Las vacunas actuales entrenan a las células T para combatir a ómicron
25/01/2022
Las vacunas contra el COVID-19 disponibles en la actualidad no impiden que nos infectemos con el coronavirus; de hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que antes de marzo el 60% de los europeos nos habremos contagiado con la variante ómicron. Sin embargo, estos fármacos sí ayudan a evitar que desarrollemos un cuadro grave de la enfermedad, y ahora un nuevo estudio ha encontrado que las vacunas de Pfizer-BioNTech, Moderna, J&J/Janssen y Novavax también son eficaces para combatir variantes preocupantes del SARS-CoV-2 como delta y ómicron porque inducen al sistema inmunológico a generar células T, que son capaces de identificarlas y combatirlas.
La investigación ha sido realizada por científicos del Instituto de Inmunología de La Jolla (LJI) que han publicado sus hallazgos en un preprint, por lo que están pendientes de su revisión por pares antes de poder ser publicados en una revista científica. Los datos analizados proceden de adultos que contaban con la pauta vacunal completa pero no habían recibido aún la dosis de refuerzo.
“La gran mayoría de las respuestas de las células T siguen siendo eficaces contra ómicron”, ha asegurado Alessandro Sette, Doctor Ciencias Biológicas, profesor de LJI y codirector del estudio. “Estas células no evitarán que te infectes, pero en muchos casos es probable que eviten que te enfermes gravemente”, ha añadido el Dr. Shane Crotty, profesor de LJI. “Y esto es cierto en todos los tipos de vacunas que estudiamos, y hasta seis meses después de la vacunación”, ha destacado la Dra. Alba Grifoni, instructora de LJI y otra de las codirectoras del trabajo junto a Sette y Crotty.
Anticuerpos neutralizantes, células B y células T nos defienden
En este estudio también se ha comprobado que los individuos que están completamente vacunados tienen menos células B de memoria y anticuerpos neutralizantes contra la variante ómicron, lo que coincide con informaciones previas aportadas por laboratorios de todo el mundo que mostraban una disminución de la inmunidad frente a dicha variante. Sin una cantidad suficiente de anticuerpos neutralizantes es más probable que ómicron cause una infección avanzada, y con menos células B de memoria el organismo será más lento a la hora de producir más anticuerpos neutralizantes para luchar contra el virus.
La “segunda línea de defensa” de las células T ayuda a explicar por qué es menos probable que una infección por ómicron cause COVID-19 grave en las personas que han recibido todas las vacunas
“La mayoría de los anticuerpos neutralizantes, es decir, los anticuerpos que funcionan bien contra el SARS-CoV-2, se unen a una región llamada dominio de unión al receptor o RBD”, ha explicado la Dra. Camila Coelho, instructora de LJI y co-primer autor del estudio. “Nuestro estudio reveló que las 15 mutaciones presentes en ómicron RBD pueden reducir considerablemente la capacidad de unión de las células B de memoria, en comparación con otras variantes del SARS-CoV-2 como alpha, beta y delta”.
Pero además de los anticuerpos neutralizantes y las células B de memoria, el sistema inmunológico cuenta con otros soldados para combatir patógenos: las células T, que aunque no pueden prevenir la infección si nos exponemos al SARS-CoV-2, son capaces de detectar al virus y destruir las células que ya se han infectado, evitando que se propague por el cuerpo y provoque una enfermedad grave.
Los investigadores de LJI opinan que la “segunda línea de defensa” de las células T ayuda a explicar por qué es menos probable que una infección por ómicron cause COVID-19 grave en las personas que han recibido todas las vacunas. Para determinar si las células T inducidas por la vacuna que detectaron en la investigación eran realmente efectivas contra variantes como delta y ómicron, estos expertos analizaron la respuesta de las células T a diferentes “epítopos” virales.
“Las personas vacunadas tienen células T CD4+ de memoria, células T CD8+ y células B de memoria para ayudar a combatir la infección si el virus supera los anticuerpos iniciales, y tener múltiples líneas de defensa probablemente sea una fortaleza importante”
Los virus se componen de proteínas que crean una forma o arquitectura determinada, y un epítopo viral es un hito concreto en esta estructura que las células T han sido entrenadas para reconocer. Las actuales vacunas contra el COVID-19 están diseñadas para enseñar al sistema inmunológico a reconocer epítopos específicos en la variante “alfa” inicial del SARS-CoV-2, y según ha ido mutado el virus su arquitectura ha variado y ha aumentado el riesgo de que las células inmunitarias no puedan reconocer sus objetivos.
Los hallazgos del nuevo estudio revelan, sin embargo, que aunque la arquitectura de ómicron es lo suficientemente diferente como para evadir algunos anticuerpos neutralizantes y células B de memoria, las células T de memoria continúan actuando eficazmente para identificar a sus objetivos. En general, al menos el 83% de las respuestas de células T CD4+ (colaboradoras) y el 85% de las respuestas de células T CD8+ se mantuvieron iguales, independientemente de la vacuna o la variante.
Crotty afirma que es probable que las células B de memoria que se unen a ómicron también contribuyan a la protección contra enfermedades graves. “Las personas vacunadas tienen células T CD4+ de memoria, células T CD8+ y células B de memoria para ayudar a combatir la infección si el virus supera los anticuerpos iniciales, y tener múltiples líneas de defensa probablemente sea una fortaleza importante”, concluye.
Actualizado: 5 de mayo de 2023