La doble vacunación reduce un 49% el riesgo de COVID persistente
02/09/2021
Las vacunas aprobadas hasta ahora no protegen totalmente contra la infección por SARS-CoV-2, pero en caso de contraerla una vez vacunado disminuye significativamente el riesgo de padecer síntomas de COVID-19 graves y de precisar ingreso hospitalario, y ahora un nuevo estudio ha mostrado que haber recibido la pauta de vacunación completa también reduce las probabilidades de desarrollar COVID persistente, un cuadro clínico que se caracteriza por la presencia de diferentes síntomas –de los que se han identificado más de 200– meses después de superar la enfermedad.
La investigación que ha llegado a esta conclusión ha sido realizada por investigadores del King’s College London, que han analizado los datos sobre síntomas, test y vacunas de los participantes del UK ZOE COVID Symptom Study registrados entre el 8 de diciembre de 2020 y el 4 de julio de 2021, entre los que se incluía a 1.294.009 adultos vacunados con la primera dosis de la vacuna anti-COVID y 971.504 que ya habían recibido la segunda dosis. Los científicos evaluaron una variedad de factores, incluyendo la edad, la fragilidad y las zonas más pobres, y comparándolo con la infección pos-vacunación.
Las personas que vivían en las zonas más deprimidas tuvieron un mayor riesgo de infectarse tras una sola dosis de la vacuna
Los resultados, que se han publicado en The Lancet Infectious Diseases, mostraron que en el improbable caso de contraer el COVID-19 después de recibir la doble vacunación, el riesgo de COVID prolongado se reducía casi a la mitad (un 49%), y que también había menos hospitalizaciones (que eran un 73% menos probables) y una menor carga de síntomas agudos (31% menos probable) entre aquellos completamente vacunados.
Síntomas leves en personas infectadas tras vacunarse
Los síntomas más comunes fueron similares a los que presentaban los adultos no vacunados, por ejemplo, anosmia o pérdida del olfato, tos, fiebre, dolor de cabeza y fatiga, aunque fueron más leves y menos frecuentes entre las personas vacunadas, que tuvieron la mitad de probabilidades de experimentar múltiples síntomas en la primera semana de enfermedad. Estornudar fue el único síntoma que resultó más común en las personas vacunadas que contrajeron COVID-19.
Sin embargo, las personas que vivían en las zonas más deprimidas tuvieron un mayor riesgo de infectarse tras una sola dosis de la vacuna, y mientras que la edad no constituyó por sí misma un factor de riesgo, las personas que tenían problemas de salud que limitaban su movilidad –como la fragilidad– tuvieron hasta dos veces más probabilidades de contraer la infección por SARS-CoV-2 tras la vacunación y de enfermar.
Independientemente de la duración de los síntomas estamos viendo que las infecciones después de dos dosis de la vacuna son mucho más leves
Los hallazgos han reforzado la necesidad de vacunar a los grupos de riesgo. Está comprobado que los adultos frágiles se ven desproporcionadamente afectados por el COVID-19, y los investigadores sugieren que estrategias como programas de refuerzo puntuales, medidas específicas para controlar la infección y más investigación sobre la respuesta inmune a la vacunación en este grupo de población podrían ayudar a abordar el problema.
Las vacunas están reduciendo masivamente las posibilidades de que la gente desarrolle COVID persistente de dos formas; en primer lugar, reduciendo el riesgo de cualquier síntoma de 8 a 10 veces, y además disminuyendo a la mitad las posibilidades de que cualquier infección se convierta en un COVID prolongado, si es que se produce. Independientemente de la duración de los síntomas estamos viendo que las infecciones después de dos dosis de la vacuna son mucho más leves, así que las vacunas están cambiando realmente la enfermedad, y para mejor. Animamos a la gente a que se ponga la segunda inyección tan pronto como pueda”, ha declarado el profesor Tim Spector del King’s College London, e investigador principal del ZOE COVID Study.
Actualizado: 5 de mayo de 2023