Jirafas, loros y robles, entre las especies en peligro de extinción
09/08/2022
Un millón de especies, incluidas algunas tan conocidas como la jirafa, el loro o el roble se encuentran en peligro de extinción a causa de actividades del ser humano que provocan el deterioro de los ecosistemas donde habitan, o incluso su desaparición, según advierte un informe de la Plataforma Intergubernamental Científico-normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES, por sus siglas en inglés), organismo intergubernamental independiente de ciencia y política apoyado por la ONU.
Entre las actividades humanas que perjudican a animales, plantas y ecosistemas destacan la tala excesiva de árboles y la deforestación, la contaminación generada por las industrias y el uso de combustibles fósiles, la agricultura y la pesca. La Conferencia de Biodiversidad de la ONU ha propuesto una serie de medidas con el objetivo de garantizar una relación sostenible los seres humanos y la naturaleza.
En la lista de especies amenazadas que han elaborado, además de jirafas, loros y robles, también figuran, por ejemplo, los cactus y las algas. Las algas marinas son uno de los más grandes sobrevivientes de la Tierra, ya que algunas de sus variedades modernas proceden de las que se encontraban en el planeta hace unos 1.600 millones de años. Esta vegetación marina desempeña un papel clave en los ecosistemas acuáticos, por ser el hábitat y el sustento de diversas formas de vida en los mares y océanos y constituir un vivero para muchos peces.
Ecosistemas amenazados en tierra y mar
El aumento de la temperatura del mar –que se ha hecho patente en el Mediterráneo este verano a causa de las olas de calor–, el dragado mecánico (remoción de rocas y sedimentos) y la construcción de infraestructuras en la costa están contribuyendo a la decadencia de las especies. En tierra el escenario también es preocupante porque los árboles están seriamente amenazados por intereses económicos y sociales –como la tala y la deforestación a causa de la industria, la agricultura y la leña para calentarse y cocinar– y por los incendios forestales.
“El informe de IPBES deja muy claro que las especies silvestres son una fuente indispensable de alimento, refugio e ingresos para cientos de millones de personas en todo el mundo”
Según la Lista Roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), se estima que el 31% de los 430 tipos de robles que hay en el mundo están en peligro de extinción, y la conservación de hasta un 41% está en riesgo debido sobre todo a la deforestación para la agricultura y la necesidad de combustible para cocinar. En cuanto a las jirafas son atacadas por su carne y su hábitat también se está degradando y tan solo quedan unas 600 jirafas de África occidental en estado salvaje a causa de la extracción de madera no sostenible y a la mayor demanda de tierras para su cultivo.
Consecuencias de la pérdida de biodiversidad
En opinión de los expertos la actual crisis de biodiversidad seguirá aumentando y esto tendrá consecuencias catastróficas para la humanidad si no se toman medidas urgentes para que los humanos interactúen con la naturaleza de una forma más sostenible. “El informe de IPBES deja muy claro que las especies silvestres son una fuente indispensable de alimento, refugio e ingresos para cientos de millones de personas en todo el mundo”, ha declarado Susan Gardner, directora de la División de Ecosistemas del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
“El uso sostenible es cuando se contribuye al bienestar humano mientras la biodiversidad y el funcionamiento del ecosistema se mantienen. Al continuar usando estos recursos de manera insostenible, no solo estamos dañando y arriesgando la pérdida de las poblaciones de estas especies; estamos afectando nuestra propia salud y bienestar, además del de las próximas generaciones”, añade.
El informe destaca la importancia de asegurar que los pueblos indígenas obtengan los derechos de tenencia sobre sus tierras, porque compreden el valor de las especies silvestres y han aprendido a utilizarlas de manera sostenible. Para disminuir la pérdida de biodiversidad es necesario que haya una distribución equitativa de costos y beneficios, cambios en los valores sociales y sistemas de gobernanza efectivos.
Los gobiernos de todo el mundo gastan más de 500.000 millones de dólares al año para apoyar acciones de industrias como la de los combustibles fósiles, la agricultura y la pesca que dañan la biodiversidad, y según los expertos estos fondos deberían destinarse a promover la agricultura regenerativa, los sistemas alimentarios sostenibles y las innovaciones con un impacto positivo en la naturaleza.
La Conferencia de Biodiversidad de la ONU convoca a los gobiernos de todo el mundo a establecer un nuevo conjunto de objetivos para proteger la naturaleza durante la próxima década a través del Convenio sobre la Diversidad Biológica Marco posterior al marco del 2020. El marco propone un plan para instaurar acciones que ayuden a transformar la relación de la sociedad con la biodiversidad y a garantizar que para 2050 se consiga vivir en armonía con la naturaleza.
Actualizado: 5 de mayo de 2023