La EMA recomienda aprobar en la UE el segundo fármaco contra la ELA
27/02/2024
La esclerosis lateral amiotrófica (ELA) es una enfermedad muy grave que debilita progresivamente los músculos y provoca parálisis. Su pronóstico es muy malo porque la mayoría de los pacientes solo sobreviven entre dos y cinco años tras el diagnóstico. Cualquier novedad en su tratamiento es un rayo de esperanza porque puede mejorar la calidad de vida de los afectados y ahora la Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha recomendado conceder una autorización de comercialización en la Unión Europea para Qalsody (tofersen), una nueva terapia indicada para el tratamiento de adultos con ELA que tienen una mutación en el gen de la superóxido dismutasa 1 (SOD1).
En las personas diagnosticadas con esclerosis lateral amiotrófica las células nerviosas que se encuentran en el cerebro y la médula espinal y son responsables del movimiento voluntario se degeneran progresivamente, lo que conduce a una pérdida de la funcionalidad muscular y a la parálisis de los músculos voluntarios, incluyendo los músculos respiratorios, lo que finalmente provoca un fallo respiratorio.
Se desconocen las causas exactas de la ELA, pero se considera que en la enfermedad intervienen factores genéticos y ambientales. En alrededor del 2% de los individuos afectados, la ELA se debe a una mutación genética que conduce a la producción de enzimas SOD1 defectuosas que provoca la muerte de las células nerviosas.
Cómo actúa Qualsody para combatir la ELA
Qalsody es un oligonucleótido antisentido que se adhiere al ARNm del gen SOD1, con el objetivo de disminuir la producción de la proteína SOD1. Al reducir la cantidad de proteína SOD1 defectuosa, se espera que este tratamiento consiga aliviar los síntomas asociados a la ELA. Actualmente, sólo existe un tratamiento para la ELA (riluzol) autorizado en la UE.
“Es cierto que los efectos terapéuticos son limitados, ya que la intervención sobre este mecanismo, si bien es evidente a nivel molecular, tiene desde el punto de vista clínico menos efectos. Estos efectos moderados se traducen en una desaceleración de la degeneración motora y función respiratoria, con la consiguiente mejora en la calidad de vida de los pacientes”, ha explicado David Pozo Pérez, investigador principal del laboratorio de Neuroinmunología Celular y Molecular del Centro Andaluz de Biología Molecular y Medicina Regenerativa (CABIMER) en declaraciones a SMC España.
La recomendación del Comité de Medicamentos de Uso Humano (CHMP) de la EMA se fundamenta en un análisis completo de la evidencia, que incluye el mecanismo de acción del medicamento, los efectos observados en modelos animales con SOD1, biomarcadores y datos clínicos, que se recopilaron de un estudio clínico aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo de 28 semanas de duración, que incluyó a 108 pacientes de entre 23 y 78 años con debilidad debido a la ELA y una mutación en el gen SOD-1 confirmada por un laboratorio central.
El estudio distribuyó aleatoriamente a los 108 pacientes en una proporción de 2:1 para recibir un tratamiento intratecal (mediante inyección espinal) con Qalsody o un placebo durante 24 semanas. Se midió la cadena ligera de neurofilamento plasmático (NfL) durante el estudio como un indicador de daño y deterioro de los axones (estructuras filiformes unidas a las células nerviosas que transmiten señales lejos de la célula). Se observaron reducciones de aproximadamente el 60% en las concentraciones de NfL plasmático en los pacientes tratados con Qalsody en comparación con el grupo del placebo, lo que sugiere una menor lesión neuronal.
“Los efectos terapéuticos son moderados y se traducen en una desaceleración de la degeneración motora y función respiratoria, con la consiguiente mejora en la calidad de vida de los pacientes”
También se notó una mejora numérica en las capacidades físicas de los pacientes tratados con Qalsody en comparación con los participantes del estudio que recibieron el placebo, medida por la escala de valoración estándar conocida como ‘Escala de Valoración Funcional de la ELA–Revisada’ (ALSFRS-R).
El CHMP ha solicitado al fabricante que proporcione datos post-autorización para caracterizar de manera más precisa la eficacia y seguridad a largo plazo de Qalsody, a través de un estudio de extensión abierto a largo plazo, la colaboración con registros de enfermedades y un estudio observacional basado en registros.
Además, se explorará si el uso de tofersen puede retrasar o prevenir la manifestación clínica de la ELA en pacientes con ELA SOD1 asintomática. Respecto a los efectos secundarios que se han reportado con mayor frecuencia estos incluyen dolor, fatiga, fiebre, dolor articular (artralgia), dolor muscular (mialgia) y un aumento en los niveles de glóbulos blancos y proteínas en el líquido cefalorraquídeo (cerebro y médula espinal).
“La aprobación por parte de la EMA (aproximadamente un año después que la FDA) de un fármaco basado en tecnologías ASOs (Antisense Oligonucleotide Therapy) contra una forma mayoritariamente genética de la ELA, en aquellos pacientes que presentan mutaciones en el gen SOD1 (superóxido dismutasa 1) y que representan a un número muy limitado de los mismos, es una noticia positiva. Entre otras cosas, demuestra que el conjunto de conocimientos que a nivel molecular estamos adquiriendo se empieza a trasladar a los pacientes”, ha señalado David Pozo.
“No es una cura para la ELA, pero sin duda es un hito importante; la enfermedad lleva con nosotros descrita para la literatura médica desde hace algo más de 150 años. Y, sobre todo, puede representar una herramienta más para, en un futuro cercano, tener estrategias combinadas con diferentes aproximaciones farmacológicas para un adecuado manejo clínico de la ELA”, concluye el experto.
Actualizado: 27 de febrero de 2024