Perros y gatos reducen la depresión y soledad en viudos y divorciados
10/09/2019
Tener una mascota aumenta la sensación de compañía y tiene diversos efectos sobre la salud, por ejemplo, reduce el riesgo cardiaco. Ahora un nuevo estudio ha demostrado que tener un perro o un gato en casa podría reducir el riesgo de tener depresión y sensación de soledad en los adultos mayores tras un proceso de divorcio, o la viudedad tras la muerte del cónyuge.
La investigación, realizada por miembros de la Universidad Estatal de Florida (EE.UU.) y publicada en la revista The Gerontologist, comparó los casos de depresión y sensación de soledad en personas mayores de 50 años que estaban casadas y en las que se habían divorciado o fallecido su pareja. Todos los datos fueron obtenidos del Health and Retirement Study (HRS) y se pusieron en relación en función de si tenían o no mascotas en casa.
Los resultados mostraron que aquellos que perdieron a su pareja, por cualquier motivo, presentaban niveles más elevados de depresión, pero los que declararon no tener una mascota a su cargo presentaron unos aumentos más significativos de los síntomas y más sensación de soledad que aquello que tenían un perro o un gato en su hogar.
Las personas que han perdido a sus parejas, por fallecimiento o divorcio, podrían encontrar en las mascotas el cariño y la tranquilidad necesaria para evitar la depresión y la soledad
Dawn Carr, principal autor del estudio, declaró que es normal sentir algo de depresión tras la muerte o separación de la pareja, sin embargo, afirma que las personas pueden adaptarse a la nueva situación, pero que muchos de ellos se instauran en una soledad persistente que trabajos anteriores han asociado a más riesgo de mortalidad y un inicio temprano de discapacidad. Es aquí donde intervienen las mascotas, que podrían ayudar a revertir las consecuencias negativas de la soledad.
Compañía y cariño sin pedir nada a cambio
Las posibles explicaciones que encuentran los autores a esta asociación es que los individuos se relajan al acariciar a las mascotas, se tranquilizan al poder hablar con ellos, pues no pueden juzgar, y bridan mucho cariño sin pedir nada a cambio. Además, explican que la sensación de que alguien, en este caso un perro o un gato, dependa de la persona puede mejorar su ánimo.
Los hallazgos de este estudio podrían ser el primer paso hacia unas políticas sociales que valoren el incluir animales de compañía para tratar a personas de residencias de la tercera edad o para aquellos que tengan depresión tras quedarse viudos o separarse.
Actualizado: 4 de mayo de 2023