¿Pueden los perros mirar la televisión y disfrutar de lo que ven?

El estudio del comportamiento animal es una fuente inagotable de descubrimientos como demuestra una nueva investigación realizada en Inglaterra. En esta ocasión, los perros son los protagonistas de un análisis que ha probado algo que desde hace años es objeto de estudio de investigadores: los canes son capaces de mirar la televisión. ¿La novedad? Pues que no solo pueden verla, sino que tienen preferencia por ciertas imágenes, especialmente aquellas en las que aparecen sus iguales y que están acompañadas de sonidos como, por ejemplo, el ruido de los juguetes, perros ladrando, o personas que dan órdenes y que elogian a los canes.

Eso sí, sin olvidar que la forma de ver la televisión que tienen los perros es muy diferente a la manera en la que lo hacemos los humanos, ya que los animales, en lugar de quedarse quietos frente al televisor, suelen querer interactuar, y prefieren acercarse a la pantalla para obtener una visión más cercana. Tampoco aguantan largos periodos mirando, ya que su tiempo de atención es mucho menor que en las personas.

Los perros muestran más interés por unos contenidos que por otros, pero cuando son expuestos a tres pantallas de televisión a la vez no son capaces de elegir por sí mismos lo que quieren ver

Además, también es muy distinto lo que los perros pueden ver en la pantalla a lo que el ojo humano puede captar. Los perros tienen un tipo de visión que recibe el nombre de dicromático. Es decir, ellos pueden ver solo una parte de la gama de colores en el espectro visible de la luz: el color azul y el color amarillo. Por tanto, sus preferencias en cuanto a qué ver también están muy relacionadas con el color de las imágenes que aparecen en la televisión.

La investigación de Ilyena Hirskyj-Douglas y Janet C Read, miembros de la Universidad Central de Lancashire (Inglaterra), se ha llevado a cabo mediante pantallas múltiples. A través de ellas han determinado que los perros muestran más interés por unos contenidos que por otros, pero que cuando son expuestos a tres pantallas a la vez se muestran incapaces de elegir por sí mismos lo que quieren ver, eligiendo cada vez una u otra, sin que exista un patrón de comportamiento aparente.

Como conclusión, las autoras, que no han sido capaces de saber si realmente los animales disfrutan de lo que ven en la televisión, recuerdan que los avances tecnológicos no solo influyen en el comportamiento y en los hábitos de los humanos, sino también en el de los animales, quienes van adaptándose a las circunstancias de su entorno. En este sentido, consideran que los resultados del estudio abren la puerta al desarrollo de nuevas investigaciones que determinen si la presencia activa de la televisión en el hogar puede tener influencia en el bienestar de los canes cuando se quedan solos en casa.