Mejoran la terapia del melanoma con un fármaco para la angina de pecho

El melanoma es el tipo de cáncer de piel más agresivo y, a pesar de que su prevención es posible con una protección adecuada frente a las radiaciones solares, solo en 2020 se diagnosticaron alrededor de 325.000 nuevos casos de melanoma y unas 57.000 personas murieron por su causa en todo el mundo, según datos de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, cuyos expertos predicen que el número de nuevos casos de este cáncer cutáneo aumentará en más del 50% hasta 2040 (a más de 500 000 por año), y el número de muertes por la enfermedad se incrementará en más de dos tercios, a casi 100.000 por año.

Científicos españoles han comprobado ahora que un fármaco que ya se usa para tratar a pacientes con angina de pecho estable denominado ranolazina podría mejorar las terapias que se emplean para combatir al melanoma, según muestran los resultados de una investigación que han realizado en modelos animales y se ha publicado en la revista científica Nature Metabolism.

El nuevo estudio ha sido realizado por investigadores del Centro de Investigación biomédica Navarrabiomed, el IRB de Barcelona y el Instituto de Neurociencias CSIC-UMH de Alicante, que han comprobado que este medicamento mejora la eficacia de las terapias se emplean en el tratamiento del melanoma en la actualidad.

“Uno de los problemas a los que nos enfrentamos actualmente con el melanoma es que desarrolla resistencias a los tratamientos”, explica Salvador Aznar-Benitah, investigador ICREA, jefe de los laboratorios de Células Madre y Cáncer y Alteraciones Metabólicas Sistémicas en el Cáncer del IRB de Barcelona y uno de los principales firmantes de la investigación.

“La mayoría de los pacientes responden bien en un primer momento a las terapias dirigidas contra BRAF”, una mutación clave para la progresión del tumor que está presente en aproximadamente el 50% de los afectados. Pero después de unos meses, “el tumor desarrolla resistencias y dejan de ser efectivas”, señala el investigador. Estos pacientes, además, responden peor a otra de las herramientas contra el cáncer que se emplea en el caso del melanoma, la inmunoterapia.

Ranolazina favorece la acción de la inmunoterapia contra el melanoma

Los autores del trabajo observaron que las resistencias del tumor se corresponden con un cambio en su metabolismo de las grasas; en concreto, que, al verse 'cercado', el cáncer comienza a utilizar la quema de grasas como mecanismo de supervivencia para poder seguir creciendo. Por ello, se plantearon si utilizar un fármaco que bloqueara el uso de ácidos grasos por parte de las células podría frenar esa vía de escape del cáncer, y revisaron las opciones farmacológicas ya aprobadas y que sirvieran para su objetivo.

“Aunque no es su función clave, se había descrito la capacidad de la ranolazina para bloquear el uso de los ácidos grasos por parte de las células. Es un fármaco ya aprobado para su uso en pacientes, por lo que decidimos estudiarlo”, señala Imanol Arozarena, responsable de la Unidad de Señalización en Cáncer de Navarrabiomed y coordinador del trabajo.

La estrategia funcionó y observaron que la ranolazina era capaz de ralentizar la progresión del tumor en los estudios realizados en animales y, lo que es más importante, consiguió que el cáncer fuera susceptible a la acción de la inmunoterapia. “El tratamiento consigue, explicándolo de forma sencilla, hacer más visibles las células tumorales para el sistema inmunitario”, explica Arozarena.

Los investigadores comprobaron que la combinación de ranolazina junto con un tipo de inmunoterapia (anticuerpos anti-PD-L1) consiguió mejoras muy significativas tanto en la respuesta al tratamiento, como en la supervivencia de los animales tratados, por lo que consideran que este medicamento podría resultar útil para hacer que los tumores resistentes fueran sensibles a la inmunoterapia, aunque advierten que todavía es necesario realizar ensayos con humanos para confirmarlo.