La ciencia demuestra que los perros se parecen a sus dueños
10/03/2017
El perro lleva siendo el mejor amigo del hombre más de 30.000 años, pero ¿esta prolongada convivencia ha permitido que los canes sean capaces de recoger información emocional de las personas, y adaptar su comportamiento en consecuencia? Según un estudio realizado por la Universidad de Viena, sí es posible. Y es que la clásica idea de que los perros se parecen a sus dueños parece haberse alejado de la típica broma, para pasar a ser una verdad con rigor científico.
La investigación, dirigida por Iris Schöberl, del departamento de Biología del Comportamiento de la Universidad de Viena, ha sido publicada por la revista de factor de impacto PLOS ONE, y concluye que no solo algunos rasgos de la personalidad de los seres humanos pueden traspasarse a sus perros sino que, además, aquellos canes que sean amistosos y relajados pueden incluso ayudar a sus dueños a lidiar con el estrés.
Los perros con dueños neuróticos y pesimistas pueden pensar que el mundo es más peligroso, y estar más a la defensiva y ser menos capaces de lidiar con situaciones estresantes
Los dueños neuróticos pueden tener perros más estresados
Para llegar a estas conclusiones, el trabajo contó con la participación de un total de 132 personas junto a sus perros, a los que se les realizaron varias pruebas, que incluían la medición de la frecuencia cardíaca y su respuesta frente a la amenaza. Asimismo, tanto a los animales, como a sus dueños, se les examinaron los niveles de cortisol (hormona relacionada con el estrés) a través de la saliva, mientras se les exponía a situaciones ligeramente estresantes.
Además, en el caso de los propietarios, también se les evaluaron aspectos conductuales de la personalidad como, por ejemplo, la simpatía o la neurosis (grado de inestabilidad emocional que define la vulnerabilidad de padecer algunos trastornos como la ansiedad). Y curiosamente se observó que aquellas personas que mostraron altos niveles de neurosis tenían perros con baja variabilidad en su cortisol. Es decir, que los canes con propietarios altamente neuróticos eran menos capaces de lidiar con el estrés y la presión, respecto a aquellos peludos que tenían dueños menos neuróticos. Y viceversa. Aquellos canes que tenían propietarios más simpáticos y agradables eran más capaces de afrontar situaciones estresantes, que aquellos que tenían dueños menos simpáticos.
Según este estudio, los perros serían capaces, por tanto, de leer e interpretar las emociones de sus propietarios. Por ello, tal y como afirma el investigador principal Iris Schöberl, “los perros de propietarios pesimistas y neuróticos pueden pensar que el mundo es más peligroso y, por tanto, pueden estar más a la defensiva y ser menos capaces que otros canes de hacer frente a situaciones de tensión”.
Actualizado: 4 de mayo de 2023