Ozempic tiene beneficios en pacientes con daño renal crónico y obesidad

Comprueban que el medicamento Ozempic para tratar la diabetes que ayuda a perder peso también reduce la inflamación, el deterioro de los riñones y la cantidad de proteínas en la orina en pacientes con enfermedad renal crónica y obesidad.
Paciente con daño renal inyectándose Ozempic

28/10/2024

Los nuevos fármacos para tratar la obesidad conocidos como agonistas de GLP-1, que han sido considerados como el principal avance científico de 2023 por la revista Science y cuyos descubridores han recibido recientemente el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2024, están ayudando a manejar otras patologías. Inicialmente se desarrollaron para el tratamiento de la diabetes, pero, además de facilitar la pérdida de peso, se siguen encontrando nuevas aplicaciones de estos medicamentos.

PUBLICIDAD

En concreto, un nuevo estudio internacional ha revelado que la semaglutida, el principio activo del conocido fármaco Ozempic, tiene un efecto positivo en pacientes con insuficiencia renal crónica y obesidad. En estos pacientes, se redujo la cantidad de proteína en la orina, así como el grado de inflamación en los riñones y su presión arterial.

La investigación ha sido liderada por el farmacólogo clínico Hiddo L. Heerspink del Centro Médico Universitario de Groningen (UMCG), en los Países Bajos, y ha demostrado por primera vez que este medicamento que se ha popularizado por su impacto en la pérdida de peso también es beneficioso para personas que sufren de daño renal crónico. Los hallazgos se han publicado en la revista Nature Medicine y se presentaron simultáneamente en el congreso anual de la Sociedad Americana de Nefrología.

PUBLICIDAD

Heerspink decidió llevar a cabo este estudio al inicio de la pandemia por COVID. Anteriormente, descubrió que otra clase de fármacos contra la diabetes tipo 2, los inhibidores de SGLT2, también mostraban beneficios para pacientes con daño renal crónico, incluso sin padecer diabetes. Esto lo llevó a investigar si la semaglutida también tendría efectos positivos en pacientes con enfermedad renal crónica y obesidad.

Los primeros participantes iniciaron el estudio en la segunda mitad de 2022. En aquel momento ya se sabía que la semaglutida promovía la pérdida de peso, lo que facilitó la participación en el estudio, ya que muchos pacientes deseaban probar el medicamento, pero no podían obtenerlo debido a la alta demanda y al participar en la investigación tenían un 50% de posibilidades de recibir el fármaco.

PUBLICIDAD

Una pérdida del 10% del peso corporal y mejora de la función renal

El estudio se realizó en Canadá, Alemania, España y los Países Bajos, con 101 personas a las que se dividió en dos grupos: uno que recibió inyecciones de semaglutida durante 24 semanas y otro al que se administró un placebo. Los resultados mostraron que los pacientes tratados con semaglutida experimentaron una reducción del 52% en la cantidad de proteína en la orina, un indicador clave del daño renal.

Además, se observó una disminución del 30% en el grado de inflamación renal, una reducción de la presión arterial comparable a la lograda por un medicamento antihipertensivo, y una mejora del 33% en una medida crítica de insuficiencia cardíaca. Los participantes también perdieron alrededor del 10% de su peso corporal.

“La semaglutida tiene una influencia directa sobre los niveles de inflamación en el riñón y reduce el tejido graso que rodea los riñones, lo que reduce la cantidad de proteínas en la orina”

“Lo bueno es que el fármaco tiene efectos tanto directos como indirectos sobre los riñones. La semaglutida tiene una influencia directa sobre los niveles de inflamación en el riñón y reduce el tejido graso que rodea los riñones, lo que reduce la cantidad de proteínas en la orina. Y tiene un efecto indirecto porque reduce el peso y la presión arterial de los participantes”, ha afirmado Heerspink , que está muy satisfecho con los resultados, en una nota publicada en la UMCG.

PUBLICIDAD

El estudio, sin embargo, fue demasiado breve para evaluar mejoras en la calidad de vida de los participantes o efectos a medio plazo. “Les enviamos cuestionarios sobre su dieta, y se observó que tenían menos hambre y, por tanto, comían menos”, ha comentado el investigador. Por ello, tiene intención de continuar investigando al respecto.

“Todo apunta a que vale la pena probar este fármaco en un estudio más amplio. Me gustaría investigar si puede reducir la necesidad de diálisis o trasplantes de riñón. También quiero averiguar si este medicamento tiene efectos positivos en pacientes con daño renal sin obesidad, aunque actualmente es difícil obtener suficiente fármaco debido a su popularidad sin precedentes”, concluye.

Actualizado: 28 de octubre de 2024

PUBLICIDAD

PUBLICIDAD