Depemokimab reduce a la mitad la tasa de exacerbaciones graves de asma

Un fármaco biológico de GSK (Depemokimab) que se administra dos veces al año ha demostrado ser capaz de reducir hasta un 54% la tasa de ataques de asma eosinofílica durante 52 semanas, reduciendo también las hospitalizaciones.
Un científico de GSK sostiene una pipeta en el laboratorio

El asma grave es una forma debilitante de esta enfermedad respiratoria que requiere un tratamiento intensivo con altas dosis de corticosteroides inhalados combinados con otros controladores o terapias biológicas. A pesar de estos esfuerzos, en muchos casos sigue siendo difícil de controlar. En la mayoría de los pacientes con asma grave, la enfermedad está impulsada por la inflamación tipo 2, caracterizada por altos niveles de eosinófilos, un tipo de glóbulo blanco, cuya actividad es regulada por proteínas como la IL-5, IL-4 y IL-13. Estas citocinas desempeñan un papel central en la inflamación asociada a una variedad de afecciones inmunológicas.

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Este tipo de asma, que afecta a una minoría significativa de pacientes, acarrea un impacto económico desproporcionado: representa más del 60% de los costes relacionados con el asma en algunos países y genera gastos por paciente superiores a los de otras enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2 o los accidentes cerebrovasculares. La carga económica incluye no solo los costes médicos directos, sino también la pérdida de ingresos debido a las frecuentes exacerbaciones que llevan a días de baja o incluso hospitalización. 

En el reciente Congreso de la Sociedad Europea Respiratoria (celebrado del 7 al 11 de septiembre en Viena, Austria), GSK ha presentado los resultados completos de los ensayos clínicos de fase III, SWIFT-1 y SWIFT-2, que evalúan el potencial de depemokimab como tratamiento para el asma grave con inflamación de tipo 2, una forma de la enfermedad caracterizada por altos niveles de eosinófilos en sangre. Ambos estudios, cuyos resultados se han publicado en paralelo en en el New England Journal of Medicine, siguieron a pacientes durante 52 semanas, cumplieron con los objetivos principales al demostrar una reducción significativa en la tasa de exacerbaciones graves (ataques de asma). En comparación con el placebo, depemokimab logró reducir estas exacerbaciones en un 54% (tasa de 0,51 exacerbaciones por año frente a 1,11 con placebo, p<0,001).

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Un análisis combinado de los dos ensayos reveló que depemokimab también disminuyó en un 72% el número de exacerbaciones que requirieron hospitalización o una visita al servicio de urgencias (0,02 exacerbaciones al año frente a 0,09 con placebo, p=0,002). Esta reducción nominalmente significativa indica un impacto considerable en la prevención de complicaciones graves del asma. Sin embargo, es importante destacar que algunos criterios secundarios, como mejoras en la calidad de vida y la reducción de síntomas, no alcanzaron significación estadística en los ensayos individuales.

Estos resultados suponen un avance en la investigación de tratamientos dirigidos a pacientes con asma grave, con el objetivo de prevenir exacerbaciones, que son un factor de riesgo conocido de hospitalización y daño pulmonar acumulativo. A largo plazo, la supresión sostenida de la inflamación tipo 2 podría alterar el curso de la enfermedad y reducir la progresión. Además, los intervalos de dosificación prolongados que ofrece depemokimab podrían mejorar la adherencia al tratamiento, aliviando la carga de visitas médicas frecuentes y optimizando los resultados para los pacientes.

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"Con un calendario de dosificación de solo dos inyecciones anuales, depemokimab tiene el potencial de ser el primer producto biológico de acción ultraprolongada aprobado con dosis de seis meses, ofreciendo a los médicos y a millones de pacientes con asma grave una opción que brinda la tranquilidad de la supresión sostenida de un marcador clave de la inflamación tipo 2 y la reducción en la tasa de exacerbaciones y hospitalizaciones, objetivos clave en el tratamiento del asma", ha declarado Kaivan Khavandi, Vicepresidente Senio y Director Global de I+D en el área de Respiratorio e Immunología.

David Jackson, autor principal de los estudios SWIFT-1 y SWIFT-2, profesor de Medicina Respiratoria en el King's College de Londres y director clínico de asma grave en los hospitales Guy's y St Thomas de Londres, comentó que: "Como médico, es alentador ver los resultados de la investigación que podrían hacer evolucionar el tratamiento del asma grave. Para mí, prevenir las exacerbaciones y, en particular, las que conducen a hospitalizaciones es una prioridad de tratamiento para las personas que veo con asma grave. Las exacerbaciones no solo son traumáticas para los pacientes y contribuyen a las presiones sobre los sistemas de atención médica y los hospitales, sino que cada exacerbación puede causar cambios irreversibles en el tejido de los pulmones que, con el tiempo, pueden provocar una pérdida permanente de la función pulmonar y dificultar progresivamente la respiración del paciente".

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Así funciona este fármaco biológico de acción ultra prolongada frente al asma

Depemokimab se ha convertido en el primer tratamiento biológico de acción ultraprolongada evaluado en ensayos clínicos de fase III para el asma grave. Este fármaco se destaca por su alta afinidad y potencia de unión a la interleucina-5 (IL-5), una citocina clave en la inflamación tipo 2, presente en más del 80% de los pacientes con asma grave. Gracias a esta capacidad de bloquear la IL-5, depemokimab permitirá un intervalo de dosificación de hasta seis meses, lo que podría suponer un avance importante en la adherencia al tratamiento y la reducción de exacerbaciones. La inflamación tipo 2, identificada por un recuento elevado de eosinófilos en sangre, es la patobiología subyacente en la mayoría de los casos de asma grave, lo que hace que la detección precoz de esta condición permita un manejo más adecuado de la enfermedad.

Gracias a esta capacidad de bloquear la IL-5, depemokimab permitirá un intervalo de dosificación de hasta seis meses, lo que podría suponer un avance importante en la adherencia al tratamiento y la reducción de exacerbaciones

Los ensayos SWIFT-1 y SWIFT-2, realizados durante un periodo de alta prevalencia de COVID-19, demostraron una seguridad comparable entre los pacientes tratados con depemokimab y aquellos que recibieron placebo. En SWIFT-1, el 73% de los pacientes de ambos grupos reportaron algún evento adverso (EA), mientras que en SWIFT-2 la proporción fue del 72% en el grupo de depemokimab frente al 78% en el grupo de placebo. Los eventos adversos más comunes fueron infecciones por COVID-19 (20% en depemokimab vs. 22% en placebo en SWIFT-1; 15% en ambos grupos en SWIFT-2), seguidas por nasofaringitis, más comúnmente conocida como el resfriado común. La nasofaringitis fue reportada en menor proporción en el grupo de depemokimab (12% frente a 19% en placebo en SWIFT-1; 13% frente a 21% en placebo en SWIFT-2).

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Estos estudios no solo mostraron una buena tolerabilidad del tratamiento, sin muertes ni eventos adversos graves relacionados con el fármaco, sino que también servirán de base para futuras solicitudes regulatorias en todo el mundo. Aunque depemokimab aún no ha sido aprobado en ningún país, los resultados de estos ensayos abren la puerta a un tratamiento más eficaz y conveniente para los pacientes con asma grave, quienes podrían beneficiarse de intervalos de dosificación más prolongados y una mayor estabilidad en el control de su enfermedad.

 

Fuente: GSK

Actualizado: 11 de septiembre de 2024

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