Se prohíbe la compraventa de pangolines
05/10/2016
El pangolín, un mamífero milenario con aspecto de reptil, que vive en los lugares más frondosos de los continentes asiático y africano, ve amenazada su supervivencia como consecuencia de la feroz caza a la que lleva años siendo sometido. Tal es la demanda de este animal, sobre todo por vietnamitas y chinos, que el pangolín se ha convertido en la especie con la que más se trafica en el planeta.
Según datos de la organización sin ánimo de lucro Save Vietnam Wildlife se estima que aproximadamente 100.000 ejemplares son capturados cada año, una práctica que, de seguir manteniéndose, conducirá a la extinción del pangolín en ambos continentes. Además, no podemos olvidar que el sufrimiento de estos animales es inmenso, ya que son maltratados (les quitan las escamas vivos) y desangrados en vida.
Se estima que cada año son capturados alrededor de 100.000 ejemplares, una práctica que, de seguir manteniéndose, conduciría irremediablemente a la extinción del pangolín
Si bien hasta ahora el pangolín aparecía en el listado del Apéndice II (en vigor desde junio de 2013) de la Convención sobre el Comercio Internacional de especies amenazadas (CITES), que permitía el comercio de estos animales si se disponían de permisos especiales, ahora, tras la última reunión de dicha Convención en Johannesburgo (Sudáfrica), se ha decidido incluir a dicho mamífero en el catálogo del Apéndice I. Esto supone un cambio muy importante, ya que sitúa al pangolín en el listado de especies más amenazadas del planeta, prohibiendo con ello de forma específica todo tipo de comercio, tanto nacional como internacional, con previsión de duros castigos a quienes incumplan la norma.
El pangolín, víctima de un negocio redondo
La medicina tradicional y la alta cocina son los principales motivos de demanda de pangolines, especialmente en el este de Asia, donde las mafias se mueven a su antojo con la permisividad de las autoridades. La carne de este animal es considerada como un alimento selecto, tanto es así que un restaurante puede llegar a pagar más de 1.000 euros por un solo ejemplar.
Pero, además, los curanderos atribuyen al pangolín cualidades mágicas, sin base científica alguna, como la capacidad de aumentar la virilidad o de curar enfermedades. Así, un cazador llegaría a ganar entre 500 y 900 euros por cada kilo de escamas de pangolín, una cifra que en la mayoría de zonas rurales puede suponer una auténtica fortuna.
Más allá de la prohibición de la compraventa de pangolines, y de la implantación de medidas de control más severas, muchas organizaciones en defensa de los animales ven fundamental la necesidad de un cambio de mentalidad a través de la educación y la información para conseguir poner fin verdaderamente a la caza furtiva. Además, instan a que se investigue más acerca de esta especie, con el fin de comprender las dificultades de su reproducción y supervivencia en cautividad, algo que impide el diseño de estrategias alternativas.
Actualizado: 4 de mayo de 2023