Pasear al perro mejora la movilidad y previene caídas en adultos mayores

Un estudio europeo revela que pasear regularmente con perros mejora la movilidad y reduce el riesgo de caídas y el miedo a caerse en personas mayores, en las que favorece tanto la salud física, como el bienestar mental y la interacción social.
Una mujer y un hombre mayores pasean a su perro por un parque

21/01/2025

La actividad física es fundamental para disfrutar de una mejor salud y movilidad durante el envejecimiento y el ejercicio, además, se puede adaptar a tus capacidades y ritmo de vida. Y ni siquiera necesitas acudir al gimnasio, ya que un nuevo estudio ha mostrado que pasear al perro con regularidad aporta grandes beneficios para las personas mayores. La investigación del Irish Longitudinal Study on Ageing (TILDA) ha sido realizada en el Trinity College de Dublín y ha encontrado que los adultos mayores que salen a caminar con el perro tienen un menor riesgo de sufrir caídas y problemas de movilidad.

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Las caídas son una de las principales causas de ingreso hospitalario en personas mayores y la causa más común de muertes accidentales durante la vejez. Además, están fuertemente vinculadas a fracturas, especialmente de cadera, pérdida de independencia, aumento de la necesidad de atención médica, ingreso en residencias de ancianos y mortalidad temprana.

Según los datos de TILDA, alrededor del 30% de las personas mayores de 70 años en Irlanda sufre una caída al año, y una de cada ocho acude a urgencias debido a este problema. Con el aumento de la esperanza de vida, se espera que el número de caídas entre las personas mayores aumente significativamente en las próximas décadas, y por ello es fundamental identificar estrategias efectivas que se puedan aplicar a nivel poblacional para reducir este riesgo.

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Un hábito que potencia la actividad física y la interacción social

Existen pocos estudios que hayan analizado si caminar con perros podría proteger frente a caídas y problemas de movilidad en la tercera edad. Esta investigación evaluó si pasear frecuentemente con estas mascotas estaba relacionado con una menor probabilidad de caídas, menos miedo a caer y menos problemas de movilidad en un amplio grupo de personas mayores que viven en sus comunidades.

El estudio incluyó a más de 4.100 participantes de 60 años o más que formaron parte de la quinta ola de TILDA. Se consideró como “pasear regularmente con perros” hacerlo al menos cuatro días por semana, según la información proporcionada por los participantes. El grupo de control incluyó a personas que no tenían perro o que no paseaban regularmente con ellos. Los datos sobre caídas y miedo a caer se obtuvieron mediante autoinforme, y la movilidad se evaluó con la prueba de Timed-Up-and-Go (TUG), que es un indicador sensible y específico para predecir caídas en adultos mayores. Los modelos de regresión logística se emplearon para analizar las asociaciones entre pasear regularmente con perros y los resultados estudiados.

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Los resultados se han publicado en Journals of Gerontology y entre los más importantes destacan que los participantes que paseaban con sus perros presentaron una mejor movilidad, ya que completaron la prueba TUG significativamente más rápido que los que no lo hacían (10,3 segundos frente a 11,7 segundos en promedio); un menor número de caídas, ya que las personas que paseaban regularmente con perros tenían un 40% menos probabilidades de sufrir caídas inexplicadas; y menos miedo a caerse, porque aquellos que caminaban con sus perros regularmente eran un 20% menos propensos a reportar miedo a caer, lo que suele estar relacionado con evitar la movilidad y una peor calidad de vida.

“Pasear perros con regularidad es una actividad simple y accesible que no solo mejora la salud física, sino que también tiene beneficios para el bienestar mental y la confianza entre los adultos mayores”

El estudio subraya el papel potencial del paseo con perros en la promoción de la actividad física y la interacción social, dos factores que se consideran clave para mantener la independencia en la vejez. Aunque los niveles generales de actividad física eran similares entre quienes paseaban con perros y quienes no, la actividad específica de caminar con un perro parece tener beneficios únicos. Además, los investigadores resaltan la importancia de fomentar actividades que sean tanto placenteras, como beneficiosas para la salud, a medida que envejecemos.

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“Este estudio demuestra los beneficios potenciales que pasear perros con regularidad puede ofrecer a las personas mayores. Aquellas que paseaban habitualmente con perros tenían una movilidad significativamente mejor, una menor probabilidad de caídas y eran menos propensos a desarrollar miedo a caerse. Si bien esto puede deberse en parte al aumento de la actividad física, también es probable que el aumento de la interacción social, el compañerismo y el propósito derivado de tener un perro desempeñen un papel importante. Vemos lo importantes que son las mascotas en las vidas de las personas mayores que encontramos tanto en el Hospital St James como en el estudio TILDA y, por lo tanto, es alentador ver los beneficios confirmados en este estudio”, ha explicado el profesor Robert Briggs, geriatra en el Hospital St. James y coautor del estudio, en una nota publicada por el Trinity College Dublin.

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“Nuestros hallazgos resaltan el valor de pasear perros con regularidad como una actividad simple y accesible que no solo mejora la salud física, sino que también tiene beneficios para el bienestar mental y la confianza entre los adultos mayores”, concluye la doctora Eleanor Gallagher, autora principal del estudio.

Actualizado: 21 de enero de 2025

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