Terapia génica cura heridas que no cicatrizaban en 'niños mariposa'
30/03/2022
La epidermólisis bullosa o ‘piel de mariposa’ es una enfermedad rara y crónica de afectación cutánea y de origen genético que hace que la piel se vuelva muy frágil y sufra constantes lesiones, como ampollas y heridas, con cualquier mínimo contacto. Ahora un equipo de investigadores ha logrado curar heridas que llevaban mucho tiempo sin cicatrizar en nueve pacientes –tres de ellos niños y adolescentes– que padecían una de las formas más graves de la enfermedad, que se caracteriza por mutaciones en el gen COL7A1.
Un defecto en este gen impide a estas personas la síntesis de la proteína colágeno 7, que se encarga de mantener unidas las dos capas más externas de la piel: epidermis y dermis. Al carecer de la proteína, las capas se deslizan entre sí y provocan ampollas que se convierten en heridas abiertas muy dolorosas. Los pacientes nacen con este trastorno y se los conoce como ‘niños mariposa’ porque su piel es tan delicada como las alas de ese insecto. Además, tienen más propensión a sufrir infecciones en las heridas y cáncer de piel.
La nueva investigación se ha publicado en Nature Medicine y ha sido dirigida por científicos de la Universidad de Stanford (Estados Unidos), que llevaban más de 10 años estudiando la enfermedad y han desarrollado un gel utilizado un virus del herpes simple modificado con dos copias sanas del gen COL7A1 en su interior. Cuando este patógeno –específicamente diseñado para que no pueda replicarse ni propagarse a otras zonas del cuerpo– se introduce en las células, estas empiezan a producir la proteína que corrige la enfermedad.
Un gel cura heridas que llevaban años sin cicatrizar
En el ensayo han participado nueve pacientes con epidermólisis ampollosa distrófica recesiva o RDEB, y ha demostrado por primera vez que los vectores de terapia génica para enfermedades de la piel pueden resultar efectivos aplicados por vía tópica. Esta nueva terapia génica se aplica directamente en gotas sobre la piel y los resultados del ensayo mostraron que la mayoría de las heridas de los participantes se curaron tras recibir el tratamiento y continuaron cerradas al menos tres meses más. Por el contrario, las heridas no tratadas tuvieron una menor cicatrización.
“La terapia fortalece la piel y rompe el ciclo doloroso y destructivo de abrir y cerrar heridas que experimentan los pacientes con epidermólisis ampollosa”
Los investigadores trataron dos heridas en cada paciente aplicando el gel en una de ellas y un placebo en la otra durante 25 días. Al cabo de tres meses, evaluaron las heridas para determinar hasta qué punto se habían curado y posteriormente las monitorearon durante varias semanas más para observar si se reabrían. La mayoría de las heridas tratadas con el gel de terapia génica se cerraron en los tres meses posteriores al término del tratamiento. En una de las heridas, que cubría casi todo el costado del cuerpo de un paciente y llevaba 10 años sin cicatrizar, se consiguió un 70% de curación, mientras que el resto de las heridas se cerraron por completo gracias al nuevo tratamiento.
En otro caso, y tras dos rondas sucesivas de tratamientos, una herida crónica de un paciente que tenía una antigüedad de cinco años se cerró por completo y se mantuvo cerrada durante ocho meses de seguimiento. Las biopsias de la piel tratada de siete de los pacientes revelaron que estaba produciendo colágeno 7 tan solo nueve días después de comenzar el tratamiento, y que esta producción se mantuvo durante casi 100 días en al menos uno de ellos. Respecto a los efectos adversos fueron pocos y leves.
“Las heridas sanan rápidamente, pero, lo que es más importante, permanecen cerradas”, ha declarado el Dr. Peter Marinkovich, director de la Clínica de Enfermedades Ampollas de Stanford Medicine y profesor asociado de dermatología. “La terapia fortalece la piel y rompe el ciclo doloroso y destructivo de abrir y cerrar heridas que experimentan los pacientes con epidermólisis ampollosa”, añade.
El gel empleado en el ensayo es estable a temperatura ambiente y se aplica tópicamente en breves visitas clínicas ambulatorias con periodicidad semanal durante los cambios regulares de vendaje y sin que sea necesario tener ninguna experiencia previa, lo que supone una gran ventaja para los pacientes de todo el mundo que tienen dificultades para acceder a atención médica especializada, concluye Marinkovich.
Actualizado: 5 de mayo de 2023