Trasplante fecal en bebés nacidos por cesárea mejoraría su microbiota
02/10/2020
Los niños que nacen por cesárea tienen un mayor riesgo de desarrollar asma y alergia, algo que se atribuye a que no han estado expuestos a la microbiota de la vagina y el perineo de sus madres durante el parto y que impacta negativamente en el desarrollo de su sistema inmune.
Se han realizado estudios para comprobar si una técnica conocida como siembra vaginal o microbirthing, en la que se impregna al recién nacido con fluido vaginal de la madre inmediatamente después de la cesárea podría reducir estos riesgos, pero ahora una nueva investigación publicada en la revista Cell propone un método alternativo, más drástico si se quiere, para exponer a los neonatos a la microbiota materna, que consiste en diluir una pequeña cantidad de heces de sus madres en la leche materna, y alimentarles con ella nada más nacer.
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Los autores del estudio señalan que este procedimiento parece ser seguro y permite que a los tres meses la composición microbiana del intestino de los bebés sea más parecida a la de los niños nacidos por parto vaginal que a los nacidos por cesárea. Como ha explicado Sture Andersson, del Centro de Investigación Pediátrica de la Universidad de Helsinki y el Hospital Universitario de Helsinki (Finlandia), y principal coautor del estudio, desde un punto de vista clínico esta transferencia de material microbiano se produce durante el parto vaginal: “es un regalo que la madre le hace a su bebé”.
La composición de la flora intestinal depende del tipo de parto
El sistema inmunitario de los bebés recién nacidos no está totalmente desarrollado, sino que va madurando en respuesta a la exposición microbiana que experimentan. Aunque la microbiota de cada persona es diferente los patrones generales que rigen la forma en la que cada tipo de bacteria coloniza el intestino son diferentes en el caso de los niños nacidos vaginalmente y aquellos nacidos por cesárea. Estas variaciones parece que influyen en cómo el sistema inmune aprende a responder a los estímulos externos, incluyendo los potenciales alérgenos.
A los tres meses de edad la microbiota de los bebés que habían recibido el trasplante fecal era similar a la de niños nacidos por parto vaginal
Las madres que participaron en el estudio fueron reclutadas mediante folletos colocados en las salas de espera de los médicos. Alrededor de 30 mujeres se pusieron en contacto con los investigadores para informarse y 17 accedieron a participar, aunque 10 de ellas presentaban contraindicaciones, como un tratamiento reciente con antibiótico o microbios potencialmente dañinos, así que al final fueron seleccionadas siete madres que habían sido sometidas a una cesárea.
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A los bebés se les administró el trasplante de microbiota fecal muy poco después de nacer. Las muestras fecales de las madres habían sido obtenidas tres semanas antes. Los niños permanecieron en el hospital durante dos días tras el trasplante para confirmar que no experimentaban complicaciones. La microbiota fecal de los bebés –el meconio– fue analizada al nacer y a los dos días, una semana, dos semanas, tres semanas y tres meses después. También se hizo un análisis de sangre a los pequeños dos días después del nacimiento.
El trasplante fecal varió la microbiota de los bebés
Los investigadores encontraron que a los tres meses de edad la microbiota de los bebés que habían recibido el trasplante fecal era similar a la de niños nacidos por parto vaginal. Su microbiota era diferente de la de nacidos por cesárea que no habían sido tratados y de la de sus madres. Como base para realizar estas comparaciones, estos científicos usaron datos recogidos previamente en el mismo hospital, así como procedentes de bases de datos globales.
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Willem de Vos, del Programa de Investigación del Microbioma Humano en la Universidad de Helsinki, y el otro principal coautor del estudio, ha afirmado que sus hallazgos apoyan el concepto de la transferencia vertical de madre a hijo, si bien añade que es muy importante advertir a la gente que no deben intentar llevar a cabo este procedimiento por sí mismos, ya que las muestras fecales maternas fueron testadas previamente para confirmar su seguridad e idoneidad.
Estos investigadores tienen previsto estudia el desarrollo del sistema inmune en los bebés nacidos por cesárea que reciban este tipo de trasplante fecal y compararlo con otros que no lo reciban. Además, a diferencia de este estudio, que ha sido observacional, los futuros trabajos contarán con grupos de control y serán ciegos para las madres (estas no sabrán si sus bebés reciben o no el tratamiento).
Actualizado: 5 de mayo de 2023