefiv -especializada en el tratamiento de la esterilidad y la infertilidad-, con la RFA se comprueba el número de folículos presentes en cada ovario, y se considera una ‘reserva óptima’ una cantidad de entre 5 y 10 folículos por ovario. En cuanto a la hormona antimülleriana, añade la experta, se trata de un indicador proporcional del número de óvulos disponibles que tiene una mujer a cada edad y permite conocer además la calidad de los ovocitos.
El RFH se comprueba mediante una ecografía vaginal, como las que habitualmente se realizan en las revisiones ginecológicas rutinarias, y la Dra. Verdú señala que estas técnicas se pueden incorporar al resto de pruebas que se realizan las mujeres cuando acuden a la consulta ginecológica para conocer sus posibilidades reproductivas en ese momento, y estarían especialmente indicadas para las pacientes que estén intentado quedarse embarazadas sin éxito.
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Fuente: Clínica Ginefiv
Actualizado: 1 de agosto de 2017