Vacunas o antiinflamatorios comunes podrían reducir el riesgo de demencia

Ciertos medicamentos comunes, como vacunas, antiinflamatorios, antibióticos o suplementos como la vitamina D podrían reducir el riesgo de demencia según una revisión de estudios, lo que abre nuevas posibilidades para prevenir esta enfermedad.
Mujer mayor recibiendo una vacuna en el brazo

21/01/2025

La demencia es una de las principales causas de enfermedad y muerte en el mundo, que ya afecta a más de 55 millones de personas según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y que se espera que siga aumentando debido al progresivo envejecimiento de la población y a que los tratamientos disponibles no son curativos y tienen efectos limitados, por lo que constituye un enorme desafío para la salud pública y la medicina.

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Por ello, incluso un pequeño avance podría representar una gran diferencia. Por ejemplo, retrasar el inicio del alzhéimer cinco años reduciría su prevalencia y los costes asociados en un 40%, además del tiempo de vida saludable añadido. Se han identificado diversos mecanismos que intervienen en el desarrollo de demencia, como la acumulación y degradación anormal de proteínas, y esto abre la posibilidad de reutilizar medicamentos genéricos que actúen sobre estas vías.

Un equipo de científicos ha realizado una nueva investigación en la que ha revisado 14 estudios y datos de más de 130 millones de pacientes y ha encontrado una asociación entre el uso de medicamentos como vacunas, antiinflamatorios y antibióticos y un menor riesgo de demencia. Sus prometedores hallazgos se han publicado en Alzheimer’s and Dementia: Translational Research & Clinical Interventions.

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Medicamentos que pueden ayudar a prevenir la demencia

Los investigadores explican en el artículo que su objetivo era identificar patrones consistentes en medicamentos o clases de fármacos que puedan modificar el riesgo de diagnóstico de demencia y que su metodología abarca todos los medicamentos recetados en la actualidad, lo que permite identificar opciones que podrían haberse pasado por alto, con el fin de apoyar la reutilización de medicamentos, proponer estrategias de prevención y reducir el riesgo de demencia en la población.

Los resultados del estudio apoyan la hipótesis de que las infecciones virales o bacterianas podrían desencadenar demencia. Los investigadores encontraron que 17 medicamentos (como moduladores de catecolaminas, anticoagulantes, anticonvulsivos y antibióticos/antivirales) se asociaban con una reducción del riesgo superior al 50%. Mientras que cuatro vacunas (hepatitis A, tifoidea, combinada de hepatitis A y tifoidea, y difteria) estaban relacionadas con un menor riesgo de demencia y alzhéimer, con un rango de reducción del riesgo entre el 8% y el 32%.

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Medicamentos específicos, como el antiviral valaciclovir, el antiinflamatorio montelukast y el antihipertensivo losartán, mostraron resultados prometedores. Otros estudios revisados identificaron medicamentos prometedores, entre los que se encuentran gemfibrozil (para reducir los triglicéridos), ibuprofeno (antiinflamatorio), ceftriaxona (antibiótico). Además, vitaminas y minerales como la vitamina D, zinc y selenio también se asociaron con beneficios. Estos hallazgos sugieren que algunos tratamientos existentes podrían ser reutilizados para prevenir la demencia.

Eloy Rodríguez, neurólogo en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla-IDIVAL y profesor en la Universidad de Cantabria, que no ha participado en el estudio opina que “estos estudios son interesantes como generadores de hipótesis, pero no hay que sacar conclusiones de ellos, pues los datos, en general, son de baja calidad (sacados de grandes registros, con una información clínica muy limitada, y no siempre la hay) y están sujetos a encontrar relaciones erróneas (por ejemplo, puedes asociar el uso de antidepresivos a demencia, pero realmente son las primeras fases de la demencia las que provocan que se receten más antidepresivos; o los tratamientos para eventos cerebrovasculares, cuando es el ictus el que predispone a la demencia)”, según ha declarado a SMC España.

Las vacunas podrían ‘entrenar’ a nuestro sistema inmunitario cerebral para luchar mejor contra eventos nocivos infecciosos o tener una respuesta más adecuada ante otros eventos que puedan influir en el riesgo de demencia

“El tema de los antiinflamatorios no es nuevo, de hecho, se llegaron a hacer estudios clínicos dirigidos en enfermedad de Alzheimer con algún AINE [antiinflamatorio no esteroideo], pero sin resultado al buscar la relación directa. El tema de los antimicrobianos y las vacunas es interesante, pues se lleva tiempo hablando de la posible relación de determinadas infecciones, fundamentalmente víricas, con la etiología de la enfermedad de Alzheimer, y de la posible acción protectora de algunas vacunas al ‘entrenar’ a nuestro sistema inmunitario cerebral, bien para luchar mejor contra estos eventos nocivos infecciosos, o bien para tener una respuesta inmunitaria más adecuada ante otros eventos que puedan influir en el riesgo de desarrollar la enfermedad”, añade.

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“En definitiva, para mí no se pueden extraer conclusiones significativas de relaciones causales/protectoras, pero es interesante para mantener el foco investigador (o aumentarlo) en el papel de las infecciones víricas y la regulación de la inmunidad/inflamación como factores que participan en el origen de la enfermedad de Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas”.

En opinión del Dr. Richard Oakley, director asociado de Investigación e Innovación de la Sociedad de Alzheimer, y según sus declaraciones a SMC Reino Unido, “esta investigación proporciona algunas bases iniciales e indica qué medicamentos tienen potencial para ser reutilizados para la demencia y deberían priorizarse para una mayor investigación”.

“Pero no podemos sacar conclusiones definitivas de este estudio únicamente. Se trata de un estudio observacional, por lo que es necesario seguir trabajando para comprender el delicado equilibrio entre cómo funcionan los medicamentos, sus dosis específicas, las interacciones con otros medicamentos y la propia salud del individuo, y cómo esto puede afectar al riesgo de que una persona desarrolle demencia. Los ensayos clínicos ayudarán a responder algunas de estas preguntas en el contexto de la demencia”, concluye el experto.

Actualizado: 21 de enero de 2025

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