El fármaco para adelgazar Ozempic podría combatir la dependencia al alcohol
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14/02/2025
Los populares medicamentos para tratar la diabetes y la obesidad Ozempic y Wegoby (semaglutida) no solo han demostrado su eficacia en el manejo de estas enfermedades endocrinas, sino que diversos estudios científicos los han asociado con otros beneficios para la salud, desde reducir el riesgo de cáncer a disminuir la inflamación y el deterioro de los riñones, entre otros.
Ahora, una nueva investigación liderada por un científico de la Universidad del Sur de California (USC) indica que la semaglutida también podría ser útil para combatir el alcoholismo, ya que ha revelado que la administración semanal de inyecciones de semaglutida disminuían el deseo de beber alcohol, la cantidad ingerida, y la frecuencia de episodios de consumo excesivo en adultos con síntomas de trastorno por consumo de alcohol, en comparación con el placebo.
Los resultados del estudio se han publicado en la revista JAMA Psychiatry y confirman una observación común entre médicos y pacientes desde que se ha extendido el uso de Ozempic y otros medicamentos similares: muchas personas que comienzan a usar semaglutida para tratar la obesidad o la diabetes experimentan una reducción inesperada en su deseo de beber alcohol.
El alcohol se asocia con enfermedades hepáticas, cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer, entre otros muchos problemas de salud física y mental y, en España, el 6,0% de la población de 15 a 64 años podría tener un consumo de riesgo de alcohol en 2022, según un informe del Ministerio de Sanidad, que incluía el test AUDIT en las encuestas realizadas a la población.
La semaglutida podría reducir el consumo de alcohol y de nicotina
Christian Hendershot, autor principal del estudio y director de investigación clínica en el Instituto de Ciencia de la Adicción de la USC, ha afirmado en una nota publicada por la USC que este es el primer ensayo clínico aleatorizado y controlado con placebo diseñado específicamente para analizar este fenómeno.
En el estudio participaron 48 adultos con trastorno por consumo de alcohol que no estaban buscando tratamiento activamente. Para ser incluidos en la investigación, los participantes debían haber bebido más de siete tragos estándar por semana en el caso de las mujeres, y más de 14 en el caso de los hombres, además de haber tenido al menos dos episodios de consumo excesivo reciente (cuatro tragos o más para mujeres y cinco o más para hombres en una sola ocasión).
Una semana antes de recibir la primera inyección, los investigadores invitaron a los participantes a consumir su bebida alcohólica preferida durante un período de dos horas en un entorno de laboratorio cómodo, con la opción de retrasar la ingesta si así lo deseaban. Se registró la cantidad de alcohol consumido.
Posteriormente, los participantes fueron asignados aleatoriamente a recibir inyecciones semanales de una dosis baja de Ozempic o un placebo durante nueve semanas. Durante este período, se monitorearon sus hábitos de consumo. Al final del ensayo, volvieron al laboratorio para repetir la sesión de consumo y evaluar los cambios.
El efecto de la semaglutida en la reducción del consumo de alcohol fue más significativo que el de los medicamentos disponibles para tratar el trastorno por consumo de alcohol
Los resultados se midieron a partir de la cantidad de gramos de alcohol ingeridos y la concentración de alcohol en el aliento e indicaron que la semaglutida redujo el deseo de beber, la cantidad promedio de alcohol consumido en los días de consumo y la frecuencia de episodios de consumo excesivo, en comparación con el placebo.
Uno de los hallazgos más relevantes fue que el efecto de la semaglutida en la reducción del consumo de alcohol fue más significativo que el de los medicamentos disponibles para tratar el trastorno por consumo de alcohol, a pesar de que se administró en la dosis más baja aprobada.
Además, los efectos del medicamento parecían aumentar con dosis más altas. En el segundo mes de tratamiento los participantes que recibieron semaglutida habían reducido su consumo de alcohol en días de ingesta en casi un 30%, en comparación con apenas un 2% en el grupo placebo. Asimismo, cerca del 40% de los participantes que recibieron semaglutida no tuvieron episodios de consumo excesivo en el segundo mes, frente al 20% en el grupo placebo.
Curiosamente, dentro de un pequeño subgrupo de participantes que fumaban cigarrillos al inicio del estudio, los que recibieron semaglutida también redujeron significativamente la cantidad de cigarrillos consumidos por día en comparación con el grupo placebo, lo que sugiere que el medicamento podría influir tanto en el consumo de alcohol, como en el de nicotina.
“Estos resultados sugieren que la semaglutida y medicamentos similares podrían cubrir una necesidad no satisfecha en el tratamiento del trastorno por consumo de alcohol”, ha delcarado Klara Klein, autora principal del estudio y especialista en la Escuela de Medicina de la Universidad de Carolina del Norte. “Se necesitan estudios más amplios y de mayor duración para evaluar completamente su seguridad y eficacia en personas con este trastorno, pero estos hallazgos iniciales son alentadores”, concluye la experta.
Actualizado: 14 de febrero de 2025